Jénnifer Hernández Salas, primera víctima de la violencia machista de 2018, denunció a su todavía marido -aunque ya expareja- el pasado 8 de enero. El motivo fue agresiones verbales durante una discusión, aunque se desconoce los términos exactos: pudieron ser desde insultos hasta amenazas de muerte. Ese día, la mujer, de 46 años, dijo que no necesitaba medidas de protección ni una orden de alejamiento. Sólo quería dejar constancia de los hechos. Fue por lo que el caso se evaluó como de riesgo bajo.

11 días después, su marido, Esteban Hernández, 22 años mayor que ella y de quien pretendía divorciarse, le asestó varias puñaladas. Fue en la casa que Jénnifer tenía en propiedad en el número 17 de la calle de Las Arenitas, en el barrio de Las Llanadas, muy cerca del límite de Los Realejos (Santa Cruz de Tenerife) con el término municipal de La Orotava. Sucedió en torno a las nueve de la noche del pasado viernes

19 de enero.

Jénnifer, de origen venezolano pero residente en la isla desde principios de la década pasada, se convirtió en la primera víctima de la violencia machista del año. ¿Qué pasó durante los 11 días transcurridos entre la denuncia y su asesinato?

Denuncia en comisaría

Lunes 8 de enero. Jénnifer Hernández Salas se presenta en la comisaría de la Policía Nacional de Puerto de la Cruz (Tenerife) y denuncia a su marido, Esteban Hernández. Ambos, por decisión de Jénnifer, rompieron la relación definitivamente en octubre del año pasado, como confirma el abogado de la víctima, Sander Gil, a quien la fallecida contrató para tramitar su divorcio. Llevaban casados una década.

Exterior de la vivienda ubicada en el municipio tinerfeño de Los Realejos donde fue hallada Jennifer Hernández. EFE

El magistrado que llevó el caso, tras conocer los detalles de la agresión verbal y la decisión de Jénnifer Hernández de no solicitar medidas de protección, decidió archivar la causa. Mientras, la ahora fallecida seguía acudiendo a su puesto de trabajo en una cooperativa de plátanos en la que se desempeñaba como envasadora.

Dijo a los agentes estar "tranquila"

Miércoles 17 de enero. Ese día, agentes de la Policía Nacional se pusieron en contacto con la hoy víctima para conocer su situación. Le preguntaron cómo se encontraba y si se habían repetido las agresiones verbales por las que denunció a Esteban Hernández, de 68 años.

Jénnifer dijo que no se habían vuelto a repetir y que se encontraba “tranquila”, tal y como explican fuentes policiales a EL ESPAÑOL. Durante la conversación, los agentes recomendaron a la mujer que adoptara medidas de autoprotección, tales como no convivir con el denunciado, cesar definitivamente todo contacto con su marido y acudir a los Servicios Sociales.

Según explicó a este periódico el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, esta misma semana la mujer asesinada tuvo una entrevista con técnicos de los Servicios Sociales del ayuntamiento que gobierna. Aunque el regidor no supo concretar la fecha, debió de ser entre el jueves 18 y el viernes 19 de enero, tras la recomendación de los policías.

En dicho encuentro, Jénnifer Hernández, quien en la actualidad mantenía otra relación, solicitó un abogado de oficio -además del que ya tenía contratado para resolver su divorcio- con el fin de que le tramitase los asuntos de índole penal que pudiera tener con su todavía marido.

Día de su muerte

Viernes 19 de enero. Nueve de la noche. Varios vecinos de Jénnifer alertaron a la Policía Local de Los Realejos de que se estaba produciendo una fuerte discusión en el número 17 de la calle Las Arenitas.

Una patrulla se desplazó hasta allí, donde encontraron fallecida a la mujer "con evidentes signos de haber sido una muerte violenta", tal y como explicó el subdelegado del Gobierno. En ese instante se inició un operativo para detener a Esteban Hernández, quien se convierte en el principal sospechoso de la muerte de Jénnifer.

Esteban Hernández, presunto autor de la muerte de Jénnifer Hernández, se encuentra ingresado en un hospital bajo custodia policial desde el pasado viernes.

Minutos antes de, presuntamente, matar a cuchilladas a su antigua pareja, Esteban Hernández dejó en casa de un familiar a la nieta de Jénnifer, una niña de 12 años de la que ella tenía la custodia y a la que cuidaba porque su madre biológica no residía en la isla. El presunto agresor era padre adoptivo de la menor.

El agresor, bajo custodia policial

Tras haber matado a Jénnifer, el agresor huyó por carretera. En su huida por la autovía TF-5, Esteban Hernández provocó un accidente con otros dos coches, cuyos conductores resultaron ilesos. Su vehículo, en cambio, dio dos vueltas de campana y el conductor sufrió heridas graves. Desde entonces, el presunto asesino se encuentra bajo custodia policial en el Hospital Universitario de Canarias.

El año pasado se contabilizaron 53 mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas. El ESPAÑOL contó quiénes eran cada una de ellas en la serie 'La vida de las víctimas'. Jénnifer Hernández es la primera asesinada de 2018. Murió el pasado 19 de enero. En 2017, a esta altura del año ya habían muerto de forma violenta tres mujeres.