EL ESPAÑOL publicará este fin de semana una larga entrevista con Ángel María Villar (Bilbao, 1950, durante casi tres décadas presidente de la Federación Española de Fútbol y durante casi dos directivo de la FIFA y de la UEFA. Sin duda el mandatario más exitoso de la historia del balompié nacional, cayó a los infiernos el pasado verano tras ser detenido y encarcelado (doce días) en el marco de la Operación Soule: un proceso que afecta a unas cuarenta personas y supuso también el ingreso en prisión de su hijo Gorka y de Juan Padrón, vicepresidente económico de la Federación.

A Villar, atrapado en un auto basado en escuchas telefónicas que dieron lugar a titulares muy poco ejemplares, se le acusa concretamente de administración desleal, falsedad documental, corrupción entre particulares y apropiación indebida. Poco después de ser arrestado, fue suspendido un año de sus funciones por el Consejo Superior de Deportes.

El exfutbolista y dirigente bilbaíno proclama desde entonces su inocencia a quien le quiera escuchar y ha decidido romper su silencio público en un mes clave para el futuro de la Federación, enfangada en un avispero de querellas y recursos que podrían abocar a unas nuevas elecciones, una moción de censura contra él o incluso, en una carambola poco probable, su regreso al despacho de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. 

La entrevista, que por su longitud publicará EL ESPAÑOL en varias piezas y dos días, tuvo lugar durante tres mañanas en el despacho de abogados que tiene su hijo Gorka en el centro de Madrid. En ella, Villar dice haber sido víctima de un golpe de Estado, nombra a los instigadores del proceso judicial y relata los pormenores de sus doce días en el calabozo y la prisión de Soto del Real, además de su trayectoria en la Federación y en la FIFA y la guerra que envuelve al fútbol español desde hace años.

Noticias relacionadas