El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha acusado a EL ESPAÑOL de fomentar la "cultura de la violación" por la publicación del reportaje La vida "normal" de la chica violada en San Fermín: universidad, viajes y amigas, sobre la presunta violación de una joven en Pamplona por un grupo de hombres sevillanos el pasado 7 de julio de 2016. El texto define una postura diametralmente opuesta a la acusación de Iglesias, lo que demuestra que no se ha leído el artículo antes de cargar contra este medio.

Twitter es el escenario en el que el líder de Podemos vuelca su recriminación. "Lo que no es normal es ver supuesto periodismo legitimando la cultura de la violación. Vergüenza", sostiene Iglesias, enlazando una captura de pantalla del reportaje:

La acusación -también vertida por el diputado de Podemos Pablo Padilla en la misma red social- hace sospechar que Pablo Iglesias no ha leído el reportaje. En el mismo, aunque sea una aclaración que pueda parecer obvia, se habla de dos partes: una "víctima" -se hace referencia a este término hasta en tres ocasiones para definir a la joven supuestamente agredida- y unos "presuntos violadores", los miembros de la manada, sentados esta semana en el asiento de los acusados en un juicio celebrado en Pamplona a puerta cerrada. Esta distinción es, per se, una muestra de la postura de EL ESPAÑOL contraria hacia cualquier atisbo de "cultura de la violación".

Pero hay más. El reportaje habla de María, nombre ficticio para proteger la identidad de la víctima. La joven trata de recomponer su vida tras quedar su existencia rasgada aquel 7 de julio de 2016: "María “quiere olvidar”", arranca el texto. Más adelante, queda claramente reflejada su versión de los hechos:

"Tras la presunta violación, y ante los policías que la atendieron en un banco mientras lloraba desconsolada, María dijo que dos de los sevillanos la agarraron de las muñecas y la empujaron dentro de un portal de la calle Paulino Caballero. Allí, presuntamente, la obligaron a practicarles felaciones a todos ellos mientras dos, Alfonso Jesús Cabezuelo y José Ángel Prenda, la penetraban vaginal y analmente".

También se detalla la extrema gravedad de unos hechos que ahora están siendo juzgados:

"Aunque hasta el momento se han filtrado algunos fotogramas, el juez instructor ha subrayado auto tras auto la “extrema gravedad” de su contenido para negar a sus abogados la posibilidad de que los presos salieran de la cárcel bajo fianza".

Por parte de la manada -los cinco jóvenes sevillanos acusados de la violación-, se detalla cómo es su vida en la cárcel, medida preventiva adoptada por el juez de instrucción desde el primer momento del caso. Uno de ellos ha llegado a ser padre en un vis a vis. Igualmente se detalla la trayectoria delictiva de algunos de los individuos sentados en el banquillo:

"Tres de los cinco acusados ya saben lo que es que un juez los condene a prisión. Se trata de José Ángel Prenda, Ángel Boza y el militar de la UME Alfonso Jesús Cabezuelo. Ninguno llegó a entrar en la cárcel porque las penas impuestas no superaron en ningún caso los dos años y un día, período mínimo para que se lleve a cabo el encarcelamiento de un condenado".

Si quiere comprobar el contenido del reportaje completo, puede consultarlo aquí. Del mismo modo, puede acceder a una muestra de algunos de los artículos publicados en EL ESPAÑOL sobre este caso. Todos ellos se dibujan sobre una postura contraria a la acusación vertida por Pablo Iglesias. El reportero Andros Lozano, autor de muchos de ellos y periodista de este medio, ha recibido reiteradas amenazas por la publicación de los mismos:

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Esta recopilación no es más que un ejemplo de la postura de EL ESPAÑOL sobre este caso; una postura que también queda reflejada en la serie de reportajes La vida de las víctimas, claramente críticos contra cualquier tipo de violencia machista.

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