“Se vende piso maltrecho de dudosa habitabilidad. Oscuro, húmedo y con frecuente presencia de animales e insectos. La estructura es frágil. Si quiere un sistema de desagüe en condiciones, tendrá que pagarlo de su propio bolsillo. No nos hacemos responsables de futuras sorpresas desagradables”.

¿A que no se le ocurriría lanzarse a por una vivienda con esa descripción? O es un manitas al más puro estilo Bricomanía -y quizá un poco kamikaze-, o la respuesta inevitablemente sería un 'no' rotundo.

Hay balcones que se derrumban y cocinas absolutamente prehistóricas. El frío es helador en invierno y se mete en los huesos. Las paredes y los techos apenas se sostienen. ¿Y qué decir de los baños? Del retrete asoma una rata y el óxido corroe las cañerías. Son problemas acuciantes, más próximos a la construcción de una chabola que de una vivienda digna. Ocurre en España, y afecta a una de las instituciones más valoradas por los españoles, de acuerdo a las estimaciones del CIS: la Guardia Civil. Sus agentes afrontan un infierno cotidiano y claman un mensaje desesperado: “Con nuestro sueldo no llegamos a reformar los pisos asignados; por favor, ayudadnos”.

Según los registros de 2016, en España hay 77.427 guardias civiles. A muchos de ellos les toca un destino lejos de su hogar o de su lugar de nacimiento. “Va en la vocación”, cuentan los agentes. “Vocación de servicio”, insisten. Pero esa pasión se les tambalea a aquellos a los que les asignan una de esas viviendas inhabitables. El escenario, apuntan, es “desolador”.

De acuerdo a los datos que maneja la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), sólo existen 33.999 pabellones (o viviendas destinadas a los agentes). De ese total, únicamente 27.942 están destinados a guardias civiles de las escalas más bajas: cabos y guardias. El resto corresponden a los guardias de mayor rango.

El problema más acuciante se centra en las alrededor de 1.900 viviendas “completamente inhabitables”, denuncia la AUGC. A continuación repasamos algunas de las fotografías que revelan esas lamentables condiciones en las que viven nuestros guardias civiles.

Una rata en el retrete

Una rata asoma por el retrete de la casa cuartel de Arganda (Madrid).

El susto en la oficina de atención al público de la Guardia Civil de Pinto (Madrid) tuvo que ser épico. Ocurrió en noviembre de 2016. Una rata enorme apareció corriendo. Los guardias, en plena forma, no tuvieron mayores dificultades para acabar con el roedor, de acuerdo a un reportaje que publicó Interviú.

La AUGC, en un intento por sensibilizar al Ministerio del Interior -y a la sociedad- de las carencias en las que viven muchos guardias, pidió a éstos últimos que enviasen las fotos que reflejasen los casos más acuciantes. Fue con ese llamamiento con el que obtuvo la imagen de una rata asomando por el retrete de uno de los cuarteles, el de Arganda (Madrid).

Según denuncia la asociación, un puñado de cuarteles de la Comunidad de Madrid son los más afectados por problemas de ratas: Arganda, Pinto, Torrelaguna… también en pabellones de Cantabria, León y Córdoba.

Goteras

Pabellón adjudicado a una familia numerosa.

Cuando llega el invierno y arrecian las lluvias, es frecuente que aparezcan humedades y goteras. Lo que no lo es tanto es que el problema persista con el paso de los meses. Y que una familia numerosa no tenga más remedio que acostumbrarse a convivir con esta situación.

“Este mal es endémico en la Guardia Civil y cuando un humilde guardia civil solicita la reparación de una de estas viviendas donde reside con su familia y en numerosos casos con hijos de corta edad, desde la Jefatura de la zona le contestan que no existe presupuesto y que tiene que acometer el propio guardia civil la reforma de la vivienda o residir en un hogar casi en ruinas”, denuncia la AUGC en un comunicado.

Sin cocina y paredes desnudas

En la Asociación Unificada de Guardias Civiles también han recibido fotografías que muestran paredes desnudas y obras incompletas. Las dos siguientes imágenes reflejan la cocina de un pabellón de Los Palacios, en Sevilla, y la entrada a una vivienda del Cuerpo en Murcia.

Cocina del pabellón de Los Palacios, en Sevilla.

Acceso a una vivienda de la Guardia Civil en Murcia.

“Hemos tenido acceso a información oficial donde mientras que a los guardias civiles se les niega mobiliario de cocina, el Coronel Jefe de la 5ª Zona en 2016 acometió reformas en la vivienda que tiene asignada (pabellón número uno de la Comandancia de Murcia) por un total de 26.059 euros, en concreto 21.191 euros para una reforma, entendemos integral y destacando muy por encima de ello los 4.867 euros gastados con posterioridad en aire acondicionado para su vivienda oficial. Estamos bastantes seguros que dicha vivienda se encontraba en buen estado, ya que con anterioridad al 2016 han residido en la misma tanto el coronel José Ortega como el coronel Benjamín Martin Mora, sin problema alguno”, destaca la AUGC.

Reivindicaciones

El portavoz nacional de la AUGC, Juan Fernández, lamenta la situación funesta en la que se encuentran tantas viviendas de la Guardia Civil. En su opinión, la necesidad más acuciante pasa por elaborar un listado actualizado de todos los pabellones de los que dispone la Benemérita: “Habría que detallar una descripción de los mismos, estado en el que se encuentran, si los pabellones están libres, ocupados y si lo es en precario, así como la lista de espera que tiene cada uno de ellos”. También solicita un cambio en la normativa que regula la adjudicación de las viviendas, atendiendo a unos criterios donde se priorice las necesidades sociales.

Desde la asociación recuerdan algunos episodios que han sido especialmente “hirientes” frente a sus reivindicaciones: “Ocurrió hace unos meses en Madrid”. Y se refieren a la inversión de 50.000 euros en la reforma de una vivienda de la Guardia Civil para ser ocupada por el Director General de Tráfico, Gregorio Serrano. EL ESPAÑOL ya adelantó los planos de la reforma de esta vivienda.

Balcones derrumbados, casas en ruinas y plagas. Cocinas sin equipar, humedades y cascotes. Los miembros de la institución más valorada en España lanzan un grito que se alza hasta las más altas esferas, que pasan por el responsable de Interior, Juan Ignacio Zoido: “Instamos al Ministerio a un mayor control y transparencia del gasto publico”.

Casa cuartel de El Escorial tras el desplome de dos de sus balcones.