Marta Sánchez Esparza Brais Cedeira

No es la primera vez que Miguel Campos López, apodado a sí mismo Polilla, se ve en una situación tan comprometida. Este sargento de la Guardia Civil, destinado en la localidad sevillana de Casariche, ha sido detenido este pasado miércoles por el accidente que provocó en el kilómetro 225 de la autopista AP-7 en dirección a Cádiz. Murieron tres personas que viajaban en los coches contra los que chocó el agente de la Benemérita.

Campos había tenido problemas en los distintos lugares en los que fue destinado. Fuentes cercanas al sargento en los últimos años no dudan en reconocer sus actividades irregulares.

En Casariche, su último destino, dicen: “Aquí hizo lo que quiso”. Un segundo accidente, problemas en sus distintos destinos y el mal ambiente que generaba en sus destinos son sólo algunos de sus antecedentes. No son pocas las denuncias que se hacen en el seno del cuerpo hacia él. Mientras prosiguen las investigaciones de las autoridades en torno al suceso, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Torremolinos ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Intenta zafarse del control

Eran las cuatro y cuarto de la tarde de este miércoles cuando Campos circulaba a toda velocidad en su turismo. Iba solo. Al llegar a ese punto de la carretera, chocó con un vehículo particular y después con un taxi monovolumen en el que viajaban seis personas. Al primero le embistió por detrás. Luego el coche se le fue contra el taxi.

Al salir del coche, según cuentan a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del caso, trató de zafarse y evitar el control de alcoholemia. Cruzó la mediana para quitarse de en medio, “como yendo campo a través”. Ahí las versiones ya difieren. Por un lado, habrían sido los conductores de los otros vehículos quienes le retuvieron. Según otras fuentes, fue reducido por dos agentes vestidos de paisano.

El sargento Campos dio positivo en las pruebas de alcohol y cocaína. No era la primera vez que le ocurría. Anteriormente, se vio involucrado ya en otro accidente de tráfico similar en el año 2014 en el término municipal de Mijas. En aquel suceso, ocurrido a escasos kilómetros del siniestro del pasado miércoles, se vieron implicados dos turismos y una motocicleta. El agente optó por darse a la fuga, sin comprobar si había víctimas mortales o heridos necesitados de ayuda.

El suboficial fue localizado más tarde. Entonces, las diligencias se judicializaron, y se abrió un procedimiento contra él que iba a sentarle en el banquillo en un juicio fijado el próximo mes de septiembre, según fuentes cercanas a la investigación.

Expulsión de Tolox

Foto de la ventana del cuarto del sargento en Casariche. Cedida

El historial de Campos no acaba ahí. Durante muchos años estuvo destinado en Tolox (Málaga). El agente fue expulsado de su puesto en la pequeña localidad después de que un vecino lo denunciase en los juzgados por increparle y amenazarle delante de su familia. ¿El motivo? El malestar del sargento por la letra de una murga del carnaval, compuesta para criticarle las multas que había impuesto a un puñado de vecinos por tirar petardos fuera del lugar fijado para ello durante las fiestas de San Roque.

En Tolox viven unas 2.000 personas. Cada 16 de agosto es tradición que se lancen cohetes y petardos durante las fiestas del patrón. Los vecinos hacen estallar hasta 50.000 durante la procesión del santo, bautizada por ello con el nombre de ‘cohetá’. Esta explosiva devoción, sin embargo, topó a partir de 2013 con el celo del sargento de la Guardia Civil, que decidió acotar los petardazos y limitarlos a unas zonas concretas del pueblo. Los vecinos empezaron a recibir multas de entre 3.000 y 30.000 euros, y varios de ellos compusieron una canción para una murga para vengarse a su modo del suboficial durante los carnavales.

La cantinela de ‘Mi sargento’ no llegó a interpretarse, pero sí se repartió entre los vecinos provocando la airada reacción del agente, que acudió con malos modos al domicilio de uno de los autores. El incidente acabó en una condena contra el guardia civil en los juzgados de Coín, que el pasado mes de mayo era confirmada por la Audiencia Nacional.

La sentencia prohíbe al agente volver a prestar sus servicios en la provincia de Málaga. De hecho Miguel Campos fue trasladado en 2016 a Horcajo de los Montes, en Ciudad Real, desde donde volvió a pedir destino en la provincia de Málaga. En lugar de eso le destinaron al cuartel de Casariche, en la provincia de Sevilla, donde se encuentra en la actualidad, y donde ha protagonizado ya algunos incidentes, como la colocación de una bandera española con el águila preconstitucional en una de las ventanas.

Denuncias previas

Imagen del lugar del accidente. Cedida

La Asociación Unificada de la Guardia Civil ha tratado en diversas ocasiones de informar a los mandos del instituto armado de algunos de los incidentes protagonizados por este agente, por lo que fuentes del colectivo manifiestan su profundo malestar por lo ocurrido. “Muchos de los sucesos que ahora lamentamos podrían haberse evitado si nos hubieran escuchado”, afirman fuentes de la AUGC.

El agente, que dio una tasa de en torno a 0,45 miligramos de alcohol por litro de aire expirado y positivo en el test de drogas, ha pasado ya a disposición judicial en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Torremolinos, que se ha hecho cargo de las diligencias del accidente.

En el siniestro ha perdido la vida una joven menor de 20 años. Horas más tarde fallecían un varón de 26 años y una mujer de 30 años que se encontraban ingresados en la UCI del Hospital Carlos Haya. También en esta unidad se encuentra estable dentro de la gravedad una joven de 18 años, que está consciente y orientada. Otras dos mujeres heridas, madre e hija, se recuperan de sus fracturas en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga.

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