Joaquín Vera Daniel Montero

La Policía ha detenido en Segovia a un hombre como presunto responsable de la agresión consumada de dos mujeres y el intento de agresión de otras dos cerca del Hospital La Paz, en Madrid. Fuentes de la Policía Nacional han confirmado a EL ESPAÑOL que el detenido es un agresor sexual reincidente llamado Pedro Luis Gallego (59 años), apodado por sus crímenes como el violador del ascensor y que salió de prisión tras ser condenado a más de 300 años de prisión por el 'fin' de la doctrina Parot. 

Desde hace meses y tras las denuncias de cuatro mujeres, los investigadores buscaban a este violador que, a punta de pistola, raptaba en la calle de Arzobispo Morcillo, situada en el distrito de Fuencarral-El Pardo, muy cerca de La Paz, a mujeres para después trasladarlas a otro lugar y agredirlas sexualmente.

Tal y como reveló EL ESPAÑOL, desde el pasado mes de mayo una preocupación acuciaba a los vecinos del Distrito de Fuencarral-El Pardo, a los pies del Hospital Universitario de La Paz. En los últimos días se había repetido la misma escena que en la segunda quincena de abril: un hombre, a punta de pistola, secuestró, en dos momentos diferentes, a dos mujeres en las calles próximas al complejo hospitalario. Posteriormente, las llevó a otro lugar y las violó.

Pedro Luis Gallego.

Así actuaba el violador

El hombre obró, al parecer, de manera similar con todas las mujeres que interpusieron la denuncia. Las dos primeras violaciones tuvieron lugar, según ha podido saber EL ESPAÑOL, en los últimos quince días de abril. Esto es, en el período comprendido entre la Semana Santa y el puente de principios de mayo. Entre la primera y la segunda de las violaciones hubo, según parece, una semana de distancia.

Nada de lo ocurrido tuvo lugar en el interior o en los edificios del complejo sanitario. Esa zona del distrito de Fuencarral-El Pardo, conocida como La Paz, fue el lugar donde ocurrieron los hechos. Durante el día, las calles aledañas al complejo hospitalario son un trasiego de gentío que va y que viene al centro sanitario. Quizá por eso, en ambas ocasiones, el hombre actuó entre las nueve y las diez de la noche, cuando la afluencia de gente en la zona es menor.

El procedimiento seguido por el violador se repite en los casos de los que ha tenido  constancia este diario. El hombre, cuando ve a la víctima, se baja del coche con la cara tapada y sigue a la mujer, andando por la acera del lado del parque. Ella escapa, creyendo que se trata de un ladrón. En un momento dado, saca una pistola, le apunta y le dice que se meta en el coche. Acto seguido, le tapa los ojos y se la lleva lejos de la zona. La mujer no sabe dónde está. Al menos así fue como ocurrió con la primera de las víctimas. Durante dos o tres horas la tuvo secuestrada. Después de violarla, la soltó en otro punto de la ciudad.

El segundo de los cuatro casos, según ha podido saber EL ESPAÑOL, pudo suceder en otro lugar cercano: concretamente, en la zona del puente del Ramón y Cajal, que cruza la carretera M-607. Las dos localizaciones están situadas a pocos minutos la una de la otra.

Mecánico de ascensores

Pedro Luis Gallego, de 59 años de edad, fue condenado a 273 años de prisión por el asesinato de la joven burgalesa Marta Obregón en enero de 1992 y la muerte de Leticia Lebrato, de 17 años, en julio de 1992, además de 18 agresiones sexuales y violaciones.

A los 19 años, en 1976, cometió su primera agresión pero no ingresó en prisión hasta el 20 de junio de 1979. Salió de la cárcel y volvió entrar en varias ocasiones tras reincidir en sus delitos hasta mediados de los años 90, cuando fue condenado y encarcelado por última vez.

Aprovechaba su profesión como mecánico de ascensores para acceder a los portales de sus víctimas. Su 'modus operandi' para consumar su agresión era el de esperar a que entraran en el portal de su vivienda para, al llegar al ascensor, sujetarlas e introducirlas en el habitáculo para forzarlas de modo muy cruel, según testificaron sus víctimas.

En 2012 la Sala de los Penal del Tribunal Supremo acordó que no saliera de la cárcel hasta el año 2022 gracias a la doctrina Parot, por lo que al reo no se le aplican los beneficios penitenciarios sobre el máximo de 30 años de cumplimiento de condena, sino sobre el conjunto de la pena global.

Sin embargo, Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) resolvió definitivamente en un recurso presentado por una condenada de ETA que la aplicación de la doctrina Parot con carácter retroactivo vulneraba los artículos 7 y 5.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, por lo que tanto el 'violador del ascensor' como otros conocidos violadores en serie y decenas de terroristas.

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