A Juan Antonio le sorprendió aquella llamada de Pablo Iglesias:

- Mira, he pensado que sería buena idea contar contigo, que formaras parte de las listas de Podemos por Cádiz.

- ¿Pero me lo dices en serio?

Pensaba que se trataba de una broma. O que quizá él mismo no estuviese hecho para un cargo político.

- De verdad que sí, Juan Antonio.

- Pero yo no valgo para eso. No lo sé, tendría que pensármelo…

Iglesias ya había invitado a Juan Antonio Delgado a su programa de Fort Apache, antes incluso de la formación de Podemos; el agente de la Benemérita acudía habitualmente en representación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), de la que era uno de sus coordinadores. En el espacio televisivo debatían sobre el Instituto Armado, las Fuerzas Armadas y la OTAN; sobre política y hechos noticiosos.

Delgado nunca habría imaginado esa propuesta. Si se lo contase a aquel chaval que con 21 años entró en la academia de la Guardia Civil en Jaén probablemente le tomaría por loco. Cuando cumplió su formación, el joven Juan Antonio viajó desde su San Fernando (Cádiz) natal hasta Barcelona, donde se desempeñó durante una década en el Aeropuerto. Compaginó su labor de uniforme con cargos en diferentes organizaciones cuasi sindicales: los sindicatos no están permitidos en el Instituto Armado. Después, en 2002, se trasladó hasta Barbate (Cádiz). Siempre como guardia civil raso, patrullando las calles. Finalmente, en 2009, fue destinado a la vecina Conil de la Frontera.

Juan Antonio Delgado, en un acto de la AUGC.

Con el paso de los años fue ganando peso dentro de la AUGC, lo que le costó 18 expedientes administrativos; el más importante, por la celebración de una manifestación en Madrid en enero de 2007, en la que miles de agentes caminaron bajo el lema: “Derechos YA”. Aquello le supuso una suspensión de seis meses de empleo y sueldo. En 2010, la asociación recogió material humanitario para repartirlo en Haití tras el terremoto; Delgado fue uno de los agentes que lo trasladó al país caribeño.

Con todo, jamás se vio en política. Por eso le extrañó la propuesta de Iglesias.

- Pablo, he pensado que sí, que acepto.

Creía que sería el mejor escenario para defender sus propuestas sobre la Guardia Civil. Delgado fue elegido diputado en las elecciones del 20 de diciembre de 2015. En la repetición de junio de 2016 revalidó su cargo.

Podemos, ¿antimilitarista?

Representa a su partido en la Comisión de Defensa del Congreso; es el hombre de Podemos para las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. “Muchos se confunden y se creen que somos antimilitaristas. Pero nada más lejos de la realidad. Lo único que queremos es un modelo diferente para el Ejército”. El agente de la Benemérita -que lo sigue siendo en situación de servicio especial- repite algunos de sus mensajes para esta legislatura: revisar las misiones internacionales, reformar la estructura de personal de los cuerpos castrenses, controlar la jornada laboral de soldados y agentes. Por eso quería visitar a las tropas en el exterior.

Juan Antonio Delgado y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. Twitter

Sus homólogos de Ciudadanos y del PSOE, Miguel Gutiérrez y Ricardo Cortés, ya acompañaron a la ministra a Irak en diciembre de 2016, y él pidió sumarse a la próxima incursión. Llegaron las visitas a República Centroafricana y Gabón; a Djibouti y Somalia. Pero Cospedal fue sin otros diputados por motivos de seguridad. “Si quieres, puedes venirte al Líbano, que será más fácil”, le dijeron. Y Juan Antonio Delgado aceptó. También Ricardo Tarno, portavoz del PP en la Comisión de Defensa.

El vuelo hasta Beirut fue cordial. Juan Antonio Delgado se sentó en uno de los asientos delanteros del Airbus A320 del Ejército del Aire que partió el miércoles, a las ocho de la mañana, desde la base militar de Torrejón de Ardoz. La expedición la completaban la tripulación, varios miembros del Ministerio de Defensa, representantes del Ejército de Tierra y un puñado de periodistas.

A la hora de la comida, Cospedal invitó a Delgado a sentarse en su mesa, en un departamento independiente en el avión: “Pudimos intercambiar nuestras opiniones sobre las Fuerzas Armadas y las reformas que proponemos desde Unidos Podemos”, apunta el diputado morado.

Milagros Hernando, embajadora española en el Líbano, saludó a la comitiva nada más desembarcar en Beirut, sobre las 15.00 horas. Los políticos aprovecharon la tarde para dar una vuelta por la capital libanesa y conversar sobre la situación del país. Vieron los agujeros de balas y de metralla en los edificios; las lujosas construcciones de inversores extranjeros que parecen pelearse con las barriadas de chabolas. Dos millones de refugiados -muchos de ellos, sirios- se asientan en un territorio que apenas cuenta con cuatro millones de habitantes.

Anocheció pronto, sobre las siete de la tarde, y al día siguiente había que madrugar para viajar hasta Marjayoun, donde se encuentra el grueso del contingente español, compuesto por 620 efectivos.

En la base Miguel de Cervantes

La jornada del jueves arrancó temprano. A las ocho de la mañana, los periodistas montaron en un autobús que les trasladó hasta la base Miguel de Cervantes. Más tarde lo harían los políticos y los representantes del Ministerio. El camino, unas dos horas, discurre entre checkpoints, montañas y zonas militarizadas. La Blue Line, un cordón de bidones azules instalados por la ONU, marca la frontera entre Israel y Líbano, permanente motivo de disputa entre ambos países. También se observan a simple vista los Altos del Golán; al otro lado, Siria.

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, la embajadora española en el Líbano, Milagros Hernando, y los representantes del PP y Podemos en la Comisión de Defensa, Ricardo Tarno y Juan Antonio Delgado. Chema Moya / EFE

Para Juan Antonio Delgado, aquel trayecto “fue muy gratificante”: “Pude ver el trabajo que hacen los guardias civiles -los que protegían el convoy- en un país tan complejo como el Líbano”.

Cospedal pasó revista a las tropas. El diputado de Podemos -“es un acto muy institucional”- permaneció en segundo plano. La ministra brindó con los soldados: “¡Viva España!”. Delgado cuenta que aprovechó esa ocasión para saludar y charlar con los efectivos: “Muchos me expusieron sus inquietudes sobre el problema de tropa y marinería”, una trayectoria dentro del Ejército que les obliga a pasar a la reserva a los 45 años cobrando una pensión mínima. “Hasta el cura castrense se me acercó y se hizo una foto conmigo, un hombre muy simpático”, relata el guardia civil con indiscutible acento gaditano.

Los periodistas se retiraron a escribir las crónicas y los políticos continuaron sus actos protocolarios. Juan Antonio Delgado prefirió pasear por la base Miguel de Cervantes. Se aproximó a los blindados que emplean las tropas para patrullar la frontera con Israel. Se hizo una foto a bordo de uno de ellos, se despidió del contingente y volvió en coche hasta Beirut. Y desde ahí, el mismo vuelo de cinco horas hasta Torrejón de Ardoz, que aterrizó pasadas las diez de la noche.

Es viernes por la mañana.

- Hoy me he despertado pronto, que sigo teniendo el horario militar, y me he venido al Congreso. Tengo mucho trabajo.

- ¿Ha hablado del viaje con Pablo Iglesias?

- Sí, ya le he informado de que todo ha salido bien. A ver si me puedo apuntar a otros que vengan.



- ¿Y también ha hablado con diputados de Izquierda Unida? Su programa político es antimilitarista.

- No lo son. No hay ningún país, de izquierdas o de derechas, que no tenga un programa de Defensa. Lo único que pretenden es otro modelo. No soy quién para hablar en nombre de Izquierda Unida, pero creo que no tienen ninguna queja sobre mi papel en el Congreso.

Delgado repasa los momentos en los que Podemos y sus coaliciones han marcado distancias con las Fuerzas Armadas. Defiende el gesto que Ada Colau hizo a unos soldados en la Feria de Educación de Barcelona, en marzo de 2016: “Ya sabéis que nosotros, como Ayuntamiento, preferimos que no haya militares en el salón, por eso de separar espacios”, inquirió la alcaldesa de Barcelona. Para el Guardia Civil, Colau “sólo fue consecuente” con una resolución aprobada en fechas anteriores por el Consistorio para reducir la presencia de tropas en suelo catalán.

Destaca el papel que el ex JEMAD Julio Rodríguez, al que Iglesias bautizó como su "ministro de Defensa", desempeña en su formación: "Es un honor tenerle con nosotros".

Y sobre el referéndum de Cataluña que Podemos defiende: “España será lo que quiera su pueblo. No su Ejército ni ningún otro sector”.

- Entiende que esa afirmación puede levantar ampollas entre determinados sectores castrenses.

- Puede ser, pero sólo entre los más radicales.

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