La radio bajo demanda está aquí para quedarse. No me digas que aún no la escuchas porque entonces andas perdiendo el tiempo. Literalmente. ¿A que ya no te planteas someterte a la rigidez de la televisión en prime time? “Ya lo veré luego por internet, que prefiero salir a correr...”. ¿Cuántas veces has escuchado esto? A los programadores de televisión les tiemblan cada mañana las piernas ante la caída en cascada de la audiencia en la televisión a otras tabletas. En la radio tradicional, la que mide el Estudio General de Medios, están empezando a mover fichas.

La radio bajo demanda, bautizada en Estados Unidos con escasa habilidad comercial como 'podcast', vive un boom en la red. Esta de moda pero no es una moda. Nosotros ya hacemos una. Y desde la experiencia de programarla escribo sobre los retos del fenómeno que vive una enorme efervescencia creativa y multitud de problemas.

Hace tan solo dos semanas la Cadena SER, primer actor del mercado, con los periodistas Vicente Jiménez y Antonio Fernández Rodicio al frente, ha impulsado Podium. Bendito sea el proyecto. La incursión de la SER en la radio bajo demanda es el paso definitivo para que los anunciantes crean en el sector. Podium no es el refrito de los contenidos ya emitidos por su casa madre en el dial tradicional; tiene contenidos propios. De la mano de firmas como Arturo Pérez Reverte, de grandes conocedores del planeta digital como Mario Tascón o periodistas que conocen bien el medio como José Ángel Esteban, la oferta es muy interesante. Las radionovelas, el periodismo de investigación o el humor son solo algunos de los géneros que ya exploran cuáles son los límites. Prometen más.

 

La irrupción de la SER viene a consolidar el formato, pero en el mercado español el podcast llevaba tiempo instalado con actitud y resultados brillantes. Agregadores como Ivoox del emprendedor Juan Ignacio Solera recopilan los mejores programas y son un buen comienzo si te quieres iniciar como radioescucha digital. Pioneros de la radio en internet como Fernando Berlín y La Cafetera y su fiel grupo de oyentes (La Resistencia) en Radiocable.com, o la enérgica e irreverente Carne Cruda de Javier Gallego, asociada a eldiario.es, son buena prueba de lo que se puede influir desde la red. Y no se olviden de navegar por la aplicación Spreaker, que ofrece por menos de 1000 euros al año emitir en directo 24 horas al día, 365 año. ¿Para qué quieres una licencia? ¿Para que quieres tener postes de radio? Alucinante. ¿Cuál es la conclusión? La radio tradicional no va a desaparecer, fragmentará aún más sus audiencias. El contenido es el rey. Haz un buen programa y serás una estrella de la radio. Si tienes varios postes en concesión, ve pensando en venderlos.

 

Desayuno con Alejandro Basanta, media manager radio de Havas Media, uno de los grandes especialistas del género, y me da una de cal y una de arena. “Mis anunciantes no me piden radio bajo demanda. Y cuando me la piden tengo que comprarla a coste por click con unas inversiones tan rídiculas que no podríais pagar ni la espumilla de los micrófonos”. Esa es la mala. Cal viva. Un cubazo de agua fría para cualquiera que vea en la radio bajo demanda una veta de oro. La buena, “necesito que proyectos como el de Spainmedia Radio y la SER existan en el mercado porque los anunciantes se darán pronto cuenta del potencial”.

 

Desde SPAINMEDIA, con nuestros estudios, presididos por la fotografía de un radiofonista de Robert Capa, en la calle Doctor Fourquet 3, en la frontera entre el olor a curry de Lavapiés y los turistas del peatonal Barrio de Las letras, SPAINMEDIA RADIO avanza en su consolidación en apenas 6 meses de vida con una programación que busca conectar una nueva audiencia digital, siga o no nuestras revistas. En septiembre presentaremos nueva programación. Soñamos con realizar una radio que ofrezca nuestra plataforma editorial al nuevo talento y nos hemos comprometido con el jazz como vehículo de conexión. Spainmedia Radio es la única emisora de España que solo programa jazz. ¿Estamos haciendo radio para las redes sociales? Rotundamente si. Estamos haciendo radio para la audiencia. Algunos de nuestros programas ya tienen más de 70.000 descargas. Queremos tener cuanta más audiencia mejor. Pero queremos tener más influencia que audiencia. Queremos ser un referente alternativo.

Los que realizamos podcast tenemos un problema de medición y de usos. La métrica es el próximo paso. Sabemos a diario cuánta gente nos escucha. Sabemos que si titulamos de una manera u otra la audiencia pinchara más o menos en el play. O si lo hacemos mal los que pinchamos somos nosotros. Y esta precisión métrica tiene a mi modo de ver dos consecuencias. En primer lugar sabemos cuándo nos escuchan y por qué lo hacen, y podemos insistir y mejorar en esa dirección. Pero también corremos el riesgo de no aportar aquellas ideas o tendencias que, siendo minoritarias, son las que finalmente contribuirán a cambiar nuestra sociedad. En el equilibrio entre audiencia e influencia está a mi entender el camino de esta nueva radio que está excitando mi imaginación hasta límites insospechados.

Necesitamos que se mida la radio bajo demanda con fiabilidad. Pero también que el anunciante valore que nuestros oyentes tienen un valor cualitativo que hay que pagarlo. Y lo vamos a conseguir.