Alejandro Liste y Adriana Quintero posan en Furancho Brasa Clandestina.
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El restaurante de A Coruña que no es clandestino y encandila por su brasa y sus carnes
Con unas piezas de máxima calidad, la Costa da Unión acoge un encantador restaurante en el que destaca su trato "familiar y muy personal"
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Como volver a casa de la abuela, pero con la seguridad de que vas a salir satisfecho. Esa es una de las esencias de Furancho Brasa Clandestina, que de la mano de Alejandro Liste y Adriana Quintero ofrece una maravillosa experiencia no solo en cuanto a sabor, sino en cuanto a servicio.
Es un local que "se ha ido convirtiendo poco a poco", tal y como reconoce Liste, hasta evolucionar a ser un templo de la carne.
"Hay gente que quiere probar piezas nuevas, cortes de carnes distintos, aquí los puede encontrar", explica.
Esa predilección por la carne hace que cada semana tenga varias opciones fuera de carta, para sorprender a sus clientes aconsejados por Carnicería Ana, con Pablo y Jessica al frente.
Las piezas se presentan antes de cocinarlas, y siempre pasan por la parrilla, con un encendido natural sin acelerantes ni combustibles, a la vista del cliente para que sepa exactamente qué come y al punto que quiere degustarlo.
Además, buscan siempre asesorar, para que en ningún momento se lleve ninguna sorpresa y sepa exactamente qué elección se van a encontrar.
La vaca y el buey son las principales elecciones de los clientes, que se dejan aconsejar bastante por las opciones que les proponen desde el equipo de servicio. Tanto el chuletón, como otras carnes sin hueso o más pequeñas, predominan en las opciones que se sitúan de primera opción.
El contar en el propio local con una cámara de maduración es un impulso a poder ofrecer una variedad tan amplia de opciones al público.
Trato familiar
El perfil de clientela es muy variado, tanto grandes grupos como pequeñas unidades que acuden también a opciones con precio cerrado.
El ambiente que traslada Furancho Brasa Clandestina es totalmente familiar y acogedor. "Nos gusta que el trato sea muy familiar y muy personal", recalca mucho Alejandro. La piedra se combina con la madera en la decoración, y un segundo piso enfocado a comedor más privado aumenta las opciones de organizar una velada agradable.
Como cualquier velada no puede ir sin sus acompañamientos, el vino es otra de las fortalezas. Con más de 200 referencias, es muy complicado no poder encontrar entre ellas una opción que satisfaga el deseo de ese momento. Todo ello sin olvidar sus entrantes, otros platos como la tortilla, o sus postres, muchos de ellos con un componente casero.
El horario busca también adaptarse a los ritmos de vida de los coruñeses, con varios turnos de comidas, el del mediodía y el de la noche.