Una camarera lleva tres platos de comida a una mesa
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Una joven, sobre su trabajo como camarera en A Coruña: "Trabajo 8 o 10 horas según contrato, pero siempre son más"
La precariedad laboral, las largas jornadas y la falta de conciliación forman parte del día a día de muchos trabajadores del sector de la hostelería
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De todos es sabido que la hostelería es una de las profesiones más duras. Factores como las largas jornadas laborales, el esfuerzo físico intenso, los salarios bajos y la falta de equilibrio entre vida personal y laboral hacen que muchos trabajadores sufran altos niveles de estrés y desgaste.
El caso de Marta (nombre ficticio para proteger su anonimato) refleja la situación de muchas otras personas. Esta joven lleva trabajando cerca de cuatro años como camarera en A Coruña. "Empecé porque, al ser inmigrante y no tener estudios, era lo más fácil de conseguir", explica a este medio.
"Trabajo 8 o 10 horas según mi contrato, pero siempre son más"
La precariedad laboral, las largas jornadas y la falta de conciliación forman parte del día a día de muchos trabajadores del sector de la hostelería. Sin ir más lejos, Marta tiene un contrato de 40 horas con horario partido, que le ocupa buena parte de la mañana y tamibén de la tarde/noche.
"Dependiendo del día, trabajo 8 o 10 horas según mi contrato, aunque realmente siempre son más", lamenta esta joven residente en A Coruña, y agrega: "Los días que trabajo es complicado disfrutar del tiempo libre, porque al tener turno partido no puedo compaginarlo con otras actividades".
"Y, por supuesto, no tengo libres ni fines de semana ni festivos", se queja. No obstante, también valora poder descansar dos días a la semana, "lo cual en este sector es difícil de conseguir, ya que normalmente solo se libra un día".
La hostelería es un sector duro, y los turnos de trabajo afectan a la vida social de Marta, pero lo más complicado, es que "se ve afectado el sueño". "Al salir tan tarde y tan activa es muy difícil conciliar el sueño, por lo que me cuesta levantarme temprano para aprovechar la mañana".
"Se vive mucho estrés durante el servicio. Se espera que todo sea rápido y perfecto"
Otra de las facetas menos atractivas de trabajar en hostelería, dice Marta, es que "se vive mucho estrés durante el servicio". "Se espera que todo sea rápido y perfecto. Además, muchas veces tienes que soportar los malos tratos de la gente, algo que ocurre en casi todos los trabajos de cara al público".
Por otro lado, Marta está conforme con su salario; sin embargo, "es injusto que no se paguen las horas extras". "Es tiempo de mi vida que no recupero y lo justo sería que, por lo menos, se me retribuya monetariamente".
Aunque trabajar en hostelería enseña a ser más empático con quien está al otro lado, "a la larga resulta muy desgastante", afirma la joven, quien considera que este trabajo es temporal mientras se forma para algo más.
En este sentido, señala que el sector necesita un cambio y que este pasa por "respetar el tiempo de los trabajadores, cumplir con los horarios, establecer turnos rotativos para evitar los turnos partidos tan agotadores y garantizar al menos un fin de semana libre al mes".