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Atelier: un oasis para la fotografía analógica en A Coruña

Macarena Garay y Pep Paramos llevan seis meses desarrollando profesionalmente su gran pasión en la Ciudad Vieja.
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La fotografía analógica, o química (para ser más concretos), sigue teniendo cabida en la ciudad. Concretamente, en la Ciudad Vieja, donde los fotógrafos Macarena Garay y Pep Paramos se asentaron hace seis meses. En la plazuela de la Cortaduría, junto al colegio de Santo Domingo, está Atelier de Fotografía, un taller donde los carretes y los negativos son los principales protagonistas.

Macarena y Pep realizan servicios fotográficos y contemplan su negocio como un espacio colaborativo, de manera que otros profesionales pueden usar las instalaciones.

"La pasión por la fotografía fue naciendo poco a poco en mí. Asistía a cursos y podría decirse que el resto de mi formación fue autodidacta", cuenta Macarena, uno de los dos pilares del Atelier. Junto a Pep, se aventuró a acondicionar un viejo local comercial de la Ciudad Vieja para dotarlo de unas instalaciones idóneas para los amantes de la fotografía química.

El local dispone de un estudio de fotografía, un espacio para exposiciones y un cuarto oscuro donde revelar. En un espacio diáfano, un amante de las imágenes clásicas puede encontrar todo lo necesario para desarrollar sus trabajos y mejorar de la mano de estos dos profesionales.

Pep Paramos, por su parte, sí ejerció de fotógrafo freelance mientras trabajaba en otros sectores. "Siempre he sido un aficionado más, y he tenido que trabajar por mi cuenta". Al volver a Galicia fue cuando decidió que la fotografía debía adquirir un mayor peso en su vida profesional.

Una fotografía nostálgica, pero con aspectos técnicos singulares

¿Qué mueve a alguien a abrazar la fotografía analógica en lugar de pasarse a la digital? Lógicamente, hay un gran componente de "nostalgia" en la decisión, tal y como cuentan Macarena y Pep. "La educación visual de todos nosotros viene de la fotografía clásica. Es lógico que exista ese romanticismo, pero también entran en juego cuestiones técnicas", afirma Pep.

La principal diferencia que destacan es que "estás viendo granos y no simples píxeles" en la imagen. "La fotografía analógica tiene mucho gancho. Parte de culpa la tienen las cámaras, con un encanto que las digitales no tienen", afirma Macarena. "Además, la imagen final depende mucho de la película que uses. Hay muchas marcas y cada una tiene unas características. Tienen una personalidad única. Cada una deja su huella en la fotografía y eso solo es posible mediante un proceso analógico", afirma Pep.

Lecciones para aprender "desde cero"

En Atelier de Fotografía uno puede empezar "de cero" a manejarse con las cámaras analógicas y el revelado de negativos. "Al fin y al cabo, la técnica con la cámara es la misma. La diferencia es que aquí usas tus manos y no el Photoshop, puedes tocar la fotografía", señala Pep.

"Nuestra educación visual viene de la fotografía clásica. Es lógico que exista romanticismo, pero también entran en juego cuestiones técnicas"

Pep Paramos

Este local organiza distintos cursos y talleres. Pueden ser tanto para realizar retratos y fotografías tanto analógicas como digitales o para positivar, revelar y ampliar los resultados. Sus instalaciones permiten llevar a cabo todos los procedimientos: desde sacar la foto a su revelado final.

De hecho, hasta hoy, viernes 24, habrá en las instalaciones de Atelier una exposición de Fran Souto y Samuel Ortiz, que combina tanto fotografía digital como analógica. Esta muestra, llamada Territorio [in] Exporado, culminará con un encuentro con sus autores. El propio Samuel Ortiz impartirá mañana un curso de reparación de cámaras y objetivos.

Equipos asequibles, pero no para "sacar 3.000 fotos en un viaje"

Pep y Macarena creen que hay "diferentes divisiones" hoy en día para referirse a la fotografía analógica. "Por un lado están las cámaras instantáneas, como las de Fuji o Polaroid, que están muy de moda entre los jóvenes", afirman. Por otro lado, ellos trabajan con cámaras réflex, que "en el mercado de segunda mano se pueden conseguir a un buen precio". También sus accesorios.

Eso sí, "no son cámaras para sacar 3.000 fotos durante un viaje de fin de semana", señala Macarena. Es así porque los carretes tienen un precio más elevado, al tener un menor uso. "Hay que pensar la foto. Muchas veces, con las cámaras digitales, nos perdemos el momento idóneo al estar mirando para la pantalla", señala Pep.

Diversidad de clientes: de Inditex a pequeñas tiendas de fotografía

"No hay otra tienda como la nuestra en A Coruña", dice Pep. Al Atelier de Fotografía acuden varias tiendas de la ciudad para usar su cuarto oscuro y revelar las imágenes que sus clientes siguen llevando en negativos. "Tenemos tres negocios principales que nos envían estos trabajos, pero también nos encargamos de restauración de archivos fotográficos antiguos", afirman.

Otro cliente, algo sorprendente, proviene de Inditex. A Atelier de Fotografía acuden fotógrafos de Zara o Pull and Bear para hacer sesiones con la ropa de la multinacional. "Muchas acaban en su web. Disparar con película es una opción dentro de su trabajo. Se trata de un mundillo tan interesante como complejo. Quien diría que son fotos analógicas", cuenta Pep.

Atelier de Fotografía ha llegado a la ciudad por amor a la fotografía clásica. Da cabida a los nostálgicos del proceso químico, a los pacientes que buscan la imagen perfecta. Macarena y Pep siguen queriendo que la fotografía analógica tenga su espacio en A Coruña.

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