Así es la "ceguera silenciosa" que afecta a 70.000 personas en Galicia
Este domingo comienza la celebración de la Semana Mundial del Glaucoma, una iniciativa global para dar a conocer a esta enfermedad que constituye la segunda causa más común de ceguera en el mundo. En Galicia hay alrededor de 70.000 personas afectadas y se da con frecuencia un tipo de glaucoma que es más agresivo y difícil de controlar. Además, el glaucoma evoluciona lentamente y no produce síntomas, por lo que a menudo se le denomina la "ceguera silenciosa".
El glaucoma es "un grupo de enfermedades oculares que causan el daño progresivo del nervio óptico, a nivel de su cabeza, por donde sale del ojo para llevar la información visual al cerebro", explica el doctor José Antonio Saavedra, co-Director del Centro de Ojos de A Coruña. Se trata de la segunda causa más común de ceguera en el mundo después de la catarata, y la primera causa de ceguera irreversible.
Sin embargo, pese a su gravedad y prevalencia, el glaucoma se encuentra infradiagnosticado porque no produce síntomas, de modo que las personas que lo padecen no son conscientes hasta que la enfermedad se encuentra en estadios avanzados. Saavedra destaca que "más del 50% de los glaucomas permanecen sin diagnosticar en los países desarrollados". Un número que aumenta hasta el 90% en países en vías de desarrollo.
"Si el glaucoma no se trata, la mayoría progresan sin apenas síntomas", y los pacientes no notan nada "hasta que que el nervio óptico está más de un 50% atrofiado". "El glaucoma afecta al campo visual, el paciente va perdiendo el campo visual desde fuera hacia dentro, y es tan lento que no se da cuenta hasta que prácticamente ha perdido el 90%", detalla. Por ese motivo, lamenta, "es complicado la prevención porque la gente solo acude cuando tiene síntomas".
Aunque existen distintos tipos de glaucoma, los más comunes se relacionan con un aumento de la presión intraocular y su prevalencia aumenta con la edad. Actualmente no tiene cura y la pérdida de visión es irreversible, pero existen tratamientos que pueden frenarlo, como colirios hipotensores, el láser, o la cirugía. En ese sentido, subraya la importancia de adherirse a ese tratamiento, y no dejarlo, ya que muchos pacientes no son constantes siguiendo las pautas.
Por todo ello Saavedra recomienda realizar una revisión anual por parte de un oftalmólogo que incluya la medida de la tensión ocular y la exploración del nervio óptico, a cualquier persona mayor de 40 años, sobre todo con antecedentes familiares de glaucoma o ceguera. "Su detección precoz es esencial para poder evitar la progresión hacia una pérdida visual definitiva", subraya.
El glaucoma gallego
El glaucoma no es solo uno, existen varios tipos de glaucoma y "algunos pueden ocurrir como complicación de otros desórdenes visuales", apunta el profesional, sin embargo "la vasta mayoría son primarios, es decir que no se sabe cual es su última causa y no se relacionan con ninguna otra enfermedad visual".
El factor de riesgo más importante en la mayoría de los glaucomas "un aumento de presión intraocular", aunque existen otros como el lugar de origen, la historia familiar, tener miopía alta o la edad. Aunque existen algunas formas de glaucoma congénitas, o que se dan durante la infancia o adolescencia, "en la mayoría de los casos el glaucoma aparece en adultos, después de la cuarta década de la vida, y su frecuencia se incrementa paulatinamente con la edad", relata.
Así, los tipos más comunes de glaucoma en personas adultas son "el glaucoma crónico primario de ángulo abierto, o simple, que es el más frecuente en personas de raza caucásica y negra, y el glaucoma de ángulo cerrado, que es el más frecuente en la raza asiática".
Con todo, en Galicia se da otro tipo de glaucoma que está asociado a una alteración genética y su prevalencia aumenta proporcionalmente a la edad de los pacientes . Se trata del glaucoma pseudoexfoliativo. "Se habla de él como una posible herencia celta dado que otros países donde también es muy prevalente son los escandinavos y Escocia", traslada Saavedra.
Se trata de un tipo de glaucoma, "si cabe, más agresivo", porque es "más difícil de controlar", ya que evoluciona "con mayores subidas de la tensión ocular inesperadas durante el día, con una probabilidad de aumentar el daño del nervio óptico y la pérdida de campo visual más rápidamente".
Pese a todo, el oftalmólogo detalla que su tratamiento es similar al glaucoma crónico de ángulo abierto, "pero con mayor dificultad para controlarlo".
