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Tribuna Abierta

La tierra y el sol como ética

El presidente de la Asociación Gallega de Sumilleres cuenta con detalle su última visita a la bodega de Bernardo Estévez, quien les habló del trabajo del suelo y de cómo es la propia naturaleza la que ofrece una uva de gran calidad
Juanjo Figueroa Treus
Por Juanjo Figueroa Treus
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Hace pocos días visitaba acompañado de dos grandes sumilleres (Dore y Cannas) la bodega Chanselus. Esta bodega es la excusa para que Bernardo Estévez pueda proteger al planeta, y el vino es consecuencia.

He tenido la suerte de visitar su bodega en multitud de ocasiones y siempre vuelvo, (además de feliz porque visitar bodegas es mi deporte favorito), con la necesidad de reflexionar.

Bernardo nos habla de respeto a la tierra, y de cómo él trabaja el suelo y gestiona su amistad con el sol para que sea la naturaleza la que ofrezca una uva de calidad infinita. Es educado, justo en palabras y observador. Tiene ese contestar gallego que deja abiertas preguntas y hace que quien lo visita necesite siempre volver, porque con cada respuesta los caminos que se abren son más grandes todavía.

Vestía, además, ropa de una marca nacional, ecológica, y sostenible cerrando así el discurso con una lógica abrumadora. Lo hace porque cree en ello, no hay titubeos ni fisuras en lo que dice y hace, no quiere reconocimientos, ni se cree un superhéroe, solo quiere estar de acuerdo y a gusto con lo que hace. 

Hablaba de entender la planta desde los micronutrientes que hay en el suelo, y que él siempre busca equilibrio para conseguir plantas fuertes, ganadoras y hacer así ganador también su entorno y su vino. Nos contaba lo mucho que había tenido que estudiar y prepararse para aterrizar en sus tierras principios de biodinámica, permacultura o estudios de gente como Jairo Restrepo o Nacho Simón y la ayuda de Orkatz Pagola, experto en agricultura regenerativa, para conseguir así trabajar desde el respeto.

Decía vivir tranquilo porque sabe que quien beba su vino no meterá nada en el estómago que pueda hacerle daño. Eso, para él, es el motivo más importante a la hora de beber, y yo creo que no es causa menor. Es impresionante ver muros de hace 500 años hechos a mano con piedras que duermen "unas sobre otras" pareciendo esperar que alguien ponga en valor el patrimonio que significan. Al paso de Bernardo parecían despertar.

Hay gente que trabaja la tierra con el deseo de que las siguientes generaciones no hereden hectáreas sino riqueza. Él presumía de trabajar seis días y medio a la semana y de pasar años difíciles cuando la añada así lo decide, (en el 2020 hizo un solo vino de poco más de mil botellas con las uvas blancas y tintas que sobrevivieron en todas sus fincas). Pero desde fuera, viendo su trabajo y su filosofía, ¡a mí me parece uno de los tipos más ricos del mundo! 

Cuando sea mayor podré contarle a mis nietos cómo un hombre plantaba semillas de honestidad. 

Más tarde volvía yo hacia casa, admirando el paisaje del Ribeiro, esa tierra preciosa que fue líder mundial del mercado del vino, y que actualmente renace desde hace años todavía sin el reconocimiento que merece. Lo conseguiremos.

Juanjo Figueroa Treus
Juanjo Figueroa Treus
Sumiller formador en el Instituto Galego do Viño y presidente de la Asociación Gallega de Sumilleres. Además, Juanjo Figueroa es sumiller y copropietario del establecimiento de hostelería Lume de Carozo, en el casco vello de Vigo.