Calvo: La familia que cambió para siempre la historia de la conserva mundial

Su historia, como la de la mayor parte de la industria conservera de pescado en España, es la historia de una familia que, a pesar de haberse internacionalizado, sigue siendo una empresa familiar, en la que la familia es la propietaria y ejerce la dirección como tal. Calvo es más que una empresa, es una dinastía, una saga que ha creado historia y que formará parte para siempre de la misma.

En ocasiones nos vamos muy lejos a buscar emprendedores, genios, referentes, cuando a veces, los mejores están a tu lado. Tuve el placer de trabajar durante casi seis años en Calvo, en su fábrica de Carballo, como Gestor de Compras de la División de Flota (pesca) ayudando a que los buques atuneros de Calvo pudieran pasar meses en el mar con todo lo que necesitaban a bordo. A raíz de aquella experiencia quise saber más sobre aquella familia que todos los días acudían a sus despachos de fábrica a trabajar codo con codo con sus empleados.

Y así fue como descubrí a Don Luis Calvo Sanz, el inspirador, creador y referente de esta aventura.

En los años 30, Luis se puso al frente del negocio familiar de coloniales (ultramarinos) en la pequeña localidad coruñesa de Carballo. Fue tras la Guerra Civil Española cuando vio un nicho de mercado a su alcance, la conserva de pescado. Pero había un gran problema: No tenía experiencia, ni personal, ni maquinaria para el negocio. Así que hizo lo más lógico y razonable: Pedir ayuda técnica a proveedores, competencia e incluso clientes. Y así fue como en 1941 nacía la primera fábrica de Calvo en el centro de Carballo. Con unas pocas personas comenzó la producción de conserva, apostando por la innovación y la tecnología, en la que su mujer Dña María Dolores Pumpido dirigía la preparación de los productos, sus hijos alternaban estudios y la descarga de camiones y él se peleaba con la compra del pescado en los puertos.

Aunque la historia daría para un libro, el negocio fue creciendo y los Calvo se convirtieron en auténticos pioneros y referentes, que cambiaron la historia de la conserva para siempre.

Las tres grandes innovaciones de Calvo

En 1956, tras haber visto una empacadora de latas automática en Vigo (que no funcionaba), Luis se propuso construir la suya. Y lo consiguió. Con un obús, una moledora de café, una encoladora y un eje de camión fabricó la primera empacadora de latas en Europa, capaz de producir 36 latas/minuto. Debido a su éxito, Calvo vendió cientos de estas máquinas a otras fábricas del mundo, lo que permitió a Luis y a su primogénito, José Luis, conocer de primera mano en las fábricas de sus clientes el sector conservero de otros países.

A mediados de los 60 llegó la segunda gran innovación de Calvo en el sector conservero: la introducción del atún yellowfinn (aleta amarilla) que José Luis Calvo descubrió en uno de sus viajes por el mundo. Había nacido el Atún Claro, el nuevo referente al que todos imitaron.

Además de introducir un nuevo producto, que el consumidor adoraba, crearon su siguiente innovación: la lata redonda, que Calvo introdujo en España en sustitución de la ovalada. No está mal si tenemos en cuenta que en la actualidad el 95% de las latas de atún del mercado español son redondas...

A mediados de los años 70 el resto de hijos se incorporan más profundamente en la gestión y dirección de la empresa y Calvo alcanza cotas espectaculares, con la construcción de una nueva fábrica en su ciudad natal y años más tarde con el nuevo formato que volvería, de nuevo, a hacer historia en el negocio de la conserva: el pack de 3 latas. Fue tal su éxito que el resto del planeta copió su idea.

La memorable publicidad

Y como de ideas no se vive, sino de su venta, decidieron que ya era hora de usar eso de la televisión para ayudarles a vender. Y así fue como por primera vez, una empresa de conservas se anunció en televisión creando (de nuevo) historia con su anuncio de los “calvos” Jesús Puente y Juanjo Menéndez con su irracional diálogo “claro, calvo…” Y todo cambió para siempre. Calvo se convirtió en la empresa conservera más conocida del país y sus ventas crecieron en 20 días un 40%.

Debido a este brutal crecimiento y al encarecimiento de la materia prima pensaron: “pesquemos nuestro propio atún”. Y así fue como Manuel, uno de los hijos de D. Luis Calvo Sanz, se convirtió en armador de su propia flota de atuneros, controlando de esta manera el negocio desde el mar hasta la mesa del consumidor. Un golpe genial. Y, aunque parezca increíble, varios de aquellos buques siguen aún hoy en día en activo (los cuales conozco muy bien).

A partir de esas fechas, la historia de Calvo es ya más conocida, pasando por crisis, alegrías, convirtiéndose en una multinacional con varias fábricas en el mundo o buscando nuevos socios para ayudarles a crecer.

Incluyendo la División de Pesca, Grupo Calvo es la primera conservera española y la quinta a nivel mundial, poniendo en el mercado más de 1.000 millones de latas.

Además, la tercera generación de la familia lleva ya tiempo formando parte de la empresa, aportando sabia nueva a la compañía, sin dejar de lado a Jose Luís, Luciano y Dolores, que siguen en activo.

Grupo Calvo ha cambiado para siempre la industria conservera, y en la actualidad sigue escribiendo la historia como una de esas empresas que hacen que el mundo gire, gracias a dos cualidades: Innovación y Personas.

En ocasiones los mejores están a tu lado así que, ¿cómo no iba a hablar de ellos? Los he tenido durante mucho tiempo muy cerca y además fueron, en gran medida, los responsables de haberme convertido en el profesional que soy en la actualidad.

Yo lo tengo claro, ¿y tú?

Fuentes:

• FRAGA RODRÍGUEZ, X. (2009). Empresarios de Galicia Volume 2. A Coruña: Fundación Caixa Galicia, Fundación Galicia Empresa.
• CARMONA BADÍA, X. (2011). Las Familias de la Conserva. Pontevedra: Diputación de Pontevedra, Fundación Cluster de Conservación de Productos del Mar, Anfaco-Cecopesca.
• www.grupocalvo.com. Grupo Calvo.