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Auge del Camino de Santiago: 2023 ya supera en un 16% los peregrinos del año pasado

El Camino recupera al turista extranjero más alejado, de lugares como Estados Unidos o Corea, con un mayor poder adquisitivo
Peregrinos tomándose una foto en la Praza do Obradoiro.
Europa Press
Peregrinos tomándose una foto en la Praza do Obradoiro.
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Los peregrinos que han llegado en este 2023 a Santiago ya superan en un 16% los caminantes que sellaron su Compostela el año pasado, un Xacobeo en el que se rompieron todos los récords en visitantes que hicieron el Camino. En total y hasta el pasado 2 de julio han sido 181.676 personas las que han llegado a la capital de Galicia.

Los turistas extranjeros han sido los responsables de esta explosión en popularidad del Camino. En el inicio del año han superado en números a los caminantes nacionales, recuperando en especial a los que llegan de los destinos más alejados como pueden ser Corea, Australia o Brasil. Muchos de estos lugares todavía tenían restricciones para viajar debido a la pandemia durante ambos Años Santos, pero ahora, ya sin las limitaciones que supone el covid, han decidido que es la hora de coger sus mochilas y llegar hasta la capital de Galicia.

La explosión masiva en esta primera mitad del año sorprende. Muchos son los que optan por hacer la peregrinación durante los meses de verano ya que es menos probable sufrir las inclemencias del clima gallego. Sin embargo, en este 2023, la tendencia parece haber dado la vuelta. La explosión en visitantes se explica principalmente por los meses de febrero y marzo, donde, según los datos de la Oficina del Peregrino, se sellaron un 41% y un 56% más de Compostelas que el año pasado. Mientras tanto en junio, tan la cifra ha crecido tan solo un 2%.

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En febrero fueron los portugueses los que lideraron el número de llegadas extranjeras a Santiago. En total hubo 464 visitantes del país vecino, algo más que un 16 % del total, que completaron el Camino, seguidos por los coreanos (176) y los alemanes (156). En marzo es cuando los número saltan a más de 10.000 turistas, y es también la primera vez en el año que los españoles superan a los de fuera. Este mes fueron los estadounidenses (551) y los alemanes (899) los que estuvieron más presentes en Compostela.

Con la llegada de la primavera fue cuando se comenzó a ver ya escenas que pertenecen al verano compostelano. Las primeras colas en la Catedral, la rúa del Franco a reventar o las escenas de peregrinos parando a los vecinos para preguntar direcciones se fueron haciendo cada vez más frecuentes. Esto, junto con la recuperación también de los buenos datos del aeropuerto de Lacavolla, ha animado a los que se dedican a servir a los visitantes de Santiago.

La popularidad de otras rutas hermanadas, como puede ser la Ruta de las Misiones de San Antonio de Texas, o el japonés de Kumano Kodo, explican, también la presencia cada vez más importante, de visitantes transoceánicos. Estos son precisamente los que gobernantes y hosteleros quieren atraer hasta la capital gallega, ya que tienen un mayor poder adquisitivo y suelen dejar más dinero en sus destinos.

“El aumento de peregrinos en los meses de abril y de mayo, o también el aumento del turista de congresos o del visitante que llega a través del tren y del avión es un dato muy positivo para la economía de Santiago, y además, a la hostelería nos permite generar puestos de trabajo cada vez más estables, por lo que estamos muy satisfechos”, explica Thor Rodríguez, presidente de la Asociación Hostelería Compostela al hacer balance de las cifras, destacando que “cada vez se ve menos ya en nuestro sector ese puesto de trabajo que respondía solamente a la temporada de verano”.

Rodríguez incidió en que “Santiago ha demostrado que tiene un atractivo más allá de los meses estivales y esperamos que este atractivo se mantenga y que tengamos un verano y un final de temporada muy positivo”.

Tensión entre peregrinos y vecinos

El verano trae consigo, inevitablemente, una tensión entre los vecinos y los visitantes. El año pasado la asociación vecinal de A Xuntanza, en el barrio de San Pedro, creó un decálogo de comportamientos para los peregrinos que bajan por la histórica calle. Entre las medidas pedía no solo que recogiesen su basura, o que tuvieran precaución cuando circulasen con bicicletas, sino también normas tan básicas como que no cantasen a gritos porque es un área mayoritariamente residencial.

El mensaje no llegó a muchos y los vecinos de esta zona de Compostela se tuvieron que enfrentar a cientos de personas interrumpiendo su día a día normal. Este año, ya se han comenzado a hacer virales las primera imágenes similares, algo que, por otra parte, tampoco les sorprende demasiado.

"Estamos un pouco coma o ano pasado", señala Mon Vilar, de la asociación. "Hai moitísima máis presencia de xente de fóra, e seguen cas mesmas dinámicas de cantar, facer ruido...".

Confiesa Vilar que la asociación no ha podido hacer ningún tipo de evaluación formal del impacto que ha tenido su decálogo. "Nós o único que queríamos era facer unha chamada de atención, sobre todo ás administracións", admite, aunque también señala que, la buena aceptación entre los locales y vecinos del barrio les ha motivado para volver a pegar los carteles de nuevo en las próximas semanas.

Sobre las actitudes incívicas que se han hecho virales en las últimas semanas, esta vecina opina que "non se pode xeneralizar", y que estos comportamientos son el resultado de cómo proyectan ciertas adminostraciones la imagen de la ciudad, que venden sin tener en cuenta el valor del patrimonio histórico presente.

"Estamos vendo actitudes e accións que rozan o impensable", opina Vilar. "Non se vende a cidade patrimonial e o respeto, estase vendendo o Camiño. Estase vendendo que canta máis xente chegue mellor, todo iso sen regulación e control dos fluxos que se ubican en diferentes puntos da cidade".

Para ella, las imágenes de estos últimos días de turistas acampando en el parque de Belvís o haciendo picnics en el Obradoiro es también el resultado de una incapacidad para comunicar la normativa munciipal existente. "Se non hai unha cartelería informando, ou Policía Local ou algún dispositivo que alerte, a xente entenderá que todo o campo está para subir", señala en referencia a las últimas imágenes de un hombre trepando la Puerta Santa de la Catedral.

Con todo, la reflexión de este modelo va más allá de la capital gallega. Incidentes como la agresión a un hostelero de O Pino por parte de un peregrino hicieron encender todas las alarmas, hasta el punto que la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago denunció el modelo low cost, que está convirtiendo una experiencia espiritual en "una simple experiencia lúdica, vacía de contenido".

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