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Yerai, el joven cura del Dépor que idolatra a Lucas Pérez y Lendoiro propone de capellán

Tras un viaje a Roma con 16 años supo que quería encaminar su vida a la religión. Una fe que combina en la que tiene en los triunfos futuros del Deportivo tras una temporada en la que ha rezado mucho para conseguir el ascenso a Segunda División
Yerai Fariñas en el estadio de Riazor.
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Yerai Fariñas en el estadio de Riazor.
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A sus 35 años, el ourensano Yerai Fariñas ejerce de sacerdote en Santa Eufemia, en Ourense, y el joven natural de Maceda tenía claro desde los 16 años que quería seguir el camino de la religión. Pero desde que era muy pequeño, su vida ha estado marcada por el fútbol, concretamente por el Deportivo, el equipo que se ha convertido en el de sus amores gracias a su abuelo, que se hizo seguidor desde que hizo la mili en la ciudad herculina.

Tanto es así, que el sacerdote presume divertido de que tiene "la edad de Lucas" y es natural de la localidad ourensana de Maceda, cercana al Santuario de los Milagros. Ha sido socio del club durante más de una década y cuando era seminarista y tenía menos obligaciones no dudaba en moverse hasta A Coruña las veces que hiciera falta para animar a los blanquiazules desde su asiento en el estadio de Riazor.

Es alguien que no pasa desapercibido y recuerda con humor como el pasado 12 de mayo, cuando el Deportivo consiguió el ascenso, muchos se sorprendían de ver "a un cura del Dépor" y que aseguraban que estando él en el estadio "ganarían seguro".

Y así fue, aunque Fariñas advirtió a estos seguidores de que "los jugadores tendrían que correr algo también", dice entre risas. Muchos se fijaron en él porque llevaba su camiseta del Deportivo y la bufanda por encima del hábito y al verle el año pasado en un encuentro, cuando que el expresidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, hasta le propuso ser capellán del Deportivo.

"¿Quién iba a decir que un cura va a ver el fútbol?"

Fariñas rememora que los primeros pensamientos de ser cura le asaltaron cuando tenía unos 9 años: "Vas caminando por la vida y lo quitas de la mente, pero luego volvió con fuerza ese pensamiento a los 16 años y sentí que este era mi camino. Mis abuelos maternos eran muy religiosos y me dieron siempre mucho ejemplo de fe", explica. Fue monaguillo y ayudaba al párroco y su vocación se volvió fuerte en un viaje a Roma para visitar la tumba del Papa Juan Pablo II cuando aún no era santo. "Allí decidí lo que quería hacer con total claridad, algo me decía en el interior que tenía que ir y se me aclaró todo", revela.

Entro en el Seminario Mayor a los 18 años y empezó los estudios eclesiásticos y en el 2015 recibió la orden del diaconado, previa a la del presbiterado, para finalmente en 2016 tener esta segunda oficialmente con 28 años. "Nadie es profeta en su tierra, como dice el dicho, y mi primer destino fue la parroquia de Xinzo de Limia y otras parroquias cercanas durante mi etapa formativa el primer año", concreta.

Sobre las experiencias vitales que ha podido "perder" al elegir este camino poco habitual en cualquier joven de hoy en día, argumenta que "no perdí nada porque tengo el cariño y he ganado a mucha gente, a pesar de renunciar a otras muchas cosas". Sin embargo, admite que sufre a veces "la soledad del sacerdote", aunque asegura que "se compensa con el cariño del pueblo, de los fieles y de toda la gente que colabora contigo". "¿Quién iba a decir que un cura va a ver el fútbol?", se pregunta, mientras sostiene que "mientras uno se divierta sanamente y no cometa locuras puede vivir su sacerdocio tranquilamente".

"La soledad la llena Dios y esos momentos de relax o de esparcimiento los paso compartiendo mi afición por el Deportivo", explica. Tiene recuerdos bonitos con el equipo, ya que a los 4 años celebró cuando ganaron la primera Copa del Rey y vivió también el penalti de Djukic: "era pequeño pero me acuerdo perfectamente porque me disgusté". Su primera vez en el estadio de Riazor fue con 6 años y apunta que no podía ir siempre por temas de colegio y porque "no había los medios económicos que hay hoy en día". Dada la situación, aprovechaba para ver al equipo en los partidos de pretemporada o en el Trofeo Teresa Herrera.

"El gol estaba predestinado para Lucas"

Recientemente ha aparecido en televisión, en el programa Land Rober de la TVG junto a su ídolo, Lucas Pérez, con quien nunca había hablado en persona más allá de las ocasiones en las que puso sacarse las fotos de rigor al paso de los jugadores en el estadio. "Le tengo mucho cariño a Lucas porque ese chico venir desde donde vino, hacer todo lo que hizo, bajar al barro para aportar su grano de arena y alejarse de Primera División para sacar al Dépor de donde estaba es para hacerle un monumento", subraya.

"Es muy amable y cercano y no olvidaré el abrazo que nos dimos y esas gracias y Forza Dépor mutuos", comenta. A su vez, en esta temporada del Deportivo y sobre todo la semana del ascenso, afirma que rezó toda la semana "para que Dios les diera fuerzas y que el partido contra el Barcelona B fuera lo mejor posible". En otros encuentros de la temporada, Fariñas rezaba un poco antes del partido y en el propio estadio. "Normalmente rezo tres veces al día y en esta ocasión encomendé a los jugadores a la Virgen del Rosario, la patrona de la ciudad, y se consiguió", dice satisfecho.

Antes de que marcara Lucas Pérez, Fariñas apunta que pensaba: "Luquiñas por dios, la vas a meter, céntrate". "Tenía el convencimiento de que el partido saldría hacia delante por cómo estaban jugando, pero era complicado porque los del Barcelona tienen jugadores muy buenos y jóvenes que juegan a la picaresca", advierte, a lo que añade que "el gol estaba predestinado para Lucas". "Lo tengo más que claro que tenía que ser él el que resolviera el asunto".

Sobre el futuro del equipo en Segunda División, opina que "Mella es un gran jugador y tienen una buena plantilla que promete". Este sábado acudirá al partido contra el Real Unión con su madre y se quedarán para las celebraciones. Como atuendo tiene donde elegir, aunque de su merchandising deportivista destaca la mítica camiseta de Feiraco de cuando ganaron la Copa Del Rey, la actual denominada A DÉ Migración y hasta peluches con los colores blanquiazules.

Faceta como youtuber

En su cuenta de Instagram, Fariñas tiene fotos relacionadas con el deportivismo, con su madre, uno de los pilares de su vida, y hasta con el Papa Francisco. Una vez al año suele viajar en familia a algún lugar destacado por motivo religioso y porque es un amante de la cultura, este año le toca Polonia "por el cariño que le tenía al Papa Juan Pablo II" pero acude a Roma (Italia) con asiduidad por algunas colaboraciones. Durante su estancia en la ciudad italiana, apunta que ha tratado varias veces con el pontífice argentino y lo define como "un encanto de hombre y un santo bendito" con el que incluso ha hablado de fútbol brevemente.

"La última vez iba a llevarle una camiseta del Dépor porque no dábamos salido del bache y para que nos sacase del pozo y ahora quiero regalarle una firmada por los jugadores y pedirle que siga rezando para que subamos a Primera", desea. A esta ajetreada vida entre compromisos de misas, sus viajes y su pasión por el Deportivo, se une la faceta de youtuber que ejerció durante la pandemia, ofreciendo misas online a las que se llegaron a unir en alguna ocasión un centenar de personas.

Al margen de Lucas Pérez, admira a estrellas del Súper Dépor como Bebeto o Valerón y en los próximos meses, cuando empiece la nueva temporada en agosto, promete que "seguirá rezando para que el equipo siga trabajando para conseguir el objetivo" pero pide que "no se estresen y vayan paso a paso, porque sino todo se fastidia", concluye este deportivista convencido que mantiene la fe en los suyos sobre el terreno de juego.

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