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El pintor coruñés Óscar Cabana: "No pinto con óleo, pinto con espátulas de albañil, con yeso"

El artista de A Coruña será uno de los 35 participantes del programa Estudios Abertos que se celebra este 13 de abril. Hablamos con él sobre su pasión por la pintura y la arquitectura, que han ido de la mano a lo largo de su trayectoria, así como de su obra y de lo que tiene preparado para el sábado
El pintor coruñés, Óscar Cabana, en su estudio.
Óscar Cabana
El pintor coruñés, Óscar Cabana, en su estudio.
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Este sábado se celebra en A Coruña una nueva edición de Estudios Abertos, una jornada que abre las puertas de estudios artísticos de la ciudad a la población, para que puedan conocer de primera mano cómo trabajan estos profesionales y asistir a distintos talleres.

Desde las 11:00 hasta las 21:00 horas se podrá disfrutar por rincones de toda la ciudad de manera gratuita de recitales poéticos, visitas guiadas infantiles, talleres de iniciación a distintas artes y música.

Uno de los artistas participantes es Óscar Cabana, que tiene su estudio situado en la travesía Atocha Baja, 3. Óscar es un coruñés de 44 años de formación autodidacta en la pintura, pero con trayectoria académica en la arquitectura, campo del que saca inspiración para sus obras y texturas. También es profesor en el colegio Dominicos de A Coruña y ha participado en más de 100 exposiciones de forma individual o colectiva tanto en España como en el extranjero.

Sus obras han sido premiadas en multitud de ocasiones y muchas de ellas lucen en edificios institucionales como las diputaciones de A Coruña y Pontevedra o los ayuntamientos de Ourense, Lugo y Sada. Las creaciones de Óscar Cabana están basadas siempre en la arquitectura, tanto en diseño como en materiales, ya que no utiliza óleos convencionales, sino una mezcla de materiales de obra a los que da forma con instrumentos de albañilería.

Hemos hablado con él sobre su trayectoria, cómo es ser artista autodidacta y qué tiene preparado para esta nueva edición de Estudios Abertos.

¿Cómo empezó? Porque usted es pintor autodidacta, ¿no?

Sí, sí. Yo estudié arquitectura. Entré en el 98 en la escuela y llevo pintando desde pequeño. En la escuela te enseñan un poquito, algo de pintura, pero muy poquito. Más o menos he sido autodidacta y, como siempre digo, prueba, error, prueba, error, prueba, error.

¿Cómo le entra esa curiosidad de decir "mira, me gusta el dibujo, creo que se me da bien, que me puedo dedicar a esto"?

Ya desde pequeño. Cuando entré en la escuela dudé mucho, Bellas Artes o hacer algo aquí en la Pablo Picasso y al final me decanté por arquitectura. También me gustaba mucho la arquitectura. De hecho, diría que hoy en día soy un arquitecto vocacional y me decanté por arquitectura, sobre todo, pensando en el trabajo. Siempre piensas que tiene más salida una carrera más técnica que estudiar Bellas Artes. Acabé arquitectura, trabajé dos años de arquitecto y compaginé esos 12, 15 años la arquitectura y la pintura. Lo que pasa es que cuando la pintura ya empezó a ir bien era imposible mantener las dos carreras a la vez. Y desde hace siete años me dedico solamente a la pintura.

"En este sentido está súper influenciado en mí haber estudiado arquitectura y haber trabajado de arquitecto con mi trabajo de pintor. No se entiende el uno sin el otro"

Óscar Cabana

¿En qué le ha ayudado o qué ha trasladado de esa formación de arquitecto a su estilo como pintor?

La pasión por la arquitectura. De ser arquitecto vocacional, de la formación, aprendes muchísimo. El dibujo sin duda sí que lo he mejorado muchísimo gracias a la carrera, no la pintura, pero lo que es el dibujo sí lo he mejorado muchísimo. Y mi pintura es prácticamente arquitectura. Pinto siempre arquitectura. Todo lo que pinto son paisajes urbanos y arquitecturas. Y hay otro tema. Técnicamente utilizo materiales de la construcción, materiales de la arquitectura. No pinto con óleo ni con pinturas de Bellas Artes, pinto con espátulas de albañil, pinto con yeso, cemento, arena y entonces, además de pintar arquitectura, pinto con materiales de la arquitectura. En este sentido está súper influenciado en mí haber estudiado arquitectura y haber trabajado de arquitecto con mi trabajo de pintor. No se entiende el uno sin el otro.

¿Cómo se le ocurre el empezar a pintar con materiales de obra o de arquitectura?

Desde el principio me interesaron mucho las texturas. Para darle textura, al principio, no tenía formación, entonces cogía lo que tenía por casa. Recuerdo que cuando empezaba a pintar tenía aguaplast, el típico aguaplast de arreglar los agujeritos de la pared, y eso lo mezclaba con la pintura para darle texturas. A partir de ahí, igual que mi pintura evolucionó, la técnica también evolucionó mucho y a base de probar y probar, mezclándolo con arena veo que tiene otra textura, mezclándolo con papel de periódico tiene otra, y haciendo muchas pruebas, después de ya 20 años, ahora sí que tengo una técnica muy depurada. Pero el origen son materiales que tenía en casa y prueba, error.

Entiendo entonces que el hecho de que casi todas sus obras sean en blanco y negro, va un poco por ahí la explicación.

Sí, ya desde el principio empecé en blanco y negro y, como tuve suerte y desde mis primeras exposiciones empezó a funcionar y empecé a vender, la gente ya asociaba mi nombre, Óscar Cabana, con la pintura en blanco y negro. Cuando algo funciona, prefiero no tocarlo. Además, yo también estoy cómodo y me gusta. Me gusta pintar en blanco y negro. Contar algo con el mínimo me gusta mucho.

"Después de muchos intentos consigues empezar a exponer. Los premios, lo mismo. Para ganar 20 o 30 premios hay que presentarse a 100, 200 concursos"

Óscar Cabana

Hablaba del tema de las exposiciones. Tuvo la primera en 2005 y desde entonces lleva ya más de 100. También muchos premios, hay obras suyas en edificios institucionales... ¿Qué balance hace de su carrera hasta ahora en ese sentido?

Para mí, muy bueno, estoy súper contento. He dejado mi trabajo de arquitecto para vivir de esto, con lo cual, para mí, independientemente de los premios, pues es un éxito. El poder vivir de algo que te apasiona y además poder escoger lo que pintas, pintar arquitectura. Para mí el éxito es ese y no que me hayan dado muchos premios. Además, los premios, igual que las exposiciones, después de muchos intentos consigues empezar a exponer. Los premios, lo mismo. Para ganar 20 o 30 premios hay que presentarse a 100, 200 concursos. Hubo muchos años, al principio, de muchísimo trabajo, muchísima tenacidad, muchísimos intentos y además compaginado con la labor de arquitecto. Mis diez primeros años de trabajo fueron una locura entre la arquitectura y la pintura.

Y ahora también da clases.

Empecé hace un par de años en el colegio de mis hijos y siempre fui bastante reacio. Pero he descubierto que me encanta, me lo paso bien y aprendo un montón de los niños, a ver las cosas de otra manera.

También ha participado en el libro Escuelas da Guarda, que supongo que será algo especial para usted como antiguo alumno del instituto.

Eso me encantó. Se publicó este año por el 125 aniversario de las escuelas (Eusebio da Guarda). Yo estudié tanto en el colegio como después en el instituto y me llamaron para ilustrar la portada del libro y escribir un pequeño artículo y fue súper emocionante. Me encantó, la verdad. Volver a entrar en el colegio fue muy sentimental, me encantó.

Tiene muchas obras de A Coruña, pero también de otras ciudades de Galicia, de Soria, de Madrid, una que se llama Llueve... ¿En qué busca o cómo le llega la inspiración?

La arquitectura, normalmente. Si los encargos son de A Coruña, pinto A Coruña. Cuando expongo en A Coruña, pues lo mismo. Intento que, aunque el protagonista no sea la ciudad, que el fondo sea la ciudad o tratar algún tema de la ciudad. Y lo mismo cuando expongo fuera. Ahora intento exponer más fuera que aquí en A Coruña, que ya he expuesto bastante. Por la misma razón, si expongo en Soria, voy a pintar la arquitectura de Soria, no voy a llegar allí con la Torre de Hércules y La Marina. Si tengo exposiciones en Madrid y en Barcelona, expongo lo característico de allí, lo que me ha llamado la atención. Además, noto que a la gente le encanta identificar los sitios, le encanta reconocerlo. Yo también invento un poco, les encanta ver esta calle, pero ver que no es del todo real y se genera bastante diálogo entre la obra y el espectador cuando conocen el espacio.

Tiene otras obras que son un poco más pequeñitas, que les llama anacos. ¿En qué consisten exactamente estas obras?

Empecé con ellas el año pasado. Desde hace cuatro o cinco años no hago obra en formato pequeño porque a mí me gusta mucho más pintar en formato grande. Y sí que he notado que el cliente me seguía demandando la obra de formato pequeño. Entonces, como no quería hacer los cuadros en formato pequeño, digamos que me inventé estas tres obras, que son las tres torres de A Coruña: la torre del depósito de Monte Alto, la torre de control del Dique y la Torre de Hércules. Los hago todos originales, pero repito tres modelos y así el cliente se puede llevar por un precio bastante económico una obra original mía y no una reproducción o un grabado.

¿Qué rango de precios más o menos tienen las obras y cómo se pueden comprar o encargar?

Se pueden comprar poniéndose en contacto conmigo tanto por mi página web, como por redes sociales. Te puedes descargar el catálogo que tengo colgado en la web. Pero sobre todo por redes sociales, hoy en día es como más me contactan. Rango de precios, desde 1.000-1.200 euros para arriba, quitando los anacos que son entre 200 y 300 euros. Pero lo que es la obra original son 1.200 para arriba.

En el caso de los encargos, ¿son modelos preestablecidos o se pueden hacer personalizados?

Los anacos no, los anacos tengo solo estos tres modelos, pero la obra normal sí. De hecho es lo habitual, que el cliente me encargue algo. Tiene que ser algo de paisaje urbano, algo de arquitectura. No hago retratos, por ejemplo, no hago paisaje natural, no hago un río, una playa. Pero siendo arquitectura o calles, paisaje urbano, sí trabajo bastante por encargo. Lo que me dice el cliente, tiene que haber ahí algo que me guste un poco, que el cliente acepte un poco. A mí me apetece esta vista y a ti esta otra, siempre hay un poco de debate. Hago algún boceto, alguna foto y siempre se llega a un acuerdo.

¿En qué consiste Estudios Abertos y qué tiene preparado usted particularmente?

La jornada de Estudios Abertos es una idea que tuvimos los pintores hace bastante para que la gente se animase a entrar en nuestros estudios, porque parece que la cultura está como un poco olvidada o que a la gente le da vergüenza entrar en los estudios de los pintores. Les da vergüenza o no saben entrar en una galería, creen que es para otro cliente más elitista y queremos que esto se popularice y que la gente entre en las galerías y, sobre todo, en los estudios de los artistas de una manera más natural. La idea es esa, llevamos unos cuantos años haciéndolo y yo, básicamente, lo que hago es ordenar un poquito el estudio, porque tampoco me gusta que se vea todo muy colocado. Quiero que se vea como cotidiano.

La realidad de cómo es el día a día, por así decirlo.

Exactamente. Eso es lo que intentamos mostrar todos. El año pasado hice un concierto, este año voy a hacer un taller para niños en la fachada, porque mi estudio de aquí da a una placita. En esta placita vamos a poner un mural y unas pinturas y que los niños coloreen y pinten lo que quieran. Sé que otros pintores van a dar también talleres, van a hacer conciertos y es un día muy lúdico y, sobre todo, para acercar a la gente y que se animen a entrar en nuestros estudios. Que vean que somos gente normal, accesible y que lo hagan más cotidiano.

Entiendo que esto también les ayuda a nivel de visibilidad y marketing.

Sí. Yo creo que es más un marketing a largo plazo. No es un día de ventas, sino que la gente se acuerde de nosotros y, sobre todo, que se atreva a entrar. Muchos vecinos a veces están aquí, se paran delante de la puerta, veo que miran pero que les da reparo entrar. Yo siempre animo a la gente venga y le enseño y le cuento cómo pinto. Creo que es una labor que tenemos que hacer los artistas, demostrar que somos gente normal y que nos encanta que nos visiten.

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