El hórreo más largo del mundo está en Galicia y no tiene pies: No es el de Carnota ni el de Lira
En la Galicia más rural y tradicional existe una gran cantidad de elementos etnográficos singulares que llevan siglos marcando el compás de las costumbres e idiosincrasia de esta tierra. De todos cuantos existen: los cruceiros, los petos de ánimas (pequeños santuarios gallegos para salvar a las almas en pena), los molinos y los hórreos conforman la lista de construcciones más destacadas dentro de la cultura popular, el patrimonio y la arquitectura tradicional de la región. En el caso de los hórreos, estas edificaciones típicas, utilizadas antaño para almacenar o preservar los recursos agrícolas, son un elemento fundamental del paisaje gallego y su primera representación gráfica se remonta al siglo XIII, concretamente a las famosas Cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X El Sabio.
Sea como fuere, desde su primera creación hasta el presente, los hórreos gallegos han ido evolucionando poco a poco hasta dar lugar a un buen número de variantes tipológicas y constructivas relacionadas con su ubicación e incluso las necesidades específicas de sus propietarios. La realidad es que el grueso del territorio está conquistado por un sinnúmero de hórreos, si bien es cierto que son muchos los que acostumbran a llamar la atención del visitante debido a las monumentales dimensiones que alcanzan, probablemente, por imperativo de conservar una enorme cantidad de cereales o alimentos. De hecho, el origen de estos hórreos gigantes suele estar vinculado al poder eclesiástico y la mayoría de ellos forman parte de igrexarios, o lo que es lo mismo, dicho de las tierras que eran propiedad de las iglesias. Este es el caso del hórreo más largo del mundo, el cual se encuentra enclavado en plena comarca do Barbanza y el municipio de Rianxo, en los límites que abarca la huerta de la iglesia de Santa Baia do Araño.
Breve historia del hórreo de Rianxo
El hórreo más largo del mundo registrado hasta la fecha está en Galicia y es el conocido como hórreo do Araño, enclavado en la parroquia que le da nombre a este ejemplar de récord y que hunde sus raíces entre mediados del siglo XVII o principios del XVIII. La construcción en cuestión, catalogada como Bien de Interés Cultural, se erige sobre la huerta de la iglesia de Santa Baia do Araño, muy cerca de la casa rectoral y un pombal típico. En lo que respecta a sus dimensiones, el hórreo alcanza la encomiable cifra de los 37,05 metros de largo (unos 36,75 metros de cámara), 2,40 de ancho y una altura media que ronda los 2,70 metros. Además, este colosal almacén de piedra presume de una capacidad que ronda los 170 metros cúbicos y que en épocas pasadas sirvió para preservar grandes cantidades de alimento. Por otro lado, y más allá de su impresionante envergadura, el hórreo do Araño también presenta una singularidad constructiva respecto a otro tipo de hórreos gigantes en Galicia tales como el de Lira y Carnota: su pie. Lo cierto es que la estructura rianxeira no tiene pies sino una base de piedra uniforme y corrida con dos puertas y una escalera situada en la pared orientada hacia el templo religioso.
Otros hórreos monumentales de Galicia
El hórreo do Araño no es el único en Galicia que alcanza unas dimensiones tan monumentales. De hecho, a la construcción rianxeira le siguen de cerca otros hórreos típicos como la de Lira, Carnota o Poio, todos ellos vinculados al poder eclesiástico del rural gallego. El primero de los mencionados forma parte de los terrenos de la iglesia de Santa María de Lira, construido entre 1779 y 1814 por el arquitecto Gregorio Quintela, al cual se le atribuye también la obra de Carnota. Esta singular construcción fue erigida sobre una estructura de piedra para salvar las irregularidades del suelo, alcanzando los 36,53 metros de largo, 1,60 de ancho y hasta 22 pares de pies en su base.
En el caso del hórreo de Carnota, cabe destacar que este auténtico Monumento Nacional se enmarca dentro del conjunto arquitectónico formado por la casa rectoral, el pombal y la iglesia de Santa Comba. Fue proyectado en 1768, aunque su estructura actual se completaría en 1783 cuando le fueron añadidos los 11 pares restantes que lo equiparan con el de Lira. El hórreo de Carnota presenta un estilo barroco, con adornos curvos muy particulares sobre toda la construcción, la cual ronda los 34,76 metros de largo y unos 1,90 de ancho.
Al margen de los tres citados hórreos coruñeses, en el corazón de las Rías Baixas se encuentra un monumental hórreo vinculado a las propiedades del Monasterio de San Xoán de Poio, situado muy cerca de la famosa villa marinera de Combarro. La construcción en cuestión alcanza los 33,46 metros de largo y unos 3,37 metros de ancho que lo convierten, sin atisbo de dudas, en uno de los de mayor grosor de toda Galicia. De hecho, debido a estas dimensiones en su amplitud, el hórreo precisa de tres filas de pies que suman un total de 51 columnas.
