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A Coruña dice adiós a uno de sus míticos videoclubs: Cierra el Atlántico Vídeo tras 40 años

Este tipo de negocios tienen los días contados en la ciudad herculina, dado que otro de los supervivientes, el Aínda DVD de Monte Alto, ha programado su cierre para este junio
La responsable del videoclub Atlántico.
Quincemil
La responsable del videoclub Atlántico.
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A Coruña evoluciona con el paso del tiempo y a medida que eso pasa se van despidiendo elementos que forman parte del imaginario colectivo de antaño y que hoy en día van perdiendo su utilidad como las cabinas telefónicas o los kioscos, a los que también se unen los videoclubes. Este domingo se ha despedido uno considerado de los más antiguos de la ciudad y todo un clásico del barrio de Os Mallos: Atlántico Vídeo.

Marina Castro es su dueña desde que se puso detrás del mostrador en 1985 junto con su marido, Ángel García y con la colaboración de su hijo, Rubén García. El videoclub podía presumir de tener todo lo bueno que salió en el cine desde hace décadas y un almacén con unos 5.000 títulos (sobre todo clásicos) que se unen a los centenares que tiene en tienda. El auge de plataformas como Netflix, HBO, Disney+ o Amazon Prime no han ayudado a que el negocio siguiera en equilibrio y la pandemia fue la estocada final.

Así lo reconoce Marina, que apunta a "un bajón muy fuerte desde la pandemia" y considera que debían de hacer cerrado ya en 2020. "La gente que no tenía plataformas de series se hizo con ellas durante el coronavirus y el confinamiento, pero a pesar de eso seguimos cuando se pudo salir de casa porque estaba a punto de jubilarme y quise aguantar unos años más", explica a horas de comenzar una nueva etapa vital gracias a su jubilación.

"Es mejor cerrar porque esto ya no es negocio, no vale la pena seguir. El material que tenemos está a la venta por internet y gente viene por aquí a comprar también y más desde que se enteraron que cerramos", afirma. Se pone nostálgica cuando afirma que "la clientela es como familia ya, gente que lleva viniendo años, del barrio y fuera del barrio". Todo ello mientras se produce un goteo continuo de clientes que se dividen entre aquellos que quieren despedirse personalmente de la dueña y darle las gracias por estos años y aquellos que quieren alquilar sus títulos favoritos hasta el último minuto.

El stock del Atlántico se pondrá a la venta y una vez cerrados, los responsables verán cuál es el mejor modo para darle salida al material. En este tiempo la dueña cuenta que lo que más atraía a la clientela eran las películas de comedia, ciencia ficción o acción y expone que "ahora con internet y las plataformas de series la gente joven queda alucinada de ver un videoclub abierto, se nota que hay una forma diferente de ocio y de ver el audiovisual".

Sobre su futuro más inmediato, la dueña considera que echará de menos su día a día entre estanterías de películas y charlar con los clientes, pero comenta que al llegar a casa muchas veces no tiene ganas de ver nada en la televisión "porque es como quien trabaja en una pastelería y come dulce". A pesar de todo, avanza que en unas semanas esto cambiará y el poder ver lo que le apetezca con calma será un placer, sobre todo películas de género dramático, sus favoritas, concretamente Oficial y Caballero (un clásico de 1982 con Taylor Hackford como director)

Asimismo, rememora que sus inicios en el mundo de los videoclubes fueron en otro local ubicado en la Ronda de Outeiro, del que pasado un tiempo se mudó a otro, a la ubicación actual de Atlántico Vídeo en la calle Francisco Catoira 18. "He vivido muchos momentos buenos con gente maravillosa estos años. Ahora estaré más tranquila y podré hacer otro tipo de vida más relajada", explica con una tímida sonrisa, visiblemente nerviosa con este gran giro que va a dar a su vida.

Adiós definitivo de este tipo de negocios en junio

Jamie es un canadiense afincado en A Coruña que llegó al mundo de los videoclubs inicialmente como un apasionado del cine y luego por necesidad, pero no económica, sino vital, ya que cuando cerró el ultimo videoclub en la zona de Monte Alto hace unos años sintió como un vacío porque alquilaba películas casi diariamente y decidió lanzarse él mismo a la aventura.

Esta locura improvisada dura ya una década aproximadamente pero tiene los días contados, ya que según ha confirmado a Quincemil cerrará sus puertas para siempre a finales de junio de este año. Tras el coronavirus, comentaba a este medio que "la única forma de sobrevivir hoy en día es pagar muy poco por el local y tener un sistema de negocio íntimo y particular con muchos títulos diferentes y no varias copias de la misma película".

Aínda DVD tiene 15.000 películas en catálogo y cuenta con una página web en la que los clientes pueden mirar las películas disponibles en el establecimiento, algo poco habitual en el sector. Igual de innovador es el servicio del que dispone de envío de películas a domicilio a cualquier punto de España mediante correo postal y los talleres de cine para jóvenes en los que enseña a los niños los entresijos de las historias que ven en la gran pantalla.

Coincide con la responsable de Atlántico en que el coronavirus "le ha hecho mucho daño a este mundillo" y actualmente todos aquellos interesados en hacerse con sus películas favoritas y que quieran echar una mano al responsable de este negocio pueden hacerlo, ya que su material lleva en liquidación desde hace varias semanas para agotar el stock.

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