Un "belén" de carnaval para mantener la ilusión en los niños de Narón
Un "belén" de carnaval a pie de calle. Es la última iniciatiava de tres vecinos de Freixeiro para alegrar las fiestas a pequeños y mayores de Narón. Está situado en la carretera de Cedeira, 132. Hicieron falta dos semanas de trabajo, una montaña de freixós y la buena voluntad de sus creadores. Una idea altruísta que surgió "para que los niños pasen un rato agradable", cuenta Irene Barcia, una de sus autoras.
El "nacimiento" muestra una estampa típica de los carnavales. Dos personas mayores en la cocina, donde se encuentran todos los productos necesarios para una laconada. El hombre está sentado con su correspondiente vaso de vino y la mujer se mantiene pendiente de la lareira donde cocina un freixó. Sobre la mesa, como no puede ser de otra forma, hay un montón de freixós y otro de orejas. Pero no son de pega. Son auténticos y comestibles. Fueron elaborados por Irene Barcia para la ocasión.
Nada es casualidad en el "pesebre" naronés. Hay chorizos, jamón y hasta una careta de cerdo fabricados de forma artesanal. Están también los productos básicos del carnaval: grelos, patatas, huevos, ajos, anís, garbanzos, harina, azúcar... Hasta se puede ver un juego de cuncas de vino en la estantería. "Le pusimos todo lo que hacía falta en la cocina de una casa. Procuramos que no le falte detalle", cuenta Irene.
Fuera de ahí, dos maniquís disfrazados de payaso y Mario dan la bienvenida a los viandantes. Un cartel y un montón de globos adornan el exterior del "belén" de carnaval, que se ha convertido en todo un éxito. "Viene muchísima gente a hacerle fotos", cuenta Irene.
Todo fue elaborado por tres vecinos de la zona de Amenadás, en Freixeiro: Irene Barcia, Menuel Mouriz y Rafael García. Tanto la comida como los trajes, el mantel y los volantes de la estantería fueron hechos por Irene. La cocina fue fabricada por Manuel y Rafael a partir de un armario viejo. También las losas del tejado fueron recogidas y rehabilitadas por ellos. Una labor de dos semanas, "pero trabajando hasta tarde", reconoce la autora.
Irene Barcia cuenta que la idea surgió de forma altruísta con el objetivo de mantener la ilusión de los más pequeños. "Como estamos en la situación en que estamos, que los niños no pueden salir y los mayores tampoco... Dije voy a hacer algo para que los mayores recuerden el carnaval en tiempos pasados y que los niños lo vean y pasen un rato agradable con sus padres", explica. "Es una forma de incentivar a la gente, que no se pierda la tradición y recordar que estamos en carnaval. ¡Que no se pierda el humor!", añade.
Irene Barcia, Manuel Mouriz y Rafael García ya llevaron a cabo una idea similar esta Navidad. Montaron un belén gigante y un photocall de los Reyes Magos en la misma ubicación donde se encuentra ahora esta versión carnavalesca. ¿El objetivo? El mismo: alegrar la vida a los más pequeños de Narón, que "ahora están pasando un mal momento, igual que los mayores", concluye Irene.
