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"Sí quiero" frustrado por el coronavirus: las consecuencias en las bodas gallegas

Las parejas que han aplazado sus enlaces no son las únicas afectadas de esta crisis sanitaria y las wedding planner, los restaurantes y las agencias de viajes intentan responden ante las adversidades con optimismo aunque son conscientes de que el futuro del sector de los eventos es incierto
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Los meses de primavera y verano son la época del año donde se concentran más bodas pero este 2020 no será fácil de olvidar para muchos novios que a causa del estallido de la crisis del coronavirus se han visto obligados a aplazar el mejor día de sus vidas y a día de hoy no saben si darse el "sí quiero será posible" antes de 2021. Esta anómala situación, calificada de surrealista por muchos, no sólo afecta a los novios, sino también a las agencias organizadoras de eventos, a las agencias de viajes y a los locales que acogen los banquetes y las fiestas postceremonia pero a pesar de que el futuro en el sector no pinta muy esperanzador, todos confían en que aunque las bodas ya no vayan a ser como estábamos acostumbrados sí se adapten progresivamente a la nueva realidad que nos va a tocar vivir.

Lucía Cidón: directora del Grupo Montesqueiro

La responsable del Grupo Montesqueiro que disponen de la idílica Finca Montesqueiro en Oleiros (A Coruña) para la celebración de los banquetes de los enlaces, asegura que a pesar del coronavirus "han conseguido reubicar la mayor parte de los eventos en la segunda mitad del 2020" y se muestra esperanzada con que para entonces se haya vuelto a una "normalidad relativa". Cidón detalla que acogen en sus instalaciones desde eventos de empresa de todo tipo (desde formaciones con 30 personas hasta reuniones de 400) hasta cumpleaños, primeras comuniones, bautizos, fiestas de Nochevieja o de Halloween y por supuesto, bodas.

En cuanto a las medidas especiales que han tomado debido a la crisis sanitaria, la directora explica que "las más especiales están relacionadas con mantener una comunicación estrecha con los clientes para atender sus peticiones y ofrecerles la mayor flexibilidad en el cambio de fechas" y admite que el confinamiento "les ha ofrecido una excelente oportunidad para reciclarse y pensar en nuevas propuestas de cocina e ideas creativas para seguir haciendo de la finca un lugar especial".

Las perspectivas de futuro para la Finca Montesqueiro, según Cidón, se centran en "seguir ofreciendo los mejores estándares de calidad y servicio a los clientes, incluso si ello supone adaptarse a nuevas normativas o medidas posteriores a la crisis". El espíritu optimista de esta empresa joven que en pocos años ha alcanzado un alto nivel de prestigio en el sector es muy notable y su directora hace gala de ello ya que asegura que "regresarán fuertes y motivados porque la gente tiene más ganas de vivir que nunca".

Viajes Embajador de A Coruña

Los responsables de la agencia de viajes coruñesa confirman que hasta el momento no han cancelado ningún viaje de novios a causa del coronavirus y explican que las Lunas de Miel que tenían reservadas para abril y mayo las han conseguido cambiar de fecha. "No se nos ha dado el caso de nadie que cancelase la boda o el viaje", dicen. Durante estas semanas de cuarentena detallan que están modificando viajes de programados para junio y recibiendo las primeras consultas de novios con viajes contratados en la primera quincena de Julio.

"Hay cierta intranquilidad y preocupación porque muchos novios aunque pudiesen viajar no saben si podrán celebrar la boda por las restricciones que puedan tener los establecimientos hosteleros", comentan al mismo tiempo que admiten que tratan de dar a sus clientes "toda la información actualizada de los destinos y de la situación sanitaria del país al que viajan". Esta estrategia tiene efectos positivos ya que Viajes Embajador sigue recibiendo durante la cuarentena decenas de peticiones de información y presupuestos sobre futuros viajes y uno de sus responsables detalla que hace pocos días incluso cerraron un viaje de novios a la costa oeste de Canadá para septiembre.

"Estamos asesorando a quien nos pide información o presupuesto vía videoconferencia, mail o whatsapp. Básicamente damos todas las facilidades para cambiar sin gastos la fecha del viaje y para las nuevas contrataciones estamos aplicando políticas de reserva y modificación más flexibles para animar a todos los que están dudando en viajar", comentan a la vez que sostienen que "a pesar del parón de ventas que está sufriendo su sector, las agencias de viajes han salido reforzadas en una situación sin precedentes".

Los destinos más demandados por las parejas antes de la crisis sanitaria, según Viajes Embajador son: Japón, Indonesia, Tailandia, EEUU (sobre todo la Costa Oeste), Costa Rica, Filipinas, Safaris (Kenia, Tanzania o Botsuana), Maldivas, Seychelles, Mauricio, Polinesa o Australia, a parte de destinos "más asequibles" como Caribe o los Cruceros. "A partir de ahora puede que se busquen destinos con menos densidad de población y menos saturados como Islandia, Namibia o los safaris y primen viajes a hoteles estilo boutique, más pequeños y con encanto", especifican. "Nosotros confiamos en que esto se tiene que arreglar, esperemos que lo antes posible Y les recomendamos a nuestros clientes actuar con inteligencia. No tiene sentido tomar decisiones precipitadas en estos momentos", concluyen.

Marta Rivadulla: wedding planner de El Sofá Amarillo

El Sofá Amarillo es una agencia organizadora de eventos con sede en A Coruña y Madrid y Marta Rivadulla es una de las wedding planner que está detrás de este exitoso proyecto. La profesional reconoce que el 80% de su negocio se debe a las bodas y comenta que desde el pasado marzo hasta octubre tenían organizados entre 15 y 20 eventos que ya han sido aplazados hasta el año que viene, cuando la situación se prevé que esté más normalizada, o directamente cancelados.

"El primer enlace que tenemos previsto celebrar es el próximo 29 de agosto y tenemos otros dos para ese día que también están en suspenso. Lo que ocurre es que una de las bodas es de aproximadamente 450 invitados y en la otra está prevista la asistencia de 100 personas las cuales el 80% son internacionales y es bastante probable que no puedan viajar", comenta la organizadora. Varios clientes del Sofá Amarillo han decidido aplazar sus bodas para 2021 porque no querían cambiar el tipo de evento y que estuviese condicionado a que se tengan que reducir los aforos de personas por el coronavirus y prefieren esperar, según las responsables de la agencia, aunque advierten que en algunos casos los novios "están tratando de llevar la boda hacia el otoño" debido a que se mudan de país o por causas diplomáticas.

"Nosotras tratamos de ser prudentes y como la incertidumbre sobre la celebración próxima de eventos es muy grande no damos ninguna garantía. Lo que sí estamos haciendo es trabajando al 1000% con las parejas para conseguir los cambios que piden y conseguir que todo se pueda celebrar lo más parecido posible a como lo tenían previsto", afirman y admiten que "el estallido de la crisis del coronavirus les ha afectado de una manera brutal al igual que al resto de los proveedores del sector de los eventos". "No es que la actividad se haya parado sino que, por una parte, hay que reprogramar todas las bodas Y consensuar con todos los proveedores la disponibilidad para las nuevas fechas. En cada una de las bodas nosotros trabajamos con una media de 20 proveedores y es la gestión que tenemos que hacer ahora además de dar mismo a parte de dar tranquilidad a los novios pero con toda la mesura del mundo porque no tenemos ninguna certeza de que vayan a poder casarse", cuenta Rivadulla.

Desde el Sofá Amarillo destacan la importancia del hecho de que"el sector de los eventos está muy ligado a la hostelería" y el futuro lo ven "incierto y preocupante" porque no se sabe exactamente cuando las cosas volverán a la normalidad "tanto parcial como total" y tienen miedo de que "algunos proveedores puedan quedarse por el camino". Sin embargo y a pesar de que su situación laboral actual no es la más deseada, las responsables de la agencia confían en que "las cosas retomarán su curso aunque de manera diferente a cómo se concebían las bodas y fiestas" y mantienen la ilusión porque alegan que su sector " es muy alegre" y no quieren perder "la esencia e importancia que le dan a las celebraciones".

Vanesa y Daniel: pareja que ha aplazado su boda

Vanesa Fernández, de 26 años y su pareja, Daniel Fernández, de 35, tenían su boda programada para el próximo 23 de mayo en Tarragona, la localidad natal de ella. Debido al coronavirus han decidido aplazar el evento a la nueva fecha que les han dado, el 5 de septiembre, pero han esperado hasta el último momento para realizar este cambio de planes ya que consensuaron cambiar la boda de fecha la semana pasada. "Esperamos prácticamente hasta el último momento para aplazar el enlace porque ambos teníamos la esperanza de que esto no fuese para tanto y se solucionase pronto", afirma Vanesa, que añade que inmediatamente después de haber tomado al decisión decidió hablar con todos los proveedores para cerrar de nuevo las cosas e informar a los invitados del cambio de fecha.

"Más o menos ya todo el mundo se lo esperaba y la gente nos apoyó mucho y lo agradecemos. Fastidia porque es algo que llevábamos preparando desde hace año y medio pero dentro de lo malo podemos hacerlo y que la gente esté bien y sana y pueda venir ese día es lo más importante", reconoce. En cuanto a las consecuencias económicas, la pareja se muestra satisfecha porque no han tenido ninguna ya que mantienen los mismos proveedores para su nueva fecha en septiembre pero en cuanto a las emocionales Vanesa admite que sí "ha pasado malos ratos". "Dani es una persona muy tranquila entonces se tomó todo con mejor humor. Al principio a mí me incomodaba que la gente me preguntase sobre el tema porque yo ya tenía mi propia presión y que la gente me lo estuviese recordando me molestaba", afirma la novia.

"Aplazar la boda me dolió, estuve triste porque es algo que llevas mucho tiempo preparando con ilusión y nos apetecía mucho casarnos. Lo veía todo negro y me cerré un poco pero conforme pasaron los días tras tomar la decisión todo fue mejor, sobre todo al ver la respuesta positiva de los invitados que fue lo que me ayudó a cambiar de actitud", detalla. Su viaje de Luna de Miel iba a ser en Tailandia y su vuelo estaba programado para el 25 de mayo desde Tarragona pero ahora mismo esta aventura están en standby y están a la espera del proveedor de la agencia con la que contrataron el tour para que les informe sobre la viabilidad de realizar todo en septiembre.

A pesar de todos los impedimentos, ambos confiesan que no han perdido la ilusión por celebrar su boda y aseguran que esta crisis sanitaria les va a hacer vivir el mejor día de sus vidas "aún con más ganas". "Vamos a coger el nuevo día tanto los invitados como nosotros con un ansia enorme porque tras el confinamiento hay ganas de salir, pasarlo bien y sobre todo de estar todos juntos. Si conseguimos ese día estar todos presentes eso significará que todo esto ha terminado", dicen ilusionados.

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