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Retiran del Obradoiro los objetos dejados por los peregrinos en la fachada de la Catedral

Apilar objetos al finalizar el Camino de Santiago en la fachada de la Plaza del Obradoiro se ha convertido en la última moda y tras la denuncia de Rede do Patrimonio Cultural se ha procedido a eliminar las diferentes "ofrendas"
Objetos en la fachada de la Catedral.
Rede do Patrimonio
Objetos en la fachada de la Catedral.
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Apilar objetos al finalizar el Camino de Santiago en la fachada de la Plaza del Obradoiro se había convertido en la última moda. Los peregrinos, al llegar a su meta, depositaban en las esquinas de la fachada diferentes pertenencias a modo de ofrenda.

Ante esta práctica, nada respetuosa con el patrimonio, la Rede do Patrimonio Cultural denunciaba ayer esta práctica que imita a otras que se vienen realizando en diversos puntos del Camino y en otros destinos turísticos, en concreto y sobre todo en puentes, como en diferentes emplazamientos de las ciudades de Roma o París.

Fuente: Rede do Patrimonio

Rede do Patrimonio Cultural subía a su cuenta de Instagram una fotografía informando de estos hechos y en los comentarios los seguidores mostraban su asombro, aunque había opiniones para todos los gustos. Por las fotografías se puede ver que esas supuestas ofrendas van desde ositos de peluche, chalecos reflectantes, piedras, pañuelos, camisetas y hasta tarros de crema para los pies y las ampollas.

 Sin embargo esta misma mañana el panorama era completamente diferente porque se han eliminado todas las pertenencias allí depositadas, poniendo fin, al menos por el momento, al amontonamiento de recuerdos en la escalinata de la fachada de la Catedral en el Obradoiro. Pese a esta eliminación, no se puede saber si la costumbre llevará a los peregrinos a dejar allí sus pertenencias de nuevo. Desde el servicio de limpieza aseguraban que estas retiradas se hacen con frecuencia pero que inmediatamente vuelven a aparecer recuerdos y sospechan que, a través de las redes sociales, se esté extendiendo la creencia de que es un ritual o una tradición.

Fuente: Quincemil

Prácticas similares en Lavacolla o la plaza de la Concordia

No obstante en la ciudad hay otros puntos donde se acumulan estos objetos vinculados al Camino como son la alambrada que rodea las pistas del aeropuerto de Lavacolla, en donde los peregrinos también dejan objetos como camisetas o telas y lo mismo sucede en la plaza de la Concordia en San Lázaro en concreto en el cartel de Santiago, que se encuentra completamente cubierto por pegatinas, zapatillas, botas, ropa, sombreros y un sinfín de chicles. También es habitual que suceda en diferentes mojones que marcan los kilómetros que restan hasta llegar al Obradoiro , en marquesinas o paradas de autobús sobre todo en la parte rural del Camino, a pesar de que cada vez es más frecuente encontrarse con estos puntos de depósito en la ciudad.

Además del poco respeto hacia el patrimonio que estas actitudes suponen no hay que olvidar que la rejería, que data de 1791, acaba de ser restaurada recientemente. Las labores de rehabilitación acometidas durante meses supusieron un trabajo minucioso y tuvieron un gran coste económico puesto que se siguieron las mismas técnicas que emplearon los maestros herreros que crearon el conjunto.

Fuente: Quincemil

Sin duda estamos ante una problemática que ya se han encontrado en otros puntos de la geografía gallega. En concreto en Fisterra el supuesto rito de desprenderse del calzado empleado en realizar el Camino quemándolas en el Monte do Cabo produce cada año toneladas de basura y ha llegado a provocar incendios. Todo ello pese a que se trata de una costumbre totalmente prohibida por el riesgo ambiental que supone y los expertos señalaron en más de una ocasión que es una práctica extendida a través de páginas web de viajeros, foros y diferentes redes sociales.

Por su parte, el periodista y experto en patrimonio, Manuel Gago, hacía una reflexión en su cuenta de Twitter sobre la falta de educación patrimonial que supone que acaben sucediendo este tipo de incidentes y es que no es la primera vez que el casco histórico compostelano sufre este tipo de ataques. En 2019 la misma escalinata aparecía ensuciada con diferentes pintadas que posteriormente se eliminaron.

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