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Noelia, víctima gallega de violencia machista, pide ayuda: Vive a 10 minutos de su agresor

Su pareja la apuñaló hasta ocho veces en 2015 y fue condenado a diez años de prisión. Ahora está de permiso y ella reclama que se le ponga una pulsera de localización
Noelia Míguez en una intervención en 'Viva la vida', en Telecinco.
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Noelia Míguez en una intervención en 'Viva la vida', en Telecinco.
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Noelia Míguez, vecina de Boqueixón (A Coruña), sobrevivió en 2015 a un intento de asesinato por parte de su entonces pareja: tras tres años de relación marcados por el maltrato psicológico, un 15 de junio intentó asfixiarla y, finalmente, le asestó ocho puñaladas en el cuello.

Noelia fue trasladada a la UCI y logró sobrevivir. Su agresor fue condenado a diez años de prisión por violencia machista. Ahora, seis años después, le han concedido su primero permiso y ella se siente desprotegida: él vive en Santiago, a tan solo diez minutos de su casa.

"Llevo gritando por mi vida seis años y de momento no sirve para nada: bueno, sí, para recibir de regalo de Navidad la visita de mi expareja durante un mes", lamenta Míguez a través de sus redes sociales.

Así, Noelia pide ayuda ante esta situación: solicita que tanto a él como a ella se les ponga una pulsera que notifique a las autoridades si él rompe una orden de alejamiento que, a su juicio, es totalmente insuficiente y no garantiza su protección.

"Mi vida va a estar en total peligro un mes, estoy acojonada mientras él se pasea por la zona con la cabeza bien alta", continúa. En su mensaje -que suma 8.500 'likes' en Instagram y ha sido muy compartido- pide ayuda a Pedro Sánchez, a Irene Montero, a Alberto Núñez Feijóo y "a todo el mundo que puede mandar algo en este país y no hace lo correcto".

Además de la dificultad de convivir tan cerca de su agresor, Míguez también denuncia que nadie la avisó de que el pasado 22 de diciembre iniciaba su permiso, concedido por su buen comportamiento en el centro penitenciario de Alicante en el que cumple condena.

"Llevo siendo engañada desde el día 22 de diciembre, viviendo 'feliz' pensando que estoy a salvo cuando no", prosigue Míguez, quien recuerda que este es el segundo permiso que le conceden a su expareja: disfrutó de uno de quince días este mismo año.

"Tengo derecho a vivir dignamente"

Dori, como la conocen sus allegados, asegura que en esta ocasión no piensa quedarse "encerrada" como hace cinco meses, ya que "mientras él disfrutaba de sus vacaciones", ella estuvo dos semanas "haciendo el trayecto de casa al trabajo y del trabajo a casa".

"Pienso vivir mi vida porque tengo derecho a vivirla: eso sí, si en algunos de estos 30 días aparezco muerta, asesinada o simplemente desaparezco, espero que no lloréis por mí, porque cuando esté bajo tierra no me va a servir para absolutamente nada", añade.

Míguez insiste en que la orden de alejamiento "no es más que un papel" y que no tiene protección, más allá de "policías que pasan por casa de vez en cuando", por lo que pide a la sociedad "que espabile de una vez por las mujeres como yo, que se pasan media vida rogando y llorando".

"Espero no ser la víctima número 68 de este año", concluye.

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