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Tribuna Abierta

La otra economía gallega: la Economía Social

Ante la actual capitalidad nacional de la Economía Social de Santiago de Compostela, la vicepresidenta de CLUN y presidenta de Agaca reflexiona sobre el impacto que este modelo económico tiene en Galicia, al tiempo que pone de manifiesto la necesidad de que la sociedad gallega tenga un mayor conocimiento de sus particularidades y beneficios
Carmen Rodríguez
Por Carmen Rodríguez
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Este año Santiago de Compostela es la capital española de la Economía Social. Una capitalidad que, sin duda alguna, es un reconocimiento a toda Galicia, especialmente a las gallegas y gallegos que cada día dan vida, con su esfuerzo e ilusión, a otra manera de hacer economía, una economía centrada en las personas y en las necesidades de las personas.

Creo que buena parte de la población desconoce o no es consciente de la importancia que este modelo económico tiene en nuestra tierra, sin embargo, la Economía Social representa actualmente el 7% del PIB de Galicia. Aquí, 5 de cada 100 empresas o entidades del sector privado pertenecen a la Economía Social. Sin ir más lejos, durante el pasado año 2021, incluso en contexto pandémico, se crearon en Galicia 174 nuevas iniciativas de Economía Social, con un total de 521 personas socias promotoras.

Hablar de Economía Social es hablar de cooperativas, de cofradías de pescadores, de sociedades agrarias de transformación, de mutuas, de asociaciones y fundaciones, de comunidades de montes, de sociedades laborales, de empresas de inserción, etc. Es un modelo que yo, personalmente, conozco muy bien y con el que estoy profundamente comprometida, pues ejerzo como vicepresidenta de la cooperativa agroganadera rural CLUN y como presidenta de la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca).

Ante todo, es hablar de una economía rentable que va más allá de los fines puramente económicos, pues la Economía Social combina la creación de riqueza con el bienestar social y la sostenibilidad. Es una economía resiliente, dinámica, sostenible, comprometida con su entorno y con su comunidad, cuya gestión interna es más democrática y participativa. Y es, además, una economía inclusiva, más igualitaria, que genera empleo estable y de calidad, ya que presenta menor proporción de contratos parciales, mejores medidas de conciliación, etc.

La realidad objetiva, avalada por la investigación, demuestra el peso y el aporte de este modelo económico al conjunto de la sociedad gallega, ya que según el Primer Estudio sobre el Impacto Socioeconómico de los Principios y Valores de la Economía Social Gallega de ForoEsGal, los beneficios totales netos que reporta, directos e indirectos, se cuantifican en 851, 2 millones de euros anuales.

Por tanto, la Economía Social es una garantía de futuro para Galicia, y resulta claro que debemos esforzarnos más en darle visibilidad y aumentar su conocimiento en nuestra sociedad, para que las gallegas y gallegos sean conscientes de las particularidades ventajas y beneficios de este modelo de economía. En este sentido, la labor pedagógica y divulgativa de entidades, empresas, administraciones públicas, medios de comunicación, etc., es tarea ineludible.

Debemos mostrar el impacto positivo de la Economía Social en la sociedad gallega, para que la gente comprenda su valor diferencial y apoye este modelo de distintas formas, como por ejemplo a través del consumo de sus productos y sus servicios. Porque, al fin y al cabo, la Economía Social implica no sólo una forma distinta de producir sino también una forma distinta de consumir.

En estos tiempos de globalización e incertidumbre, la Economía Social ha demostrado ser una respuesta sólida ante las crisis, por su capacidad de adaptación y supervivencia, por su fortaleza en el mantenimiento de los empleos, por su arraigo al territorio. E insisto en este punto porque es fundamental y diferencial: la Economía Social no deslocaliza sus procesos, al contrario de lo que suele suceder con frecuencia con numerosas empresas convencionales. En este sentido, impulsar la Economía Social es una manera de garantizar la continuidad del medio rural gallego, porque genera y distribuye riqueza en el territorio, porque reinvierte los beneficios, porque fija población, porque permite la cohesión y porque, en definitiva, construye futuro.

Carmen Rodríguez
Carmen Rodríguez
Ganadera por tradición familiar, Carmen Rodríguez es una de las muchas mujeres que en Galicia trabajan en el sector agroganadero, dirigiendo y gestionando una explotación familiar en el concello de Brión. Desde el año 2012, compagina esta actividad con sus responsabilidades en CLUN, principal cooperativa agroganadera vinculada al sector lácteo de Galicia, desempeñando el cargo de vicepresidenta. Su incorporación al Consejo Rector de la cooperativa CLUN fue fundamental en el impulso y la creación de la Asociación Mulleres de Seu, que nació con el objetivo de poner en valor y visibilizar el papel de la mujer en el medio rural. Asimismo, es presidenta de la asociación AGACA.