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Juicio Alvia: Los policías describen a un maquinista del Alvia "en shock" que se quejaba de la "seguridad"

Francisco Garzón le dijo a uno de los policías: "La he jodido. Es que venía a 190 kilómetros por hora".
Sala de vistas para el juicio del accidente de tren de Alvia en la Cidade da Cultural
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Sala de vistas para el juicio del accidente de tren de Alvia en la Cidade da Cultural
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Hoy comenzó la cuarta jornada del juicio por el accidente del tren Alvia en la parroquia compostelana de Angrois, que terminó con la vida de 80 vida y145 heridos. La jornada de esta mañana declararon varios policías nacionales, tanto investigadores como agentes que estuvieron en la escena. Durante esta investigación, el agente encargado de la instrucción señaló que en interrogatorios al interventor tras el siniestro, este negó hasta "dos veces" la llamada con el maquinista, Francisco Garzón, en los momentos antes del accidente.

A preguntas del Fiscal y de varios letrados de las acusaciones, indicó en varias ocasiones que durante sus primeras preguntas al personal del tren no se le dijo nada sobre la conocida llamada de 100 segundos. Esta, como había declarado Garzón, había hecho que perdiera la "conciencia espacial" y no pudiese frenar a tiempo antes de la curva. Según el Policía de instrucción señaló que "no tenían constancia" de la conversación hasta que consiguieron los registros telefónicos, que incluían la llamada.

Durante su intervención, el primer agente explicó que también había pedido a Renfe y Adif la información técnica pertinente para poder continuar las investigaciones.

Conversaciones con el maquinista

Uno de los funcionarios, el comisario de la Policía Judicial de A Coruña, encargado de la seguridad que había en la ciudad por las fiestas del Apóstol, fue el encargado de manejar la primera parte del dispositivo durante la noche, así como de comunicarles a las primeras familias los fallecimientos a medida que se iban identificando los cuerpos. El agente no habría sido el primero en la escena, pero sí había sido de los primeros en hablar con el maquinista tras el accidente. Garzón, según este agente le dijo: "La he jodido. Es que venía a 190 kilómetros por hora".

El policía explicó que notó al conductor del tren "muy nervioso", y que repitió la anterior frase unas dos o tres veces. El agente intentó calmarlo, instándole que "estuviera tranquilo", pero Garzón le contestó  "¿Cómo no voy a estar preocupado?", y señaló que podría haber heridos. De acuerdo con su testimonio, el maquinista apenas contaba con unas "heridas leves" en la cabeza, y podía mantenerse en pie, pero ante la recomendación de los sanitarios, se decidió su traslado al hospital.

Aunque no se trataba de un interrogatorio formal, explicó el policía, le hizo la pregunta para poder determinar cómo actuar. "No se sabía lo que pasaba allí", explicó. Las primeras llamadas a la centralita del 061 hablaban de "explosiones" y cuando los dispositivos de emergencias llegaron al lugar olieron "amonal, una sustancia explosiva".

El comisario pasó toda la noche del 24 al 25 en el lugar del accidente, y poco después se desplazó hasta el Multiusos do Sara donde estaban los afectados. Allí, desde las 12 de la mañana hasta la una de la madrugada del día 26, comunicó a 77 familias que sus seres queridos habían fallecido en la curva de Angrois. Los que faltaban, especificó , se comunicaron en los días siguientes. Uno de ellos era una niña de corta edad, a la que solo se le pudo identificar por la huella plantar.

Otros policías corroboraron la versión del comisario, señalando que Francisco Garzón estaba arrepentido y lamentándose, repitiendo "madre mía lo que he hecho". Uno de los testigos señaló que el maquinista había admitido el despiste indicando que "había perdido las referencias y que pensaba que estaba dos túneles antes".

En ese momento Garzón no señaló a ningún otro culpable, aunque sí apuntó en estas conversaciones informales con los agentes que sabía que "algún día iba a pasar", porque "no había señalización" y que todo dependía de él para la seguridad durante el trayecto. Este mismo agente, según recordó el abogado de la Plataforma de Víctimas del Alvia 04155, había declarado de manera similar durante la instrucción diciendo que le extrañó que "no haya nada que indique que hay que reducir la velocidad" y "que se basara todo en la pericia del conductor".

Algo que quedó especialmente patente durante esta jornada ha sido la dificultad de recrear la situación nueve años después del accidente. En varias ocasiones los funcionarios tuvieron que referirse a sus primeras declaraciones en instrucción, ante la incapacidad de recordar con precisión las conversaciones con Garzón.

El tercer policía declaró que percibió al maquinista "en shock" y "triste". A preguntas del Fiscal este agente respondió que: "Nos decía que se sentía culpable, que la culpa había sido suya, que la seguridad de la vía no era adecuada para la velocidad que podía llevar el tren, que estaba todo en manos del maquinista".

Durante su intervención, el funcionario apuntó que había escuchado algunas de las conversaciones telefónicas que tuvo Garzón en los instantes después del accidente donde afirmaba "he sido yo", pero en otras de esas llamadas había culpado a "a alguien de seguridad de Renfe" de la seguridad de la vía. 

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