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Coronavirus: ¿Una cabina antipandemia para regresar a los centros comerciales gallegos?

Una empresa china ha desarrollado una máquina capaz de medir la temperatura y desinfectar a una persona en cinco segundos. Esta tecnología ya se usa en algunos centros industriales y colegios del gigante asiático y podría ser muy útil para las grandes superficies de Galicia
Cabina de desinfección de Kin Long
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El fabricante de autobuses King Long ha presentado su innovadora idea para hacer posible que, una vez la cuarentena haya finalizado, las grandes superficies puedan reabrir manteniendo la seguridad de clientes y trabajadores. Los ingenieros de la empresa han desarrollado unas cabinas antipandemia capaces de medir la temperatura corporal de una persona y desinfectarla junto a sus pertenencias en cinco segundos. Este sistema, que tal y como adelantó Omicrono comienza a funcionar en China, podría resultar útil en los centros comerciales gallegos.

Numerosas empresas trabajan ahora en el desarrollo de tecnologías que faciliten el uso del transporte público y las visitas a grandes almacenes u otros lugares donde puedan producirse aglomeraciones. El objetivo es asegurarse de que el riesgo de contagio es mínimo, por lo que muchas de ellas centran sus esfuerzos en aparatos para detectar la temperatura.

Interior del centro comercial Marineda City.

Desde la aparición del coronavirus, la gente se ha ido familiarizando con diferentes utensilios, como los termómetros infrarrojos. Su uso es ahora más común porque permite a los sanitarios determinar los grados de los pacientes de forma rápida y sin entrar en contacto con ellos. Sin embargo, la propuesta de la compañía china King Long va más allá: además de detectar la temperatura de los usuarios de las cabinas, estos reciben una ducha desinfectante completa.

Una cabina antipandemia inteligente

La estructura recibe el nombre de ANMO y, según la propia empresa, es "una cabina inteligente de control antipandemia". Así, podría colocarse en lugares en los que habitualmente se concentra un gran número de personas. El usuario debe introducirse dentro, tras lo que podrán ocurrir dos cosas: que ANMO detecte que tiene una temperatura elevada y se deniegue su acceso o que ésta sea la adecuada y se someta a la persona a una desinfección completa para que continúe hacia su destino.

Esto podría resultar especialmente útil en grandes superficies como el centro comercial Marineda City, uno de los más grandes de España con 176.000 metros cuadrados alquilables y 500.000 de superficie construida, pero también otros de menor tamaño. Es habitual que en estos lugares se aglutinen cientos de personas, especialmente en fechas señaladas como Navidad o los periodos de rebajas, por lo que mantener la distancia de seguridad sería una tarea muy complicada.

Reconocimento de uso de mascarilla. Kin Long.

La cabina también cuenta con la opción de establecer el reconocimiento de uso de mascarilla y con un sistema que permite una "activación inductiva" del esterelizador de manos por contacto visual. Esto evita que clientes y trabajadores tengan que tocar la superficie de los recipientes de geles desinfectantes, por ejemplo.

La rapidez, uno de sus puntos fuertes

Uno de los puntos fuertes del sistema destacados por la empresa es la rapidez con la que efectúa la toma de temperatura y la desinfección: tan solo cinco segundos. Esto implica que tiene capacidad para realizar 12 reconocimentos por minuto, lo que implica analizar 720 personas cada hora. Esta característica es importante porque facilitaría evitar colapsos y aglomeraciones de gente en estaciones de tren o autobús, en aeropuertos o en los centros comerciales. Sin ir más lejos, Marineda City recibe una media de 17 millones de visitantes al año, según el propio centro comercial más grande de Galicia.

Cabina de desinfección de Kin Long.

ANMO se ha comenzado a instalar en China en diferentes lugares, como centros industriales y colegios. Sin embargo, empieza a extenderse a aeropuertos, estaciones de transporte público, hospitales, centros comerciales o cadenas de supermercados, entre otros. Aunque todavía es una tecnología novedosa, el segundo fabricante de autobuses del mundo ya ha recibido los primeros 9.000 pedidos. Rusia, Filipinas, Taiwán, Tailandia, Malta y Túnez ya han comenzado a interesarse por estas cabinas. Según Kin Long España, el precio de estas estructuras varía entre los 3.500 y los 12.500 euros en nuestro país.

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