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¿A quién debería dedicarse el aeropuerto de A Coruña?

En Galicia, son numerosas las voces que piden que los tres aeródromos lleven nombres de gallegos ilustres. Las opciones que se barajan para un hipotético cambio de nombre de Alvedro irían desde Arsenio Iglesias a Amancio Ortega, pasando por Emilia Pardo Bazán e Isabel Zendal hasta Juan Flórez o Pedro Barrié de la Maza
Quincemil
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La célebre poeta Rosalía de Castro, una de las figuras más reconocibles de Galicia para el mundo, da nombre a uno de los tres aeropuertos de la comunidad, concretamente el de Santiago, hasta hace no tanto tiempo conocido como Lavacolla. Fuera de tierras gallegas, hay más ejemplos de este tipo: el aeropuerto Federico García Lorca-Granada, en honor al poeta andaluz; el Adolfo Suárez-Madrid-Barajas, que rinde homenaje al político y expresidente del Gobierno; el Seve Ballesteros-Santander, que toma por bandera de Cantabria al célebre golfista español o el Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, para mantener en el recuerdo al político catalán y expresidente de la Generalitat.

Otros aeropuertos han optado por destacar sus terminales con nombres de figuras célebres vinculadas a ese lugar, como la T2 del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, que desde hace años se conoce como la terminal Pablo Ruiz Picasso. A nivel internacional hay más ejemplos de personalidades que dan nombre a aeropuertos, como el Charles de Gaulle de París, el aeropuerto internacional Cristiano Ronaldo de Madeira (Portugal) o el aeropuerto Internacional Louis Armstrong (Nueva Orleans, Estados Unidos), entre otros.

Estas nomenclaturas se han instaurado debido a la relevancia de las personas que están detrás de estos nombres para el territorio en el que se sitúan y en algunas ocasiones por presión social ejercida por la ciudadanía con recogidas de firmas entre otras herramientas. En Galicia, son numerosas las voces que piden que los tres aeródromos lleven nombres de gallegos ilustres pero, ¿Quién debería bautizar al aeropuerto de A Coruña?

Desde Arsenio Iglesias y María Pita a Isaac Díaz Pardo o Emilia Pardo Bazán

Desde Quincemil hemos seleccionado varias opciones fundamentadas en los logros de los personajes en relación con la ciudad y su relevancia en la historia coruñesa. Uno de los nombres que suena con más fuerza es el de Arsenio Iglesias, debido a su reciente muerte a los 92 años. Está considerado una leyenda del Deportivo y son multitud los coruñeses que han alzado la voz para que el estadio de Riazor lleve el nombre del conocido como O Zorro O Bruxo de Arteixo, que hizo historia ganando una Copa del Rey y consiguiendo un subcampeonato de Liga.

Otra de las propuestas que no podía faltar es el nombre de uno de los símbolos coruñeses por excelencia: su heroína María Pita, que lleva décadas alzando su lanza frente al ayuntamiento coruñés. Su leyenda nació tras el intento de asedio de A Coruña por parte del corsario inglés Francis Drake, cuando las tropas inglesas trataron de traspasar las antiguas murallas de A Coruña. Perdió a su marido en la batalla, por lo que asesinó a un alférez inglés con una lanza y gritó una de las frases más conocidas en la ciudad herculina: "Quen teña honra que me siga". Aquel hecho histórico sirvió para levantar el ánimo de los defensores de la ciudad, que consiguieron repeler al ejército inglés.

Juan Flórez podría dar nombre al aeropuerto coruñés, además de a una de sus calles, y pese a sus orígenes ferrolanos, fue alcalde de A Coruña, impulsor del ferrocarril en Galicia y político. El nombre del célebre pintor Urbano Lugrís también formaría parte de esta ilustre lista de opciones, un nombre que está muy de actualidad debido a la polémica por los murales ubicados en la calle Olmos y su restauración tras años de desgaste y abandono. El dictador Franco llegó a encargarle la decoración de algunos de los camarotes del yate Azor

Alvedro podría pasar a llamarse también Wenceslao Fernández Flórez, un escritor y periodista natural de A Coruña, miembro de la Real Academia, autor de populares obras como 'El Bosque Animado' y que fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio. Por su parte, el recientemente fallecido Luis Suárez debe integrar este listado porque el exfutbolista y exentrenador coruñés, además de exdeportivista, tiene en su palmarés un Balón de Oro (el único de la historia del fútbol español) y fue uno de los primeros españoles en fichar por un equipo extranjero (inter de Milán). Isaac Díaz Pardo también sería merecedor de este reconocimiento porque fue un destacado ​intelectual galeguista, a la vez que pintor, ceramista, diseñador y empresario.

El género femenino tiene mucho que decir en la elección de esta nomenclatura. Entre las mujeres ilustres que podrían ser la carta de presentación del aeropuerto de Alvedro, destaca Emilia Pardo Bazán, que tiene una Casa Museo en A Coruña, una calle y un CEIP en Los Rosales. Está considerada como la coruñesa más transgresora de la historia que fue una brillante escritora y una firme defensora de los derechos de las mujeres. Una de sus obras más destacadas es 'Los Pazos de Ulloa' y fue miembro de la Real Academia Galega.

María Casares es otra de las que marcaron la historia gallega y A Coruña celebró en 2022 el Año Internacional de María Casares. Unos premios de teatro llevan su nombre y la timidez la llevó al teatro y eso a robar el corazón del escritor francés Albert Camus. Fue la musa del existencialismo francés y una actriz de talla internacional. Sofía Casanova sería otro nombre a valorar por sus hitos, porque fue la primera corresponsal de guerra española y narró el sufrimiento humano durante décadas. Concepción Arenal da nombre a un colegio coruñés y se merecería este reconocimiento en el aeropuerto debido a que fue una de las pioneras del feminismo en España y se disfrazó de hombre para poder asistir a la Universidad.

Por otra parte, hay quienes apuntan a la posibilidad de que Alvedro pase a tener el nombre del exalcalde socialista Francisco Vázquez, que fue el máximo dirigente de A Coruña durante 23 años y ya tiene su huella, dado que el Paseo Marítimo lleva su nombre, algo notable debido a que tiene el reconocimiento de ser el más largo de Europa con más de 13 kilómetros y vertebra la ciudad con inmejorables vistas al mar. También fue embajador español en El Vaticano. Otra de las posibilidades es Quiroga y Piñeyro, el que fue presidente de la Cámara de A Coruña durante tres décadas, o Miguel González Garcés, que da nombre a una de las bibliotecas municipales con motivo de que era un escritor reconocido que escribía en gallego y castellano y uno de los integrantes de la denominada Xeración do 36 de poetas gallegos.

Juana de Vega también sería merecedora porque la coruñesa fue aya de la reina Isabel II, promotora de la Cruz Roja en A Coruña, defensora del campo gallego y amiga de Concepción Arenal, además de tener una gran conciencia social que demostró a lo largo de toda su vida. Teresa Herrera da nombre a una calle, a uno de los trofeos de fútbol clásicos de A Coruña y al Materno Infantil. Gracias a su aportación, en 1791 fue testigo discreto de la colocación de la primera piedra del Hospital de la Caridad, situado en la actual Calle Hospital y destinado principalmente a fines de Maternidad y Orfanato, facilitando a las mujeres sin recursos dar a luz en la más estricta intimidad y evitar, así, el abandono de los recién nacidos.

Santiago Casares Quiroga también debería ser reconocido porque el coruñés fue un político y abogado reputado que a su vez fue uno de los firmantes del Pacto de San Sebastián y diputado a Cortes de la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), que se fusionó en 1936 con la Izquierda Republicana. Fue el último presidente del gobierno de la Segunda República y contra quien se alzaron los militares el 18 de julio de 1936. Enrique Hervada podría valorarse también, considerado como el médico de los pobres de A Coruña y cuyo entierro produjo una de las manifestaciones populares más concurridas de la historia de A Coruña. Paralelamente se encontraría la alternativa de Salvador de Madariaga, diplomático, escritor, historiador y pacifista gallego que durante la Segunda República fue ministro de Instrucción Pública y Justicia.

Otras tres opciones en cuanto a mujeres, serían Isabel Zendal, Carmela Arias o María Wonenburger. La primera fue pionera al ser la primera profesional de este tipo en misión humanitaria de la historia, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La casualidad y la necesidad llevaron a Isabel a la Expedición Balmis, que tenía como misión llevar a todo el Imperio Español la vacuna de la viruela. En su caso, Carmela Arias, viuda de Pedro Barrié, fue la primera mujer que presidió un barco en Europa y dedicó gran parte de sus energías al desarrollo de Galicia.

Por su parte, María Wonenburger, natural de Oleiros, fue una matemática gallega e investigadora en Estados Unidos y Canadá. Fue la primera mujer española en recibir una beca Fullbright, era socia de honor de la Real Sociedad Matemática Española y un premio anual a investigadores de la Xunta de Galicia lleva su nombre.​

Las cigarreras, Eusebio da Guarda, Amancio Ortega o Adelaida Muro

Una figura histórica polémica por su relación con el franquismo, pero que fue uno de los principales impulsores del aeropuerto y de la economía gallega en general, es Pedro Barrié de la Maza. El banquero e industrial coruñés heredó el Banco Pastor y lo situó como una entidad de referencia en la economía gallega, además de fundar Fenosa y asumir el control del astillero fenés de ASTANO. Barrié legó su fortuna a la Fundación Barrié, que desde hace casi 60 años trabaja por el desarrollo económico y la cultura de Galicia.

Otro nombre notable de la historia de A Coruña es el de José Andrés Cornide de Folgueira y Saavedra, que le da nombre al Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses, a la vez que fue un humanista gallego destacado del movimiento ilustrado. Por su parte, Berta Tapia, nacida en A Coruña en 1927, podría dar nombre a Alvedro (además de tener una plaza en la ciudad) porque fue la primera alcaldesa de A Coruña entre 1978 y 1979, en concreto cuatro meses, tras la dimisión del edil José Manuel Liaño Flores (ella era teniente de alcalde). Otra mujer del callejero coruñés que podría ser elegida es Adelaida Muro, una de las principales artífices de que el asilo de las Hermanitas de la Caridad para pobres y desamparados fuera una realidad, gracias a una generosa donación (unos dos millones de pesetas de su época) que dejó por escrito en su testamento.

Andrés Fernández Albalat sería otro rival en la carrera por unir su nombre a Alvedro, un reputado arquitecto con una contribución inigualable a la identidad de A Coruña que fue declarado Hijo Predilecto en 2019. Varias obras icónicas de este maestro de la arquitectura son: la Sociedad Hípica (A Coruña, 1966-1967), el edificio Ocaso (Junto con Jacobo Rodríguez-Losada. A Coruña, 1967), la SEAT (A Coruña, 1964), edificio Citroën (A Coruña, 1959-1966) o la Coca-Cola (A Coruña, 1963-1965), entre otras.

María Barbeito es otra de las opciones, fue maestra, pedagoga, escritora y traductora e introdujo en Galicia los principios de Montessori (autocorrección, aprendizaje mediante la experienciao fomento de la independencia a la hora de educar). Un CEIP coruñés lleva su nombre. Fanny Garrido sería otro nombre válido, motivado porque era miembro de la Real Academia Galega, además de pareja de Marcial del Adalid, a cuyos poemas puso música bajo el pseudónimo de Eulalia de Liáns.​

Breogán podría ser otro de los elegidos, muy presente en la ciudad y en las tradiciones legendarias irlandesas, donde se le describe como un rey que construyó en A Coruña una torre de tal altura tal que sus hijos podían ver una distante orilla desde su cima, en referencia a la Torre de Hércules. A los pies de este monumento está representado con una figura porque está considerado el padre mitológico del pueblo gallego. Alfonso XII también ha marcado el pasado de la ciudad, porque inauguró en 1883 junto a María Cristina la estación de tren, cuyas obras se alargaron durante 25 años. Otro Alfonso anterior, el IX, fue el refundador de A Coruña a finales del siglo XII, repoblando la urbe y otorgándole la categoría de ciudad en 1208.

No se debe olvidar a Eusebio da Guarda, que da nombre a un colegio de A Coruña que fue promovido por él mismo en lo que ahora es la plaza de Pontevedra y fue empresario, filántropo y benefactor de la ciudad. Gracias a él se cuenta con la iglesia castrense, el mercado de la plaza de Lugo o la fuente de la plaza de Azcárraga. Modesta Goicouría también puede ser seleccionada para Alvedro y era la pareja de da Guarda. Juntos consiguieron una de las mayores fortunas de la alta burguesía coruñesa de la época y desarrollaron importantes avances en la ciudad herculina, como la construcción del Instituto y de las Escolas da Guarda y promovieron la construcción de la iglesia de San Andrés con la condición de que ambos pudiesen ser enterrados en ella.

Eduardo María González-Pondal y Abente, natural de Ponteceso, fue un poeta galeguista, figura clave del Rexurdimento y autor de 'Os pinos', cuyas primeras estrofas son la letra del himno gallego, unos factores que suman puntos a la hora de elegir su nombre. Unos méritos que se pueden equiparar a los de Carmen Rodríguez Losada, prima del premio Nobel Camilo José Cela y una benefactora que se dedicó por entero a la atención de los pobres al fundar el Hogar de Sor Eusebia, fue también fundadora de Raiola para ayudar a niños sin familia y del Hogar de Santa Lucía para mujeres sin recursos. La Fundación Remanso fue otro de sus hitos, una organización que presidió y que bajo su abrigo ayudó a inaugurar una residencia para ancianos en Los Rosales.

No podía faltar en las propuestas Amancio Ortega, fundador del imperio textil Inditex que ha llevado la marca Zara a todos los rincones del planeta. Un imperio que comenzó con orígenes humildes como Confecciones GOA (Amancio Ortega Gaona, al revés), la primera empresa creada por el gallego junto a su primera mujer, Rosalía Mera, en la que se encargaban de fabricar albornoces y batas principalmente. Actualmente es uno de los hombres más ricos del mundo y se encuentra en el puesto 13 de la lista Forbes a nivel mundial, con una activa labor filantrópica a través de su fundación. Además, Inditex es uno de los principales motivos por el que el aeropuerto de Alvedro sigue siendo competitivo. La propia Rosalía Mera también puede ser candidata a nombrar el aeropuerto, pues además de ser nacida en A Coruña y de tener parte del mérito de Inditex, impulsó en su momento la Fundación Paideia Galiza, que sigue siendo muy activa apoyando todo tipo de iniciativas sociales en A Coruña y Galicia.

Un colectivo también podría dar a conocer el aeropuerto de A Coruña al mundo y no podía ser otro que el de las cigarreras. Su valiente historia se remonta a la Real Fábrica de Tabacos de La Coruña, una industria que se puso en marcha en 1804, tras la reforma del antiguo edificio, con 400 operarias, cuya media de edad no superaba los 14 años. Era un trabajo duro y mal pagado, la producción estaba especializada en cigarros y sólo se contrataba a personal femenino, lo que permitía ahorrar costes debido a su bajo salario.

Las cigarreras fundaron en 1916 la Unión Tabacalera, que más tarde se extendería al ámbito nacional, y que les permitiría mejorar sus condiciones con avances como conciliar la vida familiar a las que eran madres. También se construyó la Casa das cigarreras para atender las necesidades de las trabajadoras y dar refugio a aquellas que no tenían familia o eran muy mayores.

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