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A-6, el peligro de entrar y salir de Galicia por carretera: "Está en unas condiciones pésimas"

La Delegación del Gobierno ha confirmado a Quincemil que se iniciará la rehabilitación de 73 kilómetros de la vía entre Lugo y Ponferrada
Viaducto del Castro de la A6.
EP
Viaducto del Castro de la A6.

El mal estado en el que se encuentra el firme de la autovía A-6 no es un problema reciente. Se trata de algo que lleva ya varios años sucediendo y causando problemas en la circulación rodada de la principal vía de entrada y salida por carretera de Galicia. Sin embargo, esta no es la única que registra este tipo de incidencias, ya que la A-8, que conecta con Asturias y la zona del Cantábrico, o la A-52, que conecta O Porriño con Benavente, se encuentran en condiciones similares.

Baches, socavones, o incluso agujeros, son muchas las denominaciones que se le dan a las deficiencias que sufren las principales carreteras estatales que comunican Galicia con el resto de España. Algo que supone un riesgo para los conductores de todo tipo de vehículos que utilizan estas vías a diario. No es ni será la primera vez que alguien sufre un accidente por culpa de estos baches, cada vez más grandes debido a la falta de mantenimiento, como fue el caso del periodista vigués Héctor Ares, hace escasos meses en la A-52.

Rehabilitación parcial

Hace apenas una semana, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, aseguraba en una entrevista concedida a la Cadena SER que la renovación del pavimento de la autovía A-6 a su paso por Galicia estaría lista este mismo año y que los trabajos comenzarían cuando "el buen tiempo se abra paso".

Según ha podido saber Quincemil a través de la Delegación del Gobierno, el Ministerio actuará sobre 73 kilómetros de la autovía en los próximos meses para llevar a cabo la rehabilitación estructural del firme en dirección Madrid. Más concretamente, será entre el kilómetro 407,3 y el 480, situados en las provincias de Lugo y León, más o menos entre Ponferrada y Lugo capital. Contarán con una inversión superior a los ocho millones de euros y será una primera fase para el acondicionamiento completo de la autovía.

El inicio está previsto para cuando "comience el buen tiempo, previsiblemente, en la época estival", por lo que espera un verano con carriles cortados en la autovía. La rehabilitación será estructural y se realizará mediante fresado y reposición de las capas existentes. En las zonas con mayor deterioro se llevará a cabo la demolición del firme existente, excavación, reposición con zahorra y disposición de nuevo firme, así como el repintado de las marcas viales afectadas y la adaptación de los sistemas de contención.

Los transportistas, los grandes damnificados

Para un turismo, ya es incómodo circular por estos carriles con "obstáculos", sin embargo, hay otro tipo de conductores que lo sufren en dimensiones más grandes. Los motoristas, al contar con menor superficie de apoyo sobre el asfalto serían más propensos a sufrir un accidente si se encuentran con un socavón. "Con una moto, ya de por sí, es un peligro, porque pillas un bache mal pillado y estás en el suelo", explica Alberto Sierra, motorista y usuario de la A-6.

Un colectivo que se ve muy afectado es el de los transportistas y camioneros, limitados a 90 kilómetros por hora, lo que les hace estar prácticamente "condenados" a viajar de forma permanente por el carril derecho, el más afectado en estas carreteras. "Está en unas condiciones pésimas, como conoce todo el mundo, y los transportistas lo sufren un poco más porque llevan un vehículo con 40 toneladas", explica Ramón Alonso, presidente de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer).

Riesgos personales y materiales

Los baches en la carretera suponen un peligro tanto para las personas como para los vehículos. "Destruye la suspensión, las ruedas duran la mitad, se abren puertas y puede caer parte de la mercancía. Es un verdadero problema para el transportista", dice Ramón Alonso. "Destrozas los amortiguadores del camión y, aún encima, destrozas más la carretera", reafirma Alberto Sierra, quien también fue conductor de este tipo de vehículo.

Además de para el vehículo, también supone un riesgo para los conductores, tanto para los que van dentro del camión como para los que están a su alrededor. "Un bache de estos grandes puede hacer que se te pinche la rueda delantera y reventar. Puede hacer que pierdas el control del vehículo y vuelques. Y con un camión de 40.000 kilos, volcar a 90 por hora, eso es un arma de matar, mata al conductor y se mata a cualquier coche que se lleve por delante".

Maneras de evitarlos

Los camiones están "obligados" a ir por el carril de la derecha en casi todo momento, ya que tienen su velocidad limitada a 90 kilómetros por hora. "Si nos metemos en el carril central o el de la izquierda, vamos infringiendo la ley, y eso tampoco es recomendable", explica Ramón Alonso. Esto deja a los transportistas con pocas soluciones para intentar evitar meter las ruedas en los socavones, que se ven forzados a "hacer zig-zags" por la carretera cuando se ven con espacio, siendo muchos los que lo prefieren "antes que reventar unha roda" o tener un accidente.

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