Lo que más disfrutó la princesa Leonor de su paso por Galicia fue "do bo ambiente" y de su comida, "sobre todo a dos furanchos", confesó la monarca esta mañana en Santiago de Compostela durante el acto de entrega de la Medalla de Oro de Galicia.
Una distinción que le fue concedida por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en reconocimiento a su paso por tierras gallegas durante su formación como guardamarina en la Escuela Naval Militar de Marín.
Sin embargo, más allá del protocolo y la solemnidad del acto, lo que más ha destacado ha sido el uso del gallego en parte de su discurso.
"Hoxe Galicia é terra de acollida e podo dar fe porque me sentín coma unha galega máis", afirmó la princesa de Asturias, marcando uno de los momentos más celebrados de su intervención.
Recordó su reciente travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano y su paso previo por la fragata Blas de Lezo, rememorando las emociones vividas y los vínculos forjados durante su formación.
Leonor también tuvo palabras para la emigración gallega, aludiendo al paso del canal de Panamá —donde miles de gallegos trabajaron— y a los compatriotas que llegaron a Brasil o Uruguay en busca de un futuro mejor:
"En algunos, a los españoles les llamaban gallegos y todavía lo hacen. Ahí su huella aún es profunda y fértil".
Otro momento especialmente emotivo fue cuando agradeció el cariño de los vecinos de Marín, localidad que la ha nombrado hija adoptiva, y donde según sus propias palabras: "A miña vida na ría de Pontevedra foi tensa e esixente, pero tamén puiden disfrutar do bo ambiente en cada lugar que pisei, e da comida, sobre todo nos furanchos".
"Moitas grazas de corazón por esta honra que recibo coa ilusión de quen se sentíu nesta terra tan acollida e apoiada dende o primeiro día", añadió
Para concluir, en palabras de la heredera: "Non vou ter morriña, porque a Galicia quero volver sempre". Una promesa que ha resonado en los corazones gallegos.