22 octubre, 2023 02:14
París (Francia)

¿Es Karim Benzema un buen musulmán? ¿Simpatiza con los Hermanos Musulmanes? ¿Defiende la aplicación de la sharia? ¿Está vinculado con los asesinatos de dos profesores a manos de integristas islámicos? A juzgar por sus testimonios en redes sociales, la respuesta a la primera pregunta es afirmativa. Las otras han salido de la boca de políticos franceses y el futbolista ha respondido presentando denuncias por difamación ante la Justicia.

El conflicto de lealtades persigue al que fuera delantero y estrella del Real Madrid desde que titubeara al decidir si jugaba con la selección de Francia. Hasta el punto que el dilema identitario de los jóvenes franceses de origen argelino, como él, fue bautizado como el "complejo de Benzema".

Tras su fichaje el pasado verano por el club saudí Al-Ittihad, el jugador ha dado pruebas de su fe musulmana en las redes sociales en las que supera los 140 millones de seguidores (Twitter, Instagram y Facebook). Así, el 7 de agosto publicó un video, mirando a cámara, de su peregrinaje a la Meca. Al fondo se veía la Kaaba, ante la que todo buen musulmán debe de dar varias vueltas.

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El 23 de septiembre, el que fuera balón de oro en 2022, difundió una foto suya vestido con chilaba y túnica tradicionales de Arabia Saudí. Cuidadosamente dispuesta sobre un sillón, a su lado, la bandera verde del reino saudí mostrando el sable, símbolo de justicia y conquista, y la Chahada, la profesión de fe del islam que ocupa el lugar del escudo en otras enseñas. El pie de foto decía: "Mirad la vida que llevo en el Feliz Día Nacional Saudí", con un corazoncito antes de 'feliz'". 

Entre quienes comentan sus publicaciones, muchos le piden que se pronuncie sobre Palestina: "Hermano, reza por los musulmanes de Palestina". Es lo que hizo el 15 de octubre en Twitter: "Todas mis oraciones por los habitantes de Gaza, víctimas una vez más de bombardeos injustos que no respetan ni mujeres ni niños".Ç

De izquierda a derecha: un yihadista, Karim Benzema y el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin.

De izquierda a derecha: un yihadista, Karim Benzema y el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin. Montaje E.E.

Y aquí se desató la tormenta. El lunes por la noche, en el canal CNews, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, acusaba al futbolista de "tener una relación notoria" con los Hermanos Musulmanes, una organización islamista nacida en Egipto, país en el que hoy está considerada como terrorista al igual que en Arabia; no así en Francia.

El futbolista se defendió por boca de su abogado, Hugues Vigier: "Rezar por la población civil no es hacer propaganda de Hamas ni complicidad con el terrorismo". El letrado desmentía cualquier relación de Benzema con los Hermanos Musulmanes: "Es falso. Además ha escogido vivir en Arabia donde la fraternidad es considerada organización terrorista".

Sus 'likes' en redes sociales

El jueves, en el canal de noticias BFMTV, Darmanin se negó a aportar pruebas de su acusación. Dijo reservarlas para la Justicia, donde el futbolista ha presentado una demanda por difamación, y presumió de que "como ministro de Interior tengo acceso a ciertas informaciones que lo corrobaron".

En cualquier caso, el titular de Interior se explayó sobre los métodos de la hermandad: "Hay que luchar contra todos los que utilizan su notoriedad para pasar mensajes que pudren a una parte de nuestra juventud. Hay que ser muy duros contra los que han emprendido una guerra, ese islam radical del que los Hermanos son la rama más eficaz". Darmanin denunció la utilización de proxys, "personas que tienen una buena imagen" en el deporte, la música, la enseñanza… para pasar sus mensajes.

Además, retaba al futbolista: "Constato que Karim Benzema no ha puesto un tuit por el asesinato del profesor de Arras, ni por los bebés decapitados, ni por la mujeres violadas, ni por los 1300 muertos por el terrorismo islámico en Israel. Estoy dispuesto a retirar mis palabras, si el señor Benzema es capaz de mostrar delante de sus millones de seguidores que lamenta del mismo modo la muerte del profesor". El ministro se refería al asesinato el viernes 13 de octubre de Dominique Bernard, profesor del liceo Gambetta de Arras, a manos de un exalumno musulmán de 20 años de origen checheno.

El ministro fue incluso más allá al relacionar a Benzema "con personas que se alegraron del asesinato de Samuel Paty", degollado el 16 de octubre de 2020 por haber mostrado a sus alumnos una caricatura de Mahoma de Charlie Hebdo.

Zemmour y Le Pen, también al ataque

Benzema se fotografió con el imán de una mezquita de Meaux, cuyo domicilio fue registrado durante las investigaciones del caso Paty. De hecho, el futbolista se querelló contra un militante del partido de extrema derecha Reconquista que le echó en cara esa foto. Pero la Justicia dio la razón al demandado, quien se defendió en el tribunal mostrando un like del futbolista a una publicación en Instagram que, tras el asesinato de Paty, decía: "Que Alá castigue al que ensucie el honor del profeta".

Tras las declaraciones del ministro de Macron, los dos líderes de los partidos de extrema derecha, saltaron a la palestra. Marine Le Pen, presidente de Reunión Nacional, manifestó el viernes en RMC: "No tengo las informaciones concretas de Gérald Darmanin. Lo que es seguro es que Benzema tiene una complacencia manifiesta con el islamismo más radical que algunos pudieran llamar fundamentalismo islamista".

Éric Zemmour, presidente de Reconquista, fue mucho más contundente la víspera en France 2: "Karim Benzema es un musulmán que quiere aplicar la sharía, y ésta supone la yihad, lo que quiere decir matar a Dominique Bernard o Samuel Paty. Hago una relación directa porque todas las personas que piensan que la sharía es una ley divina justifican la yihad, esto es, la guerra santa contra los infieles".

Al abogado de Benzema le faltó tiempo para anunciar otra demanda por difamación y para criticar "la deriva de la mentalidad de la clase política francesa. Eso sí que es una deriva y no la del islamismo de Benzema", decía en Libération.

Entre tantas declaraciones altisonantes, las peticiones de la senadora conservadora Valérie Boyer cayeron rápidamente en el olvido: exigía que la quiten la nacionalidad francesa y el Balón de Oro a Benzema. Pretensiones descabelladas puesto que el trofeo no es otorgado por el Estado francés y el futbolista nació en Lyon.

La polémica persigue a Benzema desde que comenzó a destacar como futbolista. Poseedor de la doble nacionalidad francesa y argelina, por el origen de sus padres pudo haber jugado con una u otra selección. Así que, en 2006, cuando le preguntaron en RMC por su elección dijo: "Deportivamente, jugaré en el equipo de Francia”. Si bien repreguntado, precisó: "Argelia es mi país porque mis padres vienen de allá abajo".

La relevancia del jugador llevó a la profesora de Historia y ensayista Fatiha Boudjalat a nombrar como "complejo de Benzema" los problemas identitarios de los jóvenes franceses de origen argelino. "Es el dilema identitario de una parte de la juventud que procede de la inmigración. Su desgarro entre dos culturas, dos sistemas de valores y de normas, entre su educación familiar y las costumbres de la sociedad francesa", resumió Alexandre Delvecchio en Le Figaro.

Karim Benzema, defendiendo a la selección francesa durante un partido de la última Eurocopa, en junio de 2021.

Karim Benzema, defendiendo a la selección francesa durante un partido de la última Eurocopa, en junio de 2021. Federico Gambarini

Benzema se negó siempre a cantar el himno nacional argumentando que la letra es demasiado guerrera, lo que provocó la indignación de muchos. Pero, a raíz de su exclusión de la selección francesa, en 2016, su personalidad se fue decantado hacia el islam. Benzema acusó Didier Deschamps, seleccionador de les bleus, de prejuicios racistas. En realidad, dejó de ser convocado por su implicación en el sextape de su compañero Mathieu Valbuena. La justicia francesa le exoneró en 2021. Unos meses antes, Benzema volvió al combinado nacional. El jugador reaccionó en Twitter dando las gracias a su familia, a sus amigos, a su club, el Real Madrid; y a Dios con la expresión árabe AlHamdulliilah.

Un agente de futbolistas señalaba ayer en Le Figaro que la conversión de Benzema en influencer árabe y musulmán, a medio camino entre lo cultural y lo religioso, data de ese 2016. Pero no por su enfado con Deschamps, "sino porque se convirtió en la verdadera estrella del Real Madrid post Ronaldo. Esto le dio una visibilidad gigantesca, sobre todo, fuera de Europa".

El ministro del Interior, "Gérald Darmanin, piensa, sin duda, que Benzema habla a los jóvenes de los suburbios de Francia. No es así. Porque sus fans están, sobre todo, en Argelia, Egipto y Arabia. Y allí, los acontecimientos de los últimos días en Gaza han liberado una cólera monumental. Benzema la ha sentido y ha pensado que debía reaccionar. No creo que esté luchando por islamizar Francia, sino que él se ve a sí mismo como el abanderado del mundo árabe. Él se dirige a la juventud árabe del mundo entero".