23 abril, 2023 02:11

Pachangas dos veces a la semana, autógrafos, compraventa de camisetas firmadas, una batucada por el día del carnaval de Brasil, una celda con cama y ducha propias, aburrimiento y una rutina ejemplar. La vida de Dani Alves durante los tres meses que lleva en el Centro Penitenciario de Brians 2, desde el 20 de enero, parece un idilio. La realidad que se esconde tras el circo mediático que rodea las vicisitudes del astro brasileño entre rejas, sin embargo, es bien diferente.

Con cerca de 1.450 reclusos en la actualidad, Brians 2 es la cárcel más grande de Cataluña y también una de las más violentas. Estos son sólo algunos sucesos más recientes: el 7 de abril, Viernes Santo, dos internos apuñalaron a otro en su celda. El 27 de marzo, un preso apuñaló cinco veces en la nuca a un funcionario con un bolígrafo. Apenas dos días antes, el 25 de marzo, otro interno atacó a cinco funcionarios con una navaja de afeitar. 10 días antes, el 16 de marzo, otro preso arremetió a puñetazos contra otro funcionario, a quien tuvieron que reconstruir el labio en el hospital. Pocos días antes de la llegada de Alves, el mismo enero, hubo un intento de motín…

La lista de incidentes en el penal es interminable. Los sindicatos y asociaciones de funcionarios de prisiones en Cataluña contabilizaron, sólo en 2022, 111 funcionarios agredidos sólo en este centro, un 126% más que en 2021, cuando los trabajadores afectados ascendieron a 49. En total, los incidentes registrados en Brians 2 fueron 173 el año pasado, una cifra que se aleja escandalosamente de la de la primera prisión con más agresiones en el resto de España, Madrid V-Soto del Real, donde hubo 24 ataques.

El futbolista Dani Alves en una imagen reciente.

El futbolista Dani Alves en una imagen reciente. Efe

Estas estadísticas se enmarcan dentro de una alarmante tendencia en la comunidad autónoma, cuyas cifras no tienen ningún paralelo en el resto del país, donde las prisiones las controla el Ministerio del Interior. En Cataluña, la autoridad responsable de las prisiones es la Generalitat. Desde el año que hay datos, 2016, los ataques al personal penitenciario en Cataluña se han multiplicado un 815%, sumando un total de 1.231 agresiones.

“Es una situación insostenible”, dice Francesc Freixes, portavoz de la asociación Marea Blava, que representa los intereses de los funcionarios de prisiones en la región. “En Cataluña, multiplicamos por tres las cifras de incidentes que hay en el resto de prisiones de España”, lamenta Freixes.

En el caso concreto de Brians 2, el portavoz dice que sus compañeros están con el “ánimo decaído”. El pasado marzo, mientras las cámaras de televisión se mantenían apostadas a la entrada del Centro Penitenciario por las novedades sobre la vida de Dani Alves, los funcionarios se encerraban en el despacho del director de la prisión para reclamar apoyo y más personal.

Un “centro tranquilo”

Las razones que han puesto a la prisión en la que cumple condena el astro brasileño en el centro de todas las miradas por el aumento de la violencia hay que buscarlas, primero, en la dirección del centro. Así lo señala Freixes, quien dice que Brians 2 “era un centro muy tranquilo”, en alusión a las dos anteriores direcciones.

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“En apenas año y medio de dirección de Joan Carles Navarro, la situación se ha ido de madre”, dice el portavoz de los funcionarios. Éste señala que antes había una buena comunicación entre la plantilla y la dirección, pero ahora mismo asegura que esta sintonía está completamente “rota”, lo cual tiene efectos en la gestión del día a día de la cárcel con más presos de Cataluña, de los cuales, el 60% son extranjeros.

Por otro lado, Freixes señala que este Centro Penitenciario es también la prisión por la que “pasan los perfiles más peligrosos”. “Cuando hay conducciones de presos a otras partes de España, siempre pasan por aquí, hay mucho movimiento”, dice. Además, añade que Brians 2 también se ha visto perjudicada por internar en sus instalaciones a varios perfiles conflictivos procedentes del Centro de Internamiento de Jóvenes de Cataluña.

“Tenemos identificados 17 perfiles altamente agresivos y multireincidentes, extranjeros y sin ningún respeto a la autoridad. Cada uno de ellos supera las tres agresiones en 2022”, se queja Freixes, en alusión a menores extranjeros no acompañados que, cuando cumplen la mayoría de edad, recalan, en su mayoría, en las celdas de Brians 2, aunque luego van rotando por su peligrosidad. “Cuando vienen ellos, se disparan las agresiones”, apunta.

Batucadas y fútbol

El ambiente de violencia y tensión entre internos y funcionarios no ha impedido que los primeros se hayan tomado la llegada de Dani Alves a la cárcel como una verdadera atracción de feria. Las primeras 24 horas desde el día de traslado de Alves a Brians 2 “fueron una auténtica locura”, revela a EL ESPAÑOL | Porfolio otro funcionario de prisiones que prefiere omitir su identidad.

Entrada de la prisión de Brians 2.

Entrada de la prisión de Brians 2. Efe

Alves llegó a Brians 2 después de tres noches en su Centro Penitenciario hermano, Brians 1, el 23 de enero. Aquel día el revuelo fue grande en el penal, de tal forma que los funcionarios tuvieron que esconder al futbolista para evitar el alboroto entre el resto de la colonia penitenciaria.

El jugador fue ingresado en el módulo 13 de la prisión, reservado para delincuentes condenados por delitos sexuales. Se trata de un módulo separado del resto de presos, tradicionalmente proclives a atacar a los agresores sexuales. En total, los casi 1.450 internos de Brians 2 se distribuyen en 14 módulos, entre los cuales se agrupan a los presos por tipología de delitos y gravedad de las condenas.

Dentro del módulo 13, Alves se instaló en una celda para dos internos en la que comparte sus días con un brasileño apodado Coutinho, a quien el futbolista ya conocía porque este fue guardaespaldas de otro jugador del Fútbol Club Barcelona; Ronaldinho, en los años en los que el mediocampista jugó en el equipo culé.

La celda en la que Alves duerme tiene un tamaño de seis metros cuadrados, y ducha propia, según reveló el programa 'En Boca de Todos'. Alves ha disfrutado de este espacio para él solo en varias ocasiones, en las cuales Coutinho ha abandonado el penal durante permisos de algunos días. A Alves le ofrecieron la posibilidad de tener un televisor en este espacio, privilegio al que renunció por razones todavía desconocidas.

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Según describió otro interno al mismo programa, el astro brasileño de 39 años pasa las horas sumido en el aburrimiento. Sin embargo, dos tardes a la semana, según describe el funcionario de prisiones, juega a fútbol en el polideportivo del penal. “Se trata de una actividad voluntaria compartida con presos de otros módulos, y los días que le toca a Alves, todo el mundo quiere apuntarse”, dice el trabajador. El pasado marzo, el futbolista trató de organizar una liga de fútbol dentro del penal, lo cual le fue negado.

Más allá de sus salidas para acudir a declarar ante la jueza que instruye el caso por el cual está entre rejas, el de la supuesta violación de una joven de 23 años en los baños del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022, Alves no ha salido de Brians 2.

Según reveló la periodista de La Vanguardia Mayka Navarro, el brasileño ha tenido un comportamiento ejemplar, haciendo caso siempre a las instrucciones de los funcionarios. En estos tres meses, sólo le han llamado la atención en una ocasión. Fue con motivo de la celebración del carnaval de Brasil, cuando Alves arrancó una batucada golpeando las paredes y la puerta de su celda, a la que se unieron otros presos de su mismo pabellón.

Su existencia en prisión es ajena a los episodios de violencia que han sufrido los funcionarios de Brians 2. Es más, con él, los presos parecen relajarse. Incluso emprendieron un negocio de camisetas del Barça firmadas por el futbolista, un bien que se ha convertido entre los más valorados de la colonia penitenciaria. Estas se intercambian por tabaco u otros bienes que reclaman quienes se han hecho con el cotarro.

Vista aérea de la cárcel de Brians 2.

Vista aérea de la cárcel de Brians 2.

Falta de protocolos

Para funcionarios como Freixes, el portavoz de Marea Blava, la presencia de Alves en la cárcel no ha supuesto ningún cambio, ni positivo ni negativo, en la situación de violencia y ajetreo que se vive en el penal. Es más, lamenta que la atención mediática esté dirigida al caso particular del futbolista y no a la grave situación que atraviesan los trabajadores del Centro Penitenciario.

Freixes denuncia que, si no se toman medidas, las agresiones sólo irán en aumento. Reclama más formación y herramientas para que los funcionarios puedan hacer frente a la marea de agresiones que se vive en esta prisión, escondida tras los detalles de la vida del futbolista en la misma.

“Tenemos protocolos de actuación, pero son muy teóricos. Nadie enseña a los funcionarios cómo enfrentarse a un preso violento armado con un bolígrafo o una navaja. Hay mucho miedo en practicar esto, por el hecho de admitir que a veces hay que reaccionar con contundencia, pero es necesario. Tenemos una fiscalización muy grande. Al final, los reducimos entre ocho por superioridad de peso”, dice el portavoz de los trabajadores penitenciarios.

El protocolo de actuación en las prisiones catalanas señala que, cuando un funcionario se enfrenta a un interno violento, primero tiene que intentar contenerlo de forma verbal. Si no funciona, se pasa a la contención física, la cual tiene que estar autorizada por el director. “Muchas veces hay que reaccionar en el momento, sin autorización. En estos casos, luego hay que justificar la intervención”, dice Freixes.

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El siguiente paso a la contención física es la utilización de esposas. Por último, si todos los pasos anteriores fracasan y el preso mantiene una actitud agresiva, se le reduce en una sala de contención donde hay una camilla, donde un interno muy violento puede llegar a ser atado hasta que depone su actitud.

En su última declaración ante la jueza, Alves cambió por quinta vez su versión sobre lo sucedido: esta vez admitió que hubo sexo con penetración, pero que este fue consentido por la víctima. Lo hizo para ocultar una supuesta infidelidad a su ya exmujer. Mientras, la víctima se ha mantenido en su primera declaración. Hasta que se dicte sentencia, la magistrada mantiene al futbolista entre los muros de Brians 2, donde seguirán las pachangas en un ambiente donde los funcionarios de prisiones ya no se fían de nadie.