El dictador chino, Xi Jinping.

El dictador chino, Xi Jinping. Reuters

LA TRIBUNA

La UE y Taiwán deben aliarse en la lucha contra la desinformación

Comprender qué consecuencias tiene la manipulación de la información por parte de regímenes autoritarios es fundamental para el futuro de la democracia mundial. 

13 diciembre, 2023 02:57

En mayo de 2023, los líderes del G7, reunidos en la Cumbre de Hiroshima, afirmaron que "interesa a todo el mundo una China que crezca y respete las normas internacionales".

El dictador chino, Xi Jinping.

El dictador chino, Xi Jinping. Reuters

Sin embargo, al mismo tiempo que proponían mantener el diálogo multilateral con Pekín, pidieron a China que no cometiera ninguna injerencia, que no tratara de socavar la integridad de las instituciones democráticas y que se esforzara más en presionar a Rusia a propósito de su agresión militar en Ucrania.

Por el contrario, en el Foro de Cooperación Internacional de la Franja y la Ruta de la Seda celebrado el mes pasado en Pekín, el líder chino Xi Jinping y el presidente ruso Vladímir Putin celebraron la intensificación de sus lazos políticos y elogiaron la estrecha coordinación estratégica de sus dos países.

Antes, en marzo, se había producido la visita de Xi a Moscú, durante la que ambos dirigentes reafirmaron su ambición de rehacer el orden internacional liberal. El presidente chino aseguró entonces a su "querido amigo" que ambos están provocando cambios "que no se habían visto en cien años".

Esta intensificación de las relaciones refleja una nueva realidad geopolítica que en Europa muchos todavía no acaban de comprender.

"China y Rusia quieren trastocar el orden mundial para que encaje con sus planes autoritarios"

Cuando miran hoy hacia el Este, los europeos ven a dos antiguos enemigos, China y Rusia, unidos por un mismo miedo a la democracia liberal.

Estos dos regímenes quieren trastocar el orden mundial para que encaje con sus planes autoritarios. La reunión bilateral que mantuvieron Xi y Putin mostró de forma inequívoca el deseo de Pekín de encabezar, como líder del llamado Sur Global, una visión alternativa del mundo.

La reunión también consolidó el apoyo de Putin a la posición de China en política internacional, en consonancia con la Iniciativa de Seguridad Global diseñada por Xi y cuyo objetivo es que su país alcance la supremacía mundial en un contexto en el que existe la percepción de que Occidente se inhibe.

La cooperación entre China y Rusia es muy amplia y polifacética y está desarrollándose con enorme rapidez. Hay una gran sinergia entre los ejércitos y las economías de los dos países.

Además, sus diplomáticos y los medios de comunicación controlados por el Estado también colaboran estrechamente. En China, los medios de comunicación estatales y los canales oficiales de las redes sociales dan la máxima difusión a determinados relatos favorables al Kremlin y a los medios rusos sancionados por Occidente.

Esta asociación estratégica, cada vez más firme, está obligando a la UE a tomarse en serio, por fin, sus propias afirmaciones sobre la necesidad de replantearse los vínculos con China (y, por extensión, con Rusia) para, como dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, eliminar riesgos en las relaciones comerciales y políticas.

China está cambiando y "avanza hacia una nueva era de seguridad y control". Es hora de que Europa también cambie.

"La UE ha dejado claro su interés por la comunicación estratégica, que es esencial para defender la democracia"

Pero la forma de conseguirlo está aún en fase de desarrollo. El alto representante de la UE, Josep Borrell, ha instado al bloque y los Estados miembros a colaborar con los socios democráticos de todo el mundo para combatir la manipulación informativa de los regímenes autoritarios. Este es un paso importante, en consonancia con el deseo general de que la UE tenga voz propia en el escenario mundial.

Con esta atención especial a Rusia y China como elementos que desempeñan un papel crucial en la manipulación de la información y las injerencias, la UE ha dejado claro su interés por la comunicación estratégica, que es esencial para defender la democracia.

Pero para contrarrestar las campañas de China y la expansión rusa es fundamental disponer de una serie de herramientas defensivas para la seguridad económica y una cooperación más sólida con los socios internacionales afines, como Taiwán. Lo que mejor contribuye a reforzar el sistema inmunitario de las democracias es una estrategia que tenga en cuenta a toda la sociedad y una conversación global que incluya al mundo en desarrollo.

Las lecciones aprendidas por Taiwán y su reacción ante las agresiones chinas son especialmente importantes. En este país, la democracia lleva décadas resistiendo frente a la avalancha de desinformación y de hostilidad que llega de China.

Y su respuesta, que demuestra la fortaleza de la nación insular, ha sido una estrategia basada en la voluntad colectiva de la sociedad, que fomenta un espíritu cívico por el que los ciudadanos sienten que manejan las riendas de su democracia.

La estrategia se ha extendido a las nuevas tecnologías digitales, que se abordan teniendo en cuenta el interés individual de los ciudadanos, no el de la clase política del país.

De esa forma se ha establecido una relación de confianza en ambas direcciones que permite que hoy Taiwán, además de ser clave en la cadena mundial de suministro de semiconductores, pueda presumir de un sistema de gobierno democrático totalmente transparente

"La UE, Taiwán y otros países democráticos podrían desarrollar juntos un sistema de redes que dejara menos margen de maniobra a los regímenes autoritarios"

Europa puede aprender mucho de esta experiencia. A la UE le conviene estudiar la forma de gobernar, abierta y tecnológica, que está llevando a cabo Taiwán. También sus experiencias de alfabetización mediática.

En las últimas décadas, el gobierno taiwanés ha invertido en educación para hacer posible que los ciudadanos sean capaces de tomar decisiones fundadas sobre lo que ven y leen. La UE, Taiwán y otros países democráticos, juntos, podrían desarrollar un sistema de redes que dejara menos margen de maniobra a los regímenes autoritarios cuando intentan contaminar los flujos de información con mentiras.

Los dos socios, junto a otros comprometidos con esta causa, deberían unirse para ayudar a asentar la democracia en los países en desarrollo y limitar la influencia negativa de China, sabiendo que siguen existiendo importantes necesidades de inversión en infraestructuras en todo el Sur Global.

El foro europeo Global Gateway, reunido hace apenas unos días, tiene como propósito impulsar lazos en los ámbitos de la digitalización, la energía, los transportes y la educación con arreglo a los valores democráticos, mientras que la Nueva Política orientada al Sur (New Southbound Policy) de Taiwán se compromete a integrar su potencia en tecnología digital para promover una iniciativa digital orientada al Sur.

Si ambos uniesen sus fuerzas, podrían impulsar el desarrollo regional en el sudeste asiático y otros lugares del Sur Global en los que China ha adquirido más peso y en los que está dejando huella permanente gracias a su Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Europa debe tener una política global y asumir la tarea de defender no sólo su propio ecosistema democrático, sino también otros ecosistemas democráticos en desarrollo.

Comprender qué consecuencias tiene a largo plazo la manipulación de la información por parte de regímenes autoritarios será fundamental para el futuro de la democracia.

La pregunta es, ¿está preparada la UE para cambiar por completo su posición y tomar la iniciativa en este sentido?

*** Zsuzsa Anna Ferenczy es analista de geopolítica y autora del libro 'Europa, China y los límites del poder normativo'.

*** Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

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