La semana pasada publiqué un artículo en EL ESPAÑOL en el que explicaba por qué una parte de las feministas y de las socialistas hemos decidido votar nulo el 23-J y por qué pedimos a la ciudadanía, como legítima forma de protesta para las personas de izquierdas que nos hemos quedado sin representación política, que también vote nulo.

Yolanda Díaz junto a Irene Montero.

Yolanda Díaz junto a Irene Montero. EFE

En aquel artículo enumeré algunas de las razones que nos han abocado a ello. No debieron de leerlo los voceros y activistas a sueldo habituales del Gobierno. Lo que sí hicieron fue hablar de ello y emprender otra campaña de difamación e insultos contra mí y todas las feministas que en redes y medios defendemos el voto nulo.

PSOE y Sumar han convertido en lema de campaña el "paremos a la ultraderecha" y acusan de cómplices de esa ultraderecha, cuando no directamente de fascistas, a todos aquellos que voten nulo, se abstengan o voten a otras formaciones políticas.

Un sector feminista nos llama "irresponsables" por ejercitar el derecho a voto como razonadamente hemos convenido, e incluso pide el voto para los partidos que durante estos cuatro años han despreciado nuestras reivindicaciones, nos han demonizado y nos han tratado de silenciar. Piden el voto para los partidos cuyas políticas han supuesto el retroceso sociojurídico más grave en los derechos de las mujeres y de la infancia acaecido en democracia.

¿Y pretenden que traguemos con que somos nosotras las irresponsables?

¿De verdad pretenden que las feministas votemos a esa coalición de Sumar y de PSOE que está promoviendo, como jamás con tanta eficacia ha hecho la derecha, la destrucción del feminismo? ¿Pretenden que nos olvidemos de los desprecios e insultos de la izquierda a las feministas?

Recuerdo, por ejemplo, cuando Pablo Echenique llamó "basura tránsfoba" a las miles de mujeres que salimos a la calle pidiendo la dimisión de Irene Montero. O cuando voceros del movimiento transgénero nos llamaron "las cuatro del taxi" para trasladar la idea de que las feministas críticas con las políticas transgénero somos cuatro y que cabemos en un taxi.

¿Por qué si somos "las cuatro del taxi" suscita tal reacción en medios y redes nuestra petición de voto nulo? ¿Por qué se afanan desde la izquierda institucional y la mediática en llamarnos "cómplices de la ultraderecha y fascistas"? ¿Será que saben que no somos irrelevantes y que somos capaces de argumentar y convencer a los españoles de que no tenemos izquierda en España?

¿Pretenden que los apoyemos diciéndonos "que viene la ultraderecha"? ¿Pretenden asustarnos con el cuento del lobo, cuando lo hemos tenido dentro del gallinero estos cuatro años? No van a funcionar con nosotras estos chantajes emocionales y estas amenazas. No nos harán cómplices de nada.

Los cómplices del auge de la derecha son los partidos de presunta izquierda que han destrozado el movimiento obrero, primero, y que ahora vienen a por el movimiento feminista. No podemos apoyar a quien ha pisoteado y denigrado ambos movimientos.

Deberían, por otra parte, dejar de llamar "fascismo" a todo aquello con lo que no están de acuerdo. Banalizan un movimiento político execrable que en España es residual. No sabrían, de hecho, identificarlo ni enfrentarlo con tanta confusión como han generado. Pisotean la memoria de quienes sí han luchado contra el fascismo. Evidencian además un dañino sectarismo y obstaculizan una izquierda social crítica que exija debidamente a los partidos que dicen representarnos.

¿Pretenden que nos olvidemos del constante machaque a Lidia Falcón, que hace unos días se enteró de que Izquierda Unida no había inscrito la participación del Partido Feminista de España en IU? Ese fue, por cierto, uno de los motivos argüidos por la Justicia para no dejar presentarse al PFE a las elecciones generales. Recordemos que para echarla de esa coalición que ahora sabemos que no habían formalizado sí estuvieron prestos y avezados.

La izquierda institucional ha vilipendiado y difamado a quienes más han trabajado por el feminismo y los derechos de las mujeres en España. También pretenden que olvidemos esto y los votemos.

Pues ni los votamos ni admitimos una sola lección o reproche de quienes estuvieron calladas/os ante las tropelías políticas y jurídicas de la izquierda institucional mientras nosotras, por señalarlas, seguimos siendo agredidas.

Que voten con quien les vaya la feria. A muchas nos va con las mujeres, los niños, las niñas y la clase trabajadora de España. Por esto sigo pidiendo el voto nulo. Porque no pienso claudicar y votar a quien (en nombre del feminismo, además) nos ha maltratado.

Ni yo ni las miles de feministas que votaremos nulo somos las responsables de un posible gobierno de derechas. Lo es la izquierda institucional desclasada y antifeminista que ha despreciado a los trabajadores y que ha aprobado leyes contra mujeres y niños/as. Carguen con la culpa y la responsabilidad aquellos que la merecen. Nuestra única y honrosa responsabilidad es exigir a quienes dicen representarnos.