No creo que exista ninguna mujer que no haya manchado la ropa interior con su periodo. Sí, queridos, ese fluido viscoso y rojo que tanto asco os da. Y a nosotras. A ver si pensáis que nosotras nos hacemos batidos de fresa con él. Lo soportamos como podemos. Qué remedio.

Las jugadoras Elena Rybakina y Alize Cornet.

Las jugadoras Elena Rybakina y Alize Cornet. EFE

Pero, a lo que iba, como si no fuera poco el dolor (a veces incapacitante) del periodo, o toda la intendencia que lleva consigo (incluida ropa que no podemos ponernos o que aparezca en el momento menos oportuno), también tenemos que estar pendientes de que no traspase. Os estoy dando mucho asquito, lo sé, pero ya es hora de que hablemos de ello. Sin las nubes inodoras de los anuncios de compresas.

La regla es roja y mancha.

También en la tele.

Imaginad la presión si sois deportistas de élite. Tenistas, por ejemplo. Vuestra entrepierna queda constantemente expuesta durante el partido. Los movimientos bruscos que realizáis pueden desplazar la ropa interior. El partido puede alargarse y cualquier método de protección no ser suficiente. Y encima el protocolo os obliga (bajo amenaza de expulsión del torneo) a llevar ropa blanca. Incluidas las bragas.

Y un runrún no deja de cruzar vuestra cabeza.

Creo que estoy manchando. Se me va a ver. Qué vergüenza.

La histórica Chris Evert (ganadora de 18 Grand Slam) ha comentado en Twitter que perdió algunos de los encuentros más importantes de su vida porque tenía la regla y se tropezaba al no querer elevar una pierna hasta el punto de que pudieran vérsele los culotes blancos y quizá una posible mancha. También ha dicho que se arrepiente de no haber alzado la voz antes.

¿Quién, sabiendo todo eso, obligaría a las tenistas a ir vestidas completamente de blanco, con falda corta y ropa interior blanca? Wimbledon. Uno de los cuatro torneos más importantes del mundo. El Grand Slam inglés.

Los señores clasistas de campeonato han tardado décadas en acceder a un ruego casi desesperado de sus participantes femeninas, con la presión que supone para ellas tener que estar pendiente durante el partido de si millones de personas por televisión (y varios cientos en directo) han visto sus culotes blancos bajo tu falda blanca manchados de rojo. Imaginad sacar para set y temer que, en el gesto, aparezca una mancha roja en la entrepierna.

En horario de máxima audiencia.

Ahora, la presión internacional ha hecho claudicar a Wimbledon y 139 años después está permitiendo estos días que sus tenistas utilicen ropa interior oscura. Algunas de ellas llegaban a medicarse para evitar el periodo durante esos días. Es vergonzoso que esas mujeres hayan tenido que pasar años dando la cara y peleando porque nadie les hacía caso.

Porque la regla sigue dando asco. Y manchar es de guarras. En un mundo en el que continuamente nos bombardean con imágenes violentas y sexuales, una pequeña mancha roja en la ropa se convierte en algo repugnante. La artista Rupi Kaur colgó en su perfil de Instagram la fotografía de una mujer tumbada en la cama, de lado, con una pequeña mancha roja en sus pantalones y otra en las sábanas. Instagram le bloqueó la imagen. Dos veces.

Qué ganas, a veces, de que llegue la menopausia.