Sistema automático Hawk-Eye en Winbledon

Sistema automático Hawk-Eye en Winbledon Wimbledon Omicrono

Tecnología

Así funciona el sistema que ha sustituido a los jueces en Wimbledon: desata la polémica tras cometer un grave fallo

Un punto perdido durante un partido ha despertado las críticas por el uso de esta tecnología que ejerce ahora de juez en el torneo de tenis.

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El sistema automático de Hawk-Eye le está robando el protagonismo a los jugadores durante el torneo de Wimbledon. Tras 148 años de tradición, la tecnología ha sustituido a los jueces de línea en las pistas, una decisión polémica, principalmente por el último fallo de este sistema que pudo influir en el resultado de un partido.

No es el primer Grand Slam ni torneo ATP que lo lleva a cabo. El Open de Australia adoptó en 2021 el sistema Electronic Line Callin (ELC), desarrollado por la empresa Hawk-Eye, que significa Ojo de Halcón, nombre por el que es conocido.

Wimbledon lo ha aplicado en las 18 canchas de su competición este 2025. "El centro de control se asemeja a una torre de control de tráfico aéreo en un importante aeropuerto internacional", así lo describe Wimbledon. El problema ha surgido tras un partido en el que casi le cuesta la victoria a la jugadora rusa Anastasia Pavlyuchenkova.

Así funciona Hawk-Eye

El nuevo sistema utiliza 12 cámaras distribuidas alrededor de la pista que siguen la trayectoria de la pelota y determinan su ubicación con precisión milimétrica. Las cámaras se han camuflado con fundas del característico color verde de All England Club Wimbledon.

Las cámaras de la cancha capturan el movimiento de la pelota mientras un ordenador interpreta la ubicación en tiempo real, produciendo una representación tridimensional precisa de la cancha y la trayectoria de la pelota dentro de ella.

Cámaras del sistema de Hawk-Eye en Winbledon

Cámaras del sistema de Hawk-Eye en Winbledon Wimbledon Omicrono

Las decisiones se emiten en décimas de segundo mediante altavoces y con voces grabadas del personal del club. La empresa ha querido que estas voces sean lo más realistas posibles: "si una pelota está muy cerca de la línea, la llamada automática será un poco más fuerte para reflejar la emoción de un partido reñido y, por lo tanto, será más audible entre una multitud más ruidosa", explican en su blog.

Todo ese sistema de cámaras se gestiona, como ha explicado Winbledon, desde un centro de control de tráfico, un equipo de operadores se turna para supervisar la tecnología. Cada operador de ELC trabaja según un patrón de dos horas de trabajo y una hora de descanso. Un operador trabaja en dos canchas y cada cancha cuenta con un árbitro de revisión, quien se comunica con el juez de silla.

Un espacio estilo hangar, repleto de cables y servidores adyacentes (oficialmente llamado Rack Room), alberga el sistema automatizado de llamada electrónica de línea (ELC) y su equipo de 50 operadores.

La sala desde la que se gestiona este centro se compone de 144 pantallas. Cada cancha cuenta con un escritorio dedicado con ocho pantallas: dos con software de seguimiento, dos con software de visualización, una con una cámara en vivo de la cancha y otra dedicada a las faltas de pie para el árbitro de revisión. Todo este equipo supuso casi seis semanas de trabajo para instalar la tecnología y configurar las cámaras y la red, además de realizar pruebas para que todo estuviera listo.

Fallo técnico

Cuando se anunció este cambio, se aclaró que la llamada del sistema automático sería inmediata e inapelable, lo que ha supuesto un problema para Anastasia Pavlyuchenkova. La jugadora rusa consiguió ganar el partido de octavos de final sobre la británica Snay Kartal en la Cancha Central a pesar de que la tecnología le robara un punto por un fallo técnico.

La tenista rusa Pavlyuchenkova hablando con el juez de silla en Wimbledon

La tenista rusa Pavlyuchenkova hablando con el juez de silla en Wimbledon Reuters Omicrono

La rusa Pavlyuchenkova había llegado al punto de juego con 4-4 en el primer set cuando Kartal lanzó un tiro que parecía claramente largo, pero no hubo puntuación y Pavlyuchenkova detuvo el juego. Se escuchó un grito de voz automático de "STOP STOP" y reinó la confusión mientras el árbitro Nico Helwerth buscaba consejo de los organizadores del torneo por teléfono.

Las repeticiones de televisión mostraron que el tiro de Kartal claramente había salido, pero Helwerth dictaminó que debido a que la tecnología Hawk-Eye no había rastreado la pelota, el punto debía repetirse. Pavlyuchenkova perdió el servicio y, furiosa por el cambio de lado, le dijo al árbitro: "Como es local, pueden decir lo que quieran. Me arrebataste el juego. Me robaron el juego. Me robaste el juego", informa Reuters. Los oficiales del torneo dijeron más tarde que el problema había sido causado por un error del operador y que el árbitro había seguido los protocolos correctos.