
Modelo didáctico de la sonda en la Exposición Internacional de Tsukuba. Omicrono - Wikimedia Commons
Una sonda espacial rusa de los años 70 está descontrolada y podría estrellarse contra la Tierra dentro de unos días
Esta misión, que data de la época de la Unión Soviética, tenía como objetivo aterrizar en Venus por la carrera espacial contra Estados Unidos, pero fracasó.
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Las iniciativas espaciales que implican el lanzamiento de satélites en España han ganado mucha tracción. Los recientes satélites españoles SpainSat NG1 o el futurible dúo de satélites de observación PAZ II son solo algunos ejemplos de ello, y aspiran a revolucionar el futuro inmediato de la tecnología científica espacial. El problema es que algunas de estas iniciativas suponen una cierta amenaza, ya que en ocasiones acaban por caer a la Tierra, pudiendo causar grandes destrozos. En la segunda semana de mayo, caerá uno de estos satélites: un módulo de aterrizaje proveniente de los años 70 de la Unión Soviética.
Hablamos de la Kosmos 482 rusa, una sonda espacial lanzada el 31 de marzo del año 1972 en plena época de la URSS. La idea era que esta misión aterrizara en Venus y pudiera explorar el planeta, debido sobre todo a la carrera espacial que el bloque soviético llevó a cabo contra Estados Unidos. De hecho, el objetivo último de Kosmos 482 era llegar a Venus antes que Estados Unidos, lo que desembocó en el programa Venera. Desgraciadamente, la misión no tuvo éxito.
Y es que la sonda Kosmos 482 no pudo alcanzar la trayectoria necesaria para llegar a Venus, pese a alcanzar la órbita de estacionamiento prevista de forma exitosa. Tras su fracaso, parte de la carga útil y la nave portadora cayeron en la órbita terrestre, calificándose como basura espacial por parte de la Unión Soviética. Son las piezas restantes de la misión las que el científico holandés Marco Langbroek asegura que caerán en la Tierra la próxima semana.
Una sonda rusa caerá sobre la Tierra
Así lo ha detallado Langbroek en su blog SatTrackCam Leiden, que recoge los hallazgos de la estación de seguimiento de satélites del experto en Países Bajos. El objeto en cuestión es el módulo de aterrizaje de la misión soviética Venera, envuelto en una carcasa protectora de titanio semiglobular, preparada para proteger a la sonda de la atmósfera de Venus en su hipotética entrada a la atmósfera de dicho planeta. Esto, a ojos de Langbroek, permitiría a la Kosmos 482 sobrevivir, al menos en la teoría, al reingreso en la atmósfera terrestre y a su impacto.
"Los riesgos no son particularmente altos, pero tampoco nulos", escribe el científico en el blog. Kosmos 482 (o más bien, lo que queda de él) tiene una masa de poco menos de 500 kilos, con un tamaño de un metro, lo que supone unos riesgos similares "a los del impacto de un meteorito". Usando un análisis de reentrada de TUDAT, Langbroek estima que en el impacto conseguirá una velocidad de entre 65 y 70 metros por segundo, o lo que es lo mismo, 242 kilómetros por hora en caso de que no se fragmente ni se desintegre durante la reentrada.

Imagen de archivo de una réplica de la NASA. Omicrono
El mayor problema referente a esta situación es que la penetrada será totalmente incontrolada, por lo que es imposible determinar ni cuándo caerá, ni dónde se producirá el impacto. "La reentrada puede ocurrir en cualquier punto entre las latitudes 52 N y 52 S. Según nuestro modelo actual, debería ocurrir cerca del 10 de mayo [...] con unos días de margen. Así, el margen de impacto se ve reflejado en la segunda semana del mes de mayo.
Todo comenzó el 31 de marzo de 1972, cuando la URSS pudo lanzar mediante un cohete Molniya-M la sonda Kosmos 482 desde el cosmódromo de Baikonur. Kosmos 482 alcanzó la órbita deseada de 196 por 1215 kilómetros, por lo que los rusos esperaban conseguir una trayectoria fructífera hacia Venus. No pudo ser debido a una mala configuración en el temporizador de la sonda, que provocó que el sistema automático de la etapa del cohete Blok L se desprendiera demasiado pronto por un fallo del sistema automático.

Omicrono Kourou (Guayana Francesa)
La ignición, que se esperaba que durase cuatro minutos, duró solo dos. Al no tener la propulsión necesaria, la sonda no pudo abandonar la órbita terrestre a costa de la acción de la gravedad de la Tierra. Parte de la misión quedó atrapada en dicha órbita, lo que causó que dos días después parte de ella cayera en Nueva Zelanda. Otra parte, la carga útil y el módulo de aterrizaje, alcanzando una órbita superior de 9.805 kilómetros de apogeo y 205 de perigeo. La que se esperaba que fuera su sonda hermana, la Venera 8, sí tuvo el éxito esperado.
¿Y por qué Kosmos 482 podría resistir este reingreso en la Tierra? El módulo de aterrizaje de 500 kilos de peso se diseñó específicamente para resistir fuerzas de hasta 300 g de aceleración, además de poder soportar presiones de 105 bares. Recordemos que esta sonda estaba destinada a posarse en Venus, un planeta con unas condiciones muy duras. Queda por ver si este reingreso provoca problemas graves en su impacto.