Un voluntario con un casco de electrodos para registrar sus ondas cerebrales

Un voluntario con un casco de electrodos para registrar sus ondas cerebrales Flickr Omicrono

Tecnología

La tecnología china que preocupa a EEUU: así han logrado hacer realidad la telepatía y la telequinesis

Científicos chinos demuestran cómo se pueden utilizar las metasuperficies para controlar materiales y enviar mensajes a distancia con la mente.

18 julio, 2022 01:48

Establecer una simbiosis entre máquina y cerebro para potenciar sus capacidades es un antiguo anhelo humano. Ya sea para copiar y pegar nuestro cerebro en un chip o para conseguir que personas con parálisis o enfermedades neurodegenerativas recuperen su movilidad a través de un implante, la conexión entre nuestra mente y los ordenadores puede tener las más diversas utilidades, también militares. 

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Los últimos descubrimientos en este campo van un paso más allá y dejan el Neuralink de Elon Musk en entredicho: dos recientes investigaciones de científicos chinos han hecho realidad la posibilidad de controlar materiales con la mente y enviar mensajes entre dos personas sólo con el pensamiento. Eso no ha gustado nada en Washington, que ya ha empezado a vetar a empresas chinas por participar en el desarrollo de "armas de control mental".

Ambos descubrimientos se basan en tecnologías no invasivas y en las posibilidades que ofrecen los metamateriales, compuestos artificiales con propiedades inusuales que se conocen desde principios del siglo XX. Estos materiales pueden interactuar con las ondas electromagnéticas, y así consiguen adaptar sus propiedades y cambiar de estado. Llevado a la práctica, el desarrollo de esta teconología permitirá, por ejemplo, la construcción de células solares más eficientes, la creación de capas de invisibilidad o la posibilidad de reducir el tamaño y mejorar la resolución de las gafas de realidad virtual y aumentada como las que prepara Apple.

Telequinesis

La versión 2D de los metamateriales son las metasuperficies, delgadísimas láminas de apenas unas micras de grosor elaboradas con nanoestructuras, con las que se pueden controlar todo tipo de radiaciones electromagnéticas. Estas capas ultrafinas, aplicadas a una interfaz cerebro-máquina, nos permitirán interactuar con las ondas de radio a través de las ondas cerebrales, algo que podría tener aplicaciones como la monitorización de la salud o incluso el control de radares militares con la mente.

"Nuestro diseño ofrece a los usuarios una forma universal de manipular las ondas electromagnéticas mediante ondas cerebrales", sostiene el profesor Wang Jiafu, uno de los principales científicos del proyecto en la Universidad de Ingeniería de la Fuerza Aérea, en el estudio publicado en la revista científica eLight.

Una lámina de metasuperficie

Una lámina de metasuperficie Universidad de Michigan Omicrono

El equipo de Wang se inspiró en las metasuperficies programables, capaces de generar o manipular ondas de radio. Pero dio un paso más allá, porque la mayoría de estos materiales necesitan conectarse por cable a los usuarios, se controlan manualmente y no actúan en tiempo real. Por contra, Wang y sus ayudantes proponen un nuevo concepto, el de metasuperficie controlada por la mente a distancia (RMCM) mediante ondas cerebrales.

Esta aproximación permite controlar las metasuperficies a través del pensamiento, transmitido de forma inalámbrica con ayuda de unos electrodos y una conexión por Bluetooth. "Si podemos recoger las ondas cerebrales y utilizarlas como señales de control de las metasuperficies, no sólo podremos permitir a los usuarios controlarlas con su mente, sino que también podremos mejorar su tasa de respuesta. Esto supondrá un gran paso hacia las metasuperficies verdaderamente inteligentes", asegura Wang en el artículo.

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Pero no se quedó en la teoría, sino que fabricó un prototipo de RMCM para realizar su ambicioso experimento. Para ello construyó y conectó varios dispositivos: un módulo de control de la metasuperficie, un módulo de extracción de las ondas cerebrales, el módulo de transmisión inalámbrica por Bluetooth, una alimentación de corriente continua y un microordenador de un solo chip.

Lo que consiguió no fue mover objetos con la Fuerza como los jedis de Star Wars o arrugar una lata de Coca-Cola como Once en Stranger Things, sino medir la atención de la persona a la que le colocaron los electrodos. Ella fue una voluntaria, que se sentó en una cámara anecoica diseñada para bloquear el sonido y las ondas electromagnéticas del entorno. Le pidieron que cerrara los ojos y pasara por distintos estados de concentración, y así el equipo pudo establecer una correspondencia clara entre la intensidad de su atención y las propiedades cambiantes del material.

Llevado a la práctica, es un avance que permitiría, por ejemplo, instalar en los coches un medidor inalámbrico de la concentración de los conductores, que avise cuando quien sujeta el volante se despista. También abre otras posibles aplicaciones en la monitorización de la salud, las comunicaciones 5G y 6G y los sensores inteligentes. Lo de usar la Fuerza va a tener que esperar, al menos de momento. 

Telepatía

El otro estudio, a cargo de un equipo del Instituto del Espacio Electromagnético de la Universidad del Sureste de China, también utilizó las metasuperficies, pero en este caso para servir como 'intermediarias' a la hora de enviar y recibir mensajes entre dos personas a través de la mente.

Ilustración para la transmisión de mensajes a través de la mente

Ilustración para la transmisión de mensajes a través de la mente PASIEKA/Science Photo Library Omicrono

La investigación logró relacionar la señal de ondas cerebrales P300 con las propiedades de una metasuperficie. Para ponerlo en práctica, contaron con dos voluntarios, que hicieron las veces de emisor y receptor. Al primero se le aplicó un electroencefalograma para monitorizar sus ondas cerebrales en tiempo real, con especial atención a la señal P300. Esos impulsos eléctricos se pasaron a código binario, utilizado para controlar las propiedades de la metasuperficie del emisor. Cada cambio en la señal modificaba de manera inalámbrica la metasuperficie del receptor, la descodificaba y la traducía a texto para que fuera legible.

Esta conexión logró transmitir con éxito cuatro secuencias textuales: "hola mundo", "hola, Sue", "hola, Scut" y "BCI metasuperficie". El proceso no es precisamente rápido: tardaron una media de 5 segundos por cada letra, algo que puede mejorarse en el futuro con algunos "paradigmas de deletreo rápido", según revela el equipo en su estudio.

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Las primeras aplicaciones prácticas que sugiere esta tecnología tienen que ver con la ayuda a discapacitados y pacientes con patologías como la ELA, que podrían comunicarse simplemente pensando las palabras y 'escribiéndolas' gracias a las metasuperficies.

"Los diseños personalizados para diferentes usuarios mejorarán aún más la precisión de los equipos en el futuro. En combinación con algoritmos inteligentes como el aprendizaje automático, puede abrir una nueva dirección hacia los sistemas biointeligentes avanzados de metasuperficie", señalan los autores del paper.

Control mental

Estas no son las únicas investigaciones chinas que buscan nuevas maneras de que  interactúen el cerebro y la tecnología, ya que el país asiático parece decidido a ser el primero en aprovechar las ventajas que esto ofrece, también en los sectores espacial y militar.

En marzo, un equipo de investigadores chinos realizó un experimento con un dispositivo colocado en la cabeza de varios astronautas, que les permitió controlar equipos robóticos mediante ondas cerebrales. El objetivo es poder utilizar, entre otras herramientas, el brazo gigante de la Estación Espacial Tiangong, que hasta la fecha se controla con un joystick y un teclado.

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La gran novedad de este nueva interfaz cerebro-máquina es que logra una precisión del 99%, muy superior a las pruebas realizadas hasta la fecha. Estas oscilabran entre un 40 y un 80%, cifras muy por debajo de los estándares necesarios en el espacio, donde cualquier error puede ser fatal.

Estación Espacial Tiangong

Estación Espacial Tiangong Wikimedia Commons Omicrono

La posible utilización militar de esta tecnología también preocupa en occidente. De hecho, a principios de año el Departamento de Comercio de EEUU incluyó en su lista negra a 12 institutos y empresas chinas por participar en el desarrollo de "armas de control mental", según el Washington Times

A diferencia de las armas tradicionales, que buscan causar daños físicos en el cuerpo del enemigo, las armas de control mental de nueva generación de China se utilizarían, a tenor de la investigación que realizó el diario estadounidense, para "paralizar y controlar al oponente" y "atacar la voluntad de resistencia del enemigo". Nada que no hayamos visto hacer a Darth Vader y compañía en la ficción.

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