Rolloe

Rolloe Kristen Tapping Omicrono

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Así es la rueda de bicicleta que filtra el aire contaminado de la ciudad

Los millones de kilómetros que se recorren en bici todos los años pueden ser ahora aún más provechosos para el medio ambiente gracias a este nuevo e ingenioso filtro.

14 octubre, 2020 02:33

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La bicicleta se ha convertido en el medio de transporte de referencia en algunas ciudades. En España, prácticamente todas ponen a disposición de los ciudadanos bicicletas públicas que recorren miles de kilómetros sorteando el tráfico con una mochila ecológica realmente limitada.

Una de las grandes novedades de los últimos años se produjo con el abaratamiento de las bicicletas eléctricas que inundaron los rincones de las ciudades de todo el mundo al tiempo que se va mejorando la tecnología con novedades muy interesantes. Una de las más recientes viene en forma de rueda. Porque a la rueda le quedan muchas reinvenciones con nuevas técnicas para mejorar el medioambiente con el paso de los kilómetros.

Rolloe, como así se llama la nueva rueda, nace del deseo de una graduada en industriales que buscó cómo conseguir que una bicicleta compensara cada gramo de dióxido de carbono que se emite a la atmósfera cuando vayamos en bicicleta. Al mismo tiempo que termina con las partículas en suspensión y con otros gases producto de la combustión.

Reinventando la rueda

Según un estudio dela Federación Europea de Ciclistas, las bicicletas emiten 21 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido; 5 gramos corresponden con la fabricación de la bicicleta y 16 gramos por las calorías que quema un ciclista medio al pedalear durante ese kilómetro. Mucho menos que los 271 gramos de esta molécula que emite el coche por pasajero, según la misma federación.

Rolleo

Rolleo Kristen Tapping

Kristen Tapping es quien está detrás del dispositivo que pretende ser protagonista de las bicicletas de todo el mundo en un futuro no muy lejano. El sistema, según su página web, es realmente simple. Se trata de una especie de turbina que se ancla a la rueda delantera de la bicicleta y absorbe el aire a su alrededor.

Con una especie de hélice, consigue introducir el aire dentro del sistema a medida que la rueda va girando. Ese aire pasa entonces por los diferentes filtros instalados dentro del invento. En total son 3 los filtros que la inventora instala en Rolloe. El primero es una esponja lavable y biodegradable capaz de atrapar las partículas en suspensión más grandes. El segundo es un filtro HEPA lavable que ayuda a eliminar el polen y las partículas PM2.5 provenientes de los tubos de escape de los coches así como del desgaste de los neumáticos y los frenos. Y, por último, un filtro de carbón activo que atrapa las moléculas gaseosas.

Los materiales propuestos por Tapping han sido especialmente elegidos para añadir el peso extra mínimo al conjunto de la bicicleta. De esta forma, consigue un conjunto que supera por poco (50 gramos) el kilogramo de peso en unas dimensiones de 600 x 600 x 60 milímetros.

Rolloe

Los contaminantes contra los que luchará Rolloe son las partículas en suspensión, el dióxido de carbono, el ozono y el dióxido de nitrógeno. Un póker que encontramos en ciudades de todo el mundo y que son responsables de innumerables enfermedades respiratorias, algunas de ellas muy delicadas.

Poco mantenimiento

Una de las claves de Rolloe es el escaso mantenimiento que requiere. Basta con instalarlo y comenzar a recorrer kilómetros. Según la propia creadora, el sistema está pensado para ser instalado en las flotas de bicicletas de las ciudades. De esta forma, asegura, se puede medir convenientemente la distancia que se ha recorrido con la bicicleta para calcular cuánto le queda de vida útil al filtro. Una vez se aproxime al cambio, los trabajadores del servicio de bibicletas necesitan muy poco tiempo para cambiarlo.

Rolloe

Rolloe Kristen Tapping Omicrono

Aunque Tapping no descarta el uso por parte de clientes individuales. Para ellos, se desarrollará una aplicación que mida la distancia recorrida a través de la ubicación de los smartphones e informar al usuario sobre cuándo debe cambiar y lavar los filtros.

Según los cálculos que se publican en la web de Rolloe, teniendo en cuenta los datos de uso del servicio de bicicletas del Santander en Londres en 2018, los más de 136.000 de kilómetros que se recorren en un día servirían para filtrar unos 79.865 metros cúbicos.