El ser humano genera miles de millones de toneladas de dióxido de carbono cada año; cifras escandalosas que están comenzando a poner en aprietos el medioambiente de nuestro planeta. Cientos de investigadores de todo el mundo trabajan en nuevas técnicas para intentar que las industrias contaminen menos; pero, ¿por qué no reciclar ese CO2 para producir algo que nos pueda ser de utilidad?

Esa es precisamente la idea de una compañía que está utilizando el dióxido de carbono del aire para crear algo tan importante como comida. ¿Cómo lo hacen? ¡Os contamos todos los detalles!

Alimentos creados con CO2

Solar Foods, una empresa finlandesa, es quien está detrás de esta peculiar y excelente idea. La firma es capaz de fabricar alimentos empleando agua, electricidad y CO2. El resultado es un ingrediente saludable que, según sus creadores, tiene un aspecto y un sabor prácticamente igual que el de la harina de trigo.

Para crear la comida Solar Foods utiliza energía renovable para dividir las células del agua en hidrógeno y oxígeno. Después, combina ese hidrógeno con C02 y añade nutrientes como el potasio, el sodio y más.

comida dióxido de carbono 1

El alimento obtenido, bautizado como Solein, contiene aproximadamente un 50% de proteínas; entre un 20-25% de carbohidratos; y entre un 5-10% de grasa. El proceso de fermentación de esta especie de harina es completamente natural, similar a la producción de bacterias de la levadura o el ácido láctico.

Más sostenible que la agricultura tradicional

Lo mejor de la técnica de Solar Foods es que no tiene mucho que ver con los procesos convencionales de agricultura. Su producción no requiere de tierras de cultivo ni de riego; tampoco está limitada por las condiciones climáticas, un aspecto del que depende totalmente la agricultura.

En otras palabras, puede crearse en cualquier parte del mundo, incluso en zonas donde la producción de las proteínas convencionales nunca ha sido posible. Estas ventajas son más que suficientes para ganarle un pulso a la agricultura; pero, todavía queda algo más. Desde Solar Foods aseguran que son mucho más eficientes y lo hacen aportando datos.

comida dióxido de carbono 2

Según los datos de la compañía, la producción de alimentos tradicionales desperdicia agua a manos llenas. Argumentan que para tener un kilogramo de carne de vaca se gastan 15.500 litros de agua; 2.500 litros en el caso de la soja; y tan solo 10 litros para un kilogramo de Solein. De ser cierto, es un dato impresionante que revela una eficiencia brutal.

Como explican en Fast Company, Solar Foods ya está realizando gestiones para solicitar una licencia de alimentos a la Unión Europea a finales de año. De hecho, la compañía espera poder salir al mercado global en el año 2021. ¿Vosotros estáis preparados? ¿Comeríais algo con CO2 como ingrediente?

Foto destacada: Solar Foods

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