Las pantallas han evolucionado mucho con el paso del tiempo. Ahora hablamos de resoluciones 4K y tasas de refresco de locura, incluso en dispositivos como los teléfonos móviles. Pero, y dejando a un lado las futuristas pantallas plegables, no han evolucionado tanto en forma. Quizás las AMOLED flexibles de Samsung son la excepción que confirma la regla, pero poco más.

Y unos ingenieros de la Universidad de Charleston – Beckley quieren cambiar esto con su nuevo invento. Un dispositivo de apenas átomos de tamaño que es capaz de emitir luz. Pero lo impresionante es que se vuelve transparente cuando está apagado. Esto quiere decir que podríamos estar ante la primera pantalla invisible.

El dispositivo que abre la puerta a las pantallas invisibles

Este dispositivo, creado en el laboratorio del profesor Ali Javey, sólo necesita un contacto con el semiconductor para funcionar. Esto es un logro cuando los LEDs convencionales requieren dos puntos de contacto, uno para las partículas negativas y otro para las positivas.

El resultado son dispositivos que miden apenas milímetros, que no tienen casi grosor. Para ser exactos, el semiconductor que sirve como prueba de concepto apenas tiene tres átomos de grosor. Su trabajo se ha publicado en la revista Nature Communications, y ha sido financiado por el Departamiento de Energía estadounidense.

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Este avance abre la puerta a muchas posibilidades. La más evidente son pantallas que, cuando estén apagadas, desaparezcan dejando pasar toda la luz. Perfectas para carteles publicitarios, o para ser integradas en paredes y desaparecer cuando no estén en uso.

Pero los investigadores son aún más optimistas. Aseguran que esta tecnología incluso se podría implantar en la piel humana. El resultado serían tatuajes con luz que se vuelven invisibles cuando se apaga. Es decir, a la tecnología no le faltan usos o campos donde explotarse.

Aunque todo esto sea prometedor, lo cierto es que queda mucho para que podamos ver pantallas invisibles. Por el momento esta prueba de concepto tiene una eficiencia del 1%. Los LEDs convencionales alcanzan entre el 25 y el 30%.

Con todo esto en mente, el trabajo de los investigadores a partir de ahora se centrará en mejorar esa eficiencia. Pero esta es la base, un paso adelante para conseguirlo. Y, mientras, podemos soñar con las posibilidades que ofrece este sistema.

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