Las reuniones entre las autoridades de Estados Unidos y Europa han acabado, de momento, aplazando la polémica prohibición de llevar ordenadores portátiles en vuelos.

Podremos seguir llevando nuestros cacharritos electrónicos en cabina durante los viajes a Estados Unidos procedentes desde Europa, o al menos hasta que las autoridades lleguen a un acuerdo para ver si efectivamente hay prohibición, o se aplican otras medidas.

El pasado 11 de mayo Estados Unidos anunció su intención de prohibir dispositivos electrónicos en las cabinas de los aviones procedentes de Europa. Esto representaba la extensión de una decisión que tomaron semanas atrás, cuando se anunció dicha medida para vuelos procedentes de países concretos de África y Oriente, como Egipto, Arabia Saudí o Marruecos, entre otros.

En las últimas horas, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y de la Unión Europea han estado discutiendo sobre la prohibición y de momento se ha rechazado, al menos hasta que se trace un plan más definido.

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La prohibición afectaría a cualquier dispositivos más grande que un móvil

El motivo, obviamente, es porque una decisión así afectaría a millones de pasajeros que cruzan desde Europa a Estados Unidos, pero también supondría un caos logístico para las aerolíneas, así como el requerimiento de mayores controles de seguridad, en los que a su vez se debería dedicar más tiempo.

Recordemos que la prohibición no afecta únicamente a ordenadores portátiles, sino que se hace referencia a cualquier dispositivo electrónico más grande que un smartphone, así que entrarían en el saco gadgets como tabletas, ordenadores, lectores de libros o cámaras. La medida obligaría a que todo esto se facturase y por tanto acabase viajando en la bodega del avión.

Estados Unidos trata de reducir al mínimo la posible presencia de explosivos en vuelos, pero esto también podría representar un problema, ya que desde las aerolíneas aseguran que tener la bodega del avión repleta de dispositivos con baterías también puede ser un gran peligro si se genera un fallo, en cabina al menos la velocidad de reacción sería mayor. En cualquier caso, este no será el último capítulo de este culebrón.