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Tecnología

Aunque te consideres adulto, puede que tu cerebro no lo sea

A pesar de que los 18 años sean el límite de "la edad adulta", poseer un cerebro adulto no va ligado a la edad biológica, y la maduración cerebral tampoco.

26 diciembre, 2016 21:03

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Aunque a partir de los 18 años somos (supuestamente) adultos en muchos países, o a partir de los 21 años en otros, nuestro cerebro no tiene porque serlo.

El punto final del cerebro adulto, es decir, cuándo el cerebro termina realmente su desarrollo es algo polémico. De hecho, ese mismo tema lo expulso recientemente la neurocientífica de Harvard Leah H. Somerville, en la prestigiosa revista Neuron.

Se trata de un dilema que interesa bastante a los políticos, ya que es importante saber a partir de qué edad sería conveniente permitir el voto a los jóvenes. Por desgracia, como la propia Somerville sostiene, la respuesta a la duda de “cuándo poseemos un cerebro adulto” es bastante poco satisfactoria.

Cómo se desarrolla el cerebro adulto

cerebro_adulto

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Esencialmente, el cerebro humano alcanza su volumen total alrededor de los 10 años de edad. Sin embargo, nuestras neuronas siguen desarrollándose y cambiando durante años, y las conexiones entre ellas también. Posteriormente, esta formación va desacelerándose poco a poco, un signo inequívoco de que el cerebro adulto está madurando. Pero este proceso ocurre a diferentes velocidades en cada parte del cerebro.

Por ejemplo, en el lóbulo occipital (zona posterior del cerebro, en la nuca), madura alrededor de los 20 años de edad; por su parte, el lóbulo frontal (en la zona anterior del cerebro), sigue creando nuevos enlaces hasta los 30 años e incluso más allá.

Si nuestro cerebro cambia a nivel anatómico, su actividad también cambia. Por ejemplo en los niños, las regiones cerebrales vecinas suelen trabajar a la vez. Pero en la edad adulta, son las regiones más separadas las que acaban sincronizándose. Según los neurocientíficos, esta armonía “a larga distancia” permitiría que el cerebro adulto trabaje de forma más eficiente y sea capaz de procesar más información.

Las diferencias entre el cerebro adolescente y el cerebro adulto

A pesar de todo, el desarrollo de estas redes neuronales a larga distancia siguen siendo un misterio, y no se sabe cómo influyendo en el comportamiento humano. De hecho, algunos niños poseen ya este tipo de redes neuronales propias del cerebro adulto, pero siguen siendo niños.

Por su parte, el cerebro adolescente es capaz de llevar a cabo pruebas de cognición tan bien como el cerebro adulto. Asimismo, las emociones de un adolescente son demasiado intensas, y pueden conllevar una caída en dichas pruebas. El problema, sugieren los investigadores, es que el cerebro adolescente aún no posee un sistema cerebral fuerte para mantener las emociones a raya.

Pero eso no es todo, y es que se sabe que existen adultos jóvenes (entre 18 y 25 años) que siguen sin poseer un sistema cerebral propio del cerebro adulto capaz de mantener las emociones a raya, lo que les convierte en “adolescentes” a nivel cerebral.

La desconocida maduración del cerebro humano

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Como bien comenta la Dra. Somerville, la maduración cerebral puede ser un problema debido a su largo proceso, y su diversidad según cada persona. A nivel político, por ejemplo, se ha propuesto reducir la edad de voto a los 16 años. Sí, es cierto que a nivel de razonamiento lógico a dicha edad el cerebro adolescente y el cerebro adulto son similares, pero en política las emociones tienen una potente influencia (incluso en los adultos).

Somerville sugiere que se necesita más investigación acerca de la maduración y desarrollo del cerebro adulto, con estudios de seguimiento a gran escala hasta los 20 años o más. No es suficiente hacer comparaciones puntuales entre diferentes personas mediante pruebas de imagen cerebral, se necesitan ver esos cambios con el tiempo.

Como habréis podido comprobar en más de una ocasión, cumplir 18 años no nos convierte en adultos de forma mágica e inmediata.