cerveza

cerveza

Tecnología

Cómo la espuma evita que la cerveza se derrame

La espuma de la cerveza utilizaría el fenómeno de capilaridad de los líquidos para evitar que este líquido se derrame cuando la botella recibe un golpe

28 septiembre, 2016 17:03

Noticias relacionadas

La espuma de la cerveza gusta más a unos que a otros, sin embargo, es un símbolo clave de este líquido elemento.

La espuma de la cerveza no solo es diferente a la creada por otro tipo de bebidas, y no solo se crea de forma mucho más rápida si agitamos o golpeamos una botella de cerveza, sino que también puede tener un rol en las propiedades de los líquidos cuyo funcionamiento aún no teníamos claro.

Si damos un golpe seco a una botella de cerveza, la espuma sube de forma mucho más rápida hacia arriba que si realizamos el mismo golpe en un refresco. Ahora bien, la espuma de la cerveza también colabora paradójicamente en que este ambarino líquido no se derrame cuando el golpe no es tan brusco. Ahora, gracias a un estudio llevado a cabo por investigadores del MIT, el Instituto de Física de Rennes y el Laboratorio de Fluidos Físicos e Inestabilidades de Lausana sabemos por qué sucede esto.

Por qué la espuma de la cerveza evita que esta se derrame

Gracias a un fenómeno denominado “capilaridad“, la espuma de la cerveza evita que se derrame, según publican los investigadores en Physics of fluids.

Las llamadas fuerzas capilares también explican el mecanismo de otros fenómenos, como el funcionamiento de las plumas estilográficas o cómo algunos insectos pueden caminar sobre el agua sin hundirse. Esto se debe a la tensión superficial de los líquidos, la cual explica cómo se forman las gotas o cómo los líquidos se adhieren a las paredes de los recipientes debido a la cohesión entre moléculas de un mismo líquido.

La espuma de la cerveza tendría una capilaridad especial que haría de barrera ante el posible derrame de la cerveza. Según refieren los investigadores no han usado grandes cantidades de líquido, pero su trabajo podría ayudarnos a entender mejor los principios de las fuerzas capilares y así poder evitar que otros líquidos dispuestos en grandes recipientes se muevan o se derramen violentamente. Un ejemplo cotidiano serían los tanques de líquidos de vehículos con velocidad explosiva, como los cohetes, donde su aceleración provoca un vaivén y derrame de líquido en muchas ocasiones.
El próximo objetivo es analizar las fuerzas de capilaridad de otros líquidos que no formen espuma, pudiendo llegar así a controlar el movimiento o derrame de líquidos mucho más peligrosos que la cerveza. De momento, los mortales comunes seguiremos disfrutando de este zumo de malta sin mayores problemas. Eso sí, no os paséis con los golpes secos a las botellas de cerveza, pues eso sí provoca derrames rápidos y violentos.