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Tecnología

La absurda guerra del FBI contra nuestra privacidad

El FBI estadounidense se ha ganado una reputación por estar visiblemente en contra de la privacidad de los usuarios; repasamos sus tropelías.

8 mayo, 2016 22:35

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La privacidad de los usuarios y su seguridad están a la orden del día a causa de las filtraciones de personajes como Edward Snowden, que desvelaron a la opinión pública los programas de seguimiento masivo de las agencias estadounidenses. Eso, y que los métodos para proteger nuestras comunicaciones y nuestros datos son muy sencillos de utilizar ahora mismo, nos los podemos encontrar hasta en WhatsApp.

Sin embargo, existe un grupo que no está a favor de que los usuarios se protejan de los ojos ajenos. Estamos hablando de agencias como el FBI estadounidense, las cuales se han ganado una reputación por sus métodos para conseguir sus objetivos aunque luego no sirvan para nada. Y hoy queremos repasar esa particular batalla que mantiene el FBI contra la privacidad, una batalla absurda a la par de sorprendente.

El infame ‘caso Apple’ y el iPhone de San Bernardino

iphone-6-bloqueado

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Comenzamos con el caso que ha ocupado las portadas de los medios a lo largo de varias semanas, el iPhone de uno de los responsables del ataque de San Bernardino encontrado despues de sucederse. La historia ya la conocéis: el FBI quiere que Apple se ponga con una versión de iOS que les de acceso completo, y Apple se niega argumentando que esto supondría un atentado a la privacidad de los usuarios. El FBI tira, Apple afloja, compañías y usuarios se ponen del lado de Apple, y el FBI tira de juicio sin éxito.

Después de decir hasta en tres ocasiones que la colaboración de Apple era imprescindible para acceder al iPhone, se retiraron del caso sin más. La agencia estadounidense llegó a pagar un millón de dólares a una empresa israelí de seguridad informática para acceder a ese iPhone sin la ayuda de Cupertino, y ahora no quieren decirle a Apple cómo lo han conseguido argumentando que “no lo saben ni ellos mismos”, aunque estén obligados por ley a hacerlo en teoría.

El iPhone en cuestión no contenía ningún dato de utilidad para la investigación, algo que ya habían predicho varios expertos en seguridad informática, pero que el FBI ignoró al seguir en su caza de brujas. Lo ignoró porque esta batalla era una demostración de fuerza desde el principio: si el FBI obligaba a Apple a darles acceso a sus dispositivos, sentaría un precedente legal para acceder a los dispositivos o servicios de cualquier compañía estadounidense. El problema es que Apple supo defenderse de la embestida; el problema lo volveremos a tener cuando el FBI ataque a una compañía sin capacidad de defenderse como lo ha hecho Apple.

El FBI y Tor, una relación digna de telenovela

flat-pc-ordenador-tor

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Seguramente estaréis ya familiarizados con Tor: una herramienta de la comunidad que sirve para “anonimizar” nuestra conexión a Internet. Sí, los chicos malos de Internet la utilizan para ocultar sus actividades delictivas (como la venta de drogas, armas o pornografía infantil), pero un gran sector de sus usuarios son personas corrientes que buscan asegurar un poco más su conexión a la red.

El FBI -y el resto de agencias estadounidenses- tienen como costumbre criminalizar el uso de Tor con cualquier fin, llegando al punto de vigilar a usuarios sólo por ser usuarios del servicio, sin ningún motivo más de por medio. Algo que, obviamente, no sienta bien a los usuarios que se ven objetivos sólo por preocuparse por la privacidad de sus comunicaciones.

Además de acosar a los usuarios, el FBI también pone en práctica sus técnicas de acoso y derribo con los desarrolladores que trabajan en estas herramientas. Por ejemplo, en los últimos días el FBI ha estado exigiendo una reunión con Isis Agora Lovecruft (líder de desarrollo en el proyecto Tor) sin explicar el por qué, reclamando la no-presencia de su abogado y amenazando con detenerla si no cooperaba, algo de lo que se ha hecho eco Techdirt.

Relacionado con todo esto, recientemente también se ha descubierto que el FBI reclutó a un ex-trabajador a tiempo parcial de Tor, Matthew J. Edman, para desarrollar herramientas capaces de sobrepasar el anonimato de Tor. Este empleado, que entró en el Tor Project en 2008 para ser contratado por el FBI en 2009, fue el responsable de rastrear los millones en bitcoins de Silk Road para dar con Ross Ulbricht, entre otras tantas operaciones.

El cifrado puede existir, siempre que les demos las llaves

seguridad-criptografia-internet-cifrado

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Sabiendo que el FBI ha atacado a Tor por activa y por pasiva, sería muy raro que no hubieran arremetido todavía contra el cifrado, la capacidad de proteger los datos de nuestros dispositivos para que sólo nosotros podamos acceder a ellos. Precísamente el cifrado fue la causa de todo el caso de Apple contra el FBI: Apple ha ido reduciendo su acceso a los dispositivos de su marca progresivamente, llegando al punto de que sólo nosotros podamos leer los datos de nuestro iPhone.

El director del FBI, James Comey, ya se ha quejado bien alto de que el cifrado se esté extendiendo en los dispositivos móviles. Se refiere en concreto a que Apple ya haya establecido el cifrado obligatorio en sus dispositivos a partir de iOS 8, y a que Google haya empezado a hacerlo con los dispositivos que salen con Android 6.0 Marshmallow.

Y para Comey, como podemos leer en el Huff Post, resulta ridículo “no poder abrir un armario aún teniendo una orden judicial”, pone como ejemplo un caso de secuestro de niños, y acusa a las compañías de vender sus dispositivos como herramientas para huir de la ley. Lo cual es gracioso cuando en los ataques de París pudimos ver cómo los atacantes usaban SMS y Facebook para comunicarse sin más, ni cifrado ni leches.

Los tiempos han cambiado para el FBI y la NSA

FBI-personal-2

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Todos estos actos los hacen con un solo pretexto, con una sola excusa: mantener seguros a los Estados Unidos, país al que pertenecen en teoría. Sin embargo esta batalla tiene un único fin, acabar con la privacidad de los usuarios aunque se alcen como supuestos defensores de la privacidad y el cifrado.

Antes de la llegada de Internet, las fuerzas de seguridad estadounidenses tenían una cierta impunidad para hacer y deshacer a su antojo, todo porque no existían formas efectivas de difundir estos actos. Internet ha cambiado esto en cierta forma haciendo que sus acciones estén bajo el ojo público con mayor facilidad, los métodos para protegernos de estos ataques a la privacidad son más fáciles de seguir que nunca, y la presencia de filtradores como Edward Snowden no les hacen la vida más fácil.

Agencias como el FBI o la NSA echan de menos la épica en la que tenían más libertad, pero esos tiempos se han acabado. Ahora una simple búsqueda nos descubre todas las acciones de vigilancia de la NSA, tenemos mapas interactivos con las rutas de los aviones de vigilancia del FBI, e incluso podemos saber en dos clicks cómo han tratado de desacreditar a personalidades rozando la ilegalidad.

Sigue habiendo muchas cosas que desconocemos, pero Internet ha hecho que compartir información y conocer lo que ocurre en el mundo sea más fácil que nunca, y las agencias gubernamentales no están exentas de esto.