La música nos acompaña a todas partes, hasta tal punto que la tenemos hasta como hilo musical en el baño. Nos acompaña en el coche, mientras caminamos por la calle, en el gimnasio, cuando comemos en un restaurante, cuando salimos por la noche… y todo gracias a las nuevas tecnologías, sin ellas no hubiera sido posible llegar a este punto.

Sin embargo, la industria tecnológica nunca se ha caracterizado por agarrarse a los métodos tradicionales, a no querer estar con los nuevos tiempos, o a resistirse mucho a adaptarlos. ¿Esta fama es merecida, existe algún motivo para que pase esto, o se trata de un dinosaurio con miedo al cambio?

La industria de la música vive su mejor año en el siglo 21

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Como podemos leer en CNET, resulta que 2015 ha sido el mejor año para la industria musical en 15 años, desde el año 2000. Sí, esa época en la que la música digital brillaba por su ausencia, el efecto 2000 volvía loco a todo el mundo y se pensaba que los clásicos CD vivirían para siempre. Ya sabemos que no ha sido así para nada: no hemos tenido efecto 2000, la música digital se ha convertido en el camino a seguir y los CDs se ven cada vez menos en los hogares.

La cuestión es que en 2015 los ingresos de la industria musical han crecido un 5%, llegando a los 19 billones (americanos) de dólares. Todo esto combinando los diferentes modelos de negocio que existen: ventas de discos y vinilos físicos (tanto en tienda como a través de Internet), ventas digitales de música (iTunes, Beatport) y suscripciones a servicios de música en Streaming (Spotify, Google Play Music, Apple Music).

Lo gracioso es que, analizando esos resultados, podemos ver cómo mercados como el alemán o el japonés siguen aferrados a los clásicos DVD, llegando a suponer un 70% de los ingresos, mientras que otros mercados como el sueco o el estadounidense han adaptado por completo el modelo digital, suponiendo más de un 70% en estos casos.

¿Cuál es el estado de la industria musical en España?

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En España nos encontramos una situación parecida a la que tiene Suecia o EEUU; en el primer semestre de 2015 el streaming superó por primera vez a las ventas físicas, 38 millones de euros contra 32 millones, según El País.

Por otra parte, Promusicae afirma haber registrado ingresos de 70 millones de euros durante la primera mitad de 2015, un 10% más que el año pasado en el negocio de la música, y todo gracias a los servicios de música en streaming. España está el decimotercero entre todos los mercados de música a nivel mundial, a la espera de ver cómo trata 2016 al mercado.

Los artistas siguen sin verlo; la culpa está en las discográficas

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Los servicios de música en streaming, como podemos ver, han comenzado a liderar el mercado de la música, dejando atrás a las ventas más tradicionales de música. Aun así, los artistas siguen sin confiar en el negocio al ver que sus ganancias siguen igual o incluso bajan; algo que es más culpa de las discográficas que de los servicios de streaming.

Por culpa de estas disputas hemos podido ver cómo Kanye West tardaba semanas en abrir su último álbum a todos los servicios de streaming, y podemos encontrar más casos como el último álbum de Beyoncé o la reticencia a no publicar en streaming de Taylor Swift. Una disputa que está afectando a los servicios aunque cumplan con los requisitos de las discográficas. Y si a esto le sumamos un posible futuro en el que los artistas firman exclusividad con un servicio de streaming, nos encontramos con un panorama dividido en la reproducción de música desde la nube.

¿Cuál será el futuro?

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Está claro que el streaming se ha convertido en el negocio a seguir con tal de seguir atrayendo usuarios; la opción de compra física ha dejado de ser una opción para muchos, y las compras digitales tiene complicado luchar contra la piratería. Ante este panorama, la mejor opción parece ser la más sencilla, permitir que los usuarios escuchen la música que quieran cuando quieran, todo con una suscripción mensual.

El futuro pasa por estas opciones de música en la nube, ¿pero cuánto tardaremos en aceptarlas del todo? ¿Cuánto tardaremos en olvidarnos todos de las tiendas de música -tanto físicas como virtuales- para esuchcar música con nuestras suscripciones?