sindrome_acento_extranjero

sindrome_acento_extranjero

Tecnología

El curioso caso del adolescente que sólo podía hablar con acento francés

El síndrome del acento extranjero es un raro trastorno que puede producirse tras sufrir un daño cerebral. Sin embargo, el caso de hoy es desde su nacimiento

2 mayo, 2016 19:09

Imagina que una mañana, de repente, te levantas hablando tu idioma natal pero… con acento francés.

Imagina que tu idioma natal no es el español o castellano, sino que es holandés, y siempre has hablado holandés hasta la fecha. Pero, de repente, tu forma de hablar se ha dotado de un curioso acento francés que no poseías hasta el momento.

Ahora deja de imaginártelo, pues hasta la fecha existen hasta 140 casos conocidos con el síndrome del acento extranjero, la mayoría de los cuales parecen haberse producido tras un daño cerebral (sobre todo tras un ictus). El último, publicado en Frontiers in Human Neuroscience, es diferente. El adolescente de 17 años que sufre este raro síndrome lo ha padecido desde que nació.

El caso del adolescente holandés que solo habla con acento francés

frances_acento

frances_acento

El protagonista de hoy ha querido permanecer en el anonimato, pero Jo Verhoeven y su equipo de la City University de Londres han podido echarle un ojo a su cerebro gracias a la técnica de resonancia magnética funcional (fRMI), que estudia el flujo sanguíneo cerebral según la actividad de nuestro órgano pensante.

En el caso de este adolescente, los escáneres con fRMI revelaron que había dos zonas cerebrales diferentes a los individuos control sin síndrome del acento extranjero, donde el flujo de sangre estaba disminuido. La primera de ellas era la corteza prefrontal del hemisferio izquierdo (relacionada con las acciones de planificación y, curiosamente, con el habla); la otra región cerebral era el lado derecho del cerebelo (una zona “primitiva” respecto al resto del cerebro, relacionada con la coordinación).

Los hallazgos no cuadran con lo que sabemos sobre el habla y el cerebro humano. Por un lado, porque la corteza prefrontal tenía un riego sanguíneo disminuído y esto es paradójico. Por otro lado, el cerebelo jamás se había relacionado con el habla, pero este estudio sugiere que el cerebro podría tener algún tipo de participación en la planificación cognitiva de una actividad.

Por otro lado, el análisis de la voz del adolescente confirmaba el uso de inflexiones típicas del francés, como la forma de pronunciar la letra “r” usando el músculo uvular (en lugar de la forma holandesa, donde se usa la punta  de la lengua). Para él son rasgos involuntarios, donde además asocia esfuerzos para modificar su discurso hacia el holandés, idioma típico de sus padres, sin éxito.

El curioso síndrome del acento extranjero

cerebro

cerebro

Evidentemente este caso no es el primero, y probablemente no será el último que veamos sobre el síndrome del acento extranjero. A pesar de que muchos se producen tras sufrir un ictus (como una mujer de Newcastle en Reino Unido que tras un ictus empezó a hablar con acento de Jamaica), existen otros como el de una mujer que tuvo un brote de vasculitis cerebral y acabó hablando también francés como nuestro protagonista.

Hasta el momento se creía que el síndrome del acento extranjero se debía a un daño cerebral puro y duro, en el cual se veía afectado el control de los músculos que ayudan a producir el habla (y no las zonas del habla cerebral de forma directa). Para el habla necesitamos una coordinación precisa entre los labios, la lengua, la mandíbula y la laringe (donde se encuentran las cuerdas vocales); si se alteran alguno de estos factores, el habla queda afectada.

Particularmente suelen afectarse las vocales, que se pueden pronunciar de forma diferente según el acento usado y suelen ser el síntoma más llamativo de este síndrome. Por otro lado, el patrón de acentuación de las palabras, el ritmo y la entonación de las oraciones también queda afectado en este síndrome, en el cual se habla más despacio y se separan más las sílabas.

A pesar de todo, gracias a este nuevo caso del adolescente holandés y algunos otros casos donde se ha demostrado la existencia del síndrome del acento extranjero desde la infancia, es posible que los investigadores deban plantearse algún tipo de origen genético y no por un daño cerebral. Al menos, no siempre.