Con más dinero, podríamos comprar más cosas, pero el impulso consumista podría adueñarse de nosotros y quizás no valoraríamos de la misma forma lo que tenemos. Pero por otra parte, con poco dinero podríamos dejar de hacer cosas que antaño nos diesen felicidad, como practicar un deporte o comprar juegos para nuestra consola.

Dudas y más dudas, que los investigadores de la Universidad de Stirling y Nottingham han intentado resolver con un estudio con un total de 18.000 participantes en todo el mundo, y durante un transcurso de más de 9 años.

Cómo el dinero da la felicidad… ¿o no?

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Los investigadores de estas dos prestigiosas universidades encontraron que la felicidad está relacionada con no perder dinero, no en recibir más. En pocas palabras, seríamos más felices si nos mantenemos un mes con niveles económicos estables, que en uno con altibajos.

En el estudio, se recogió información de dos grupos separados entre Alemania y Reino Unido. Los participantes tuvieron que responder un cuestionario basándose en el dinero que ganan anualmente y lo satisfechos que están en sus vidas. Además, se pidió a cada participante que respondiesen diferentes preguntas sobre su personalidad.

Los resultados mostraron que, independientemente de la personalidad de la persona, el aumento de los ingresos no es sinónimo de mayor satisfacción en la vida. Por otro lado, cuándo se determinaba el impacto de la pérdida de ingresos o bajada, sí se encontraba una consecuente reducción en los niveles de satisfacción.

“Solemos asumir que ganar dinero nos hace más felices, sin embargo, hemos descubierto que lo realmente importante es gestionar con cabeza nuestros ingresos para evitar bajadas y con ello repercusiones en nuestros niveles de satisfacción.” Asegura Christopher Boyce, del Behavioural Science Centre.

Nuestra forma de ver el dinero es igual de importante

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Las circunstancias y la visión de cada persona son factores potenciales que debemos incluir en la definición de satisfacción. De este modo, personas que tuviesen una postura moderada en la gestión económica también encontrarían un impacto menor en sus niveles de satisfacción al ver sus ingresos reducidos frente aquellos con una postura más cercana a la codicia.

La estabilidad económica es la clave para mantenernos con la satisfacción de ayer y la de mañana. Por nuestra parte debemos hacer todo lo posible por mantenernos en esta línea y contribuir en aquellas personas que puedan experimentar impactos negativos en las suya.

Fuente | US