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¿Por qué nos atraen las personalidades desviadas o patológicas?

13 noviembre, 2015 20:28

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A quién no le ha ocurrido preguntarse por qué nos acabamos enamorando de personas que no nos convienen, por qué acabamos rodeados o en relaciones con gente que claramente tiene problemas psicológicos. Al final de una relación es frecuente mirar atrás y preguntarse: ¡¿Pero qué vi en esa persona?! O tal vez lo que te ocurra sea que observas que todo aquel que te rodea y que francamente es inestable tiene pareja y sin embargo tú, que eres una bellísima y equilibrada persona, responsable y sincero/a estás soltera/o.

Pues eso mismamente te vamos a explicar, el por qué te fijas en gente con personalidades patológicas, por qué parece que son con los que siempre acabas y por qué las personas “buenas” parecen nunca encontrar pareja cuando otras que son más “desastre” siempre la encuentran.

Resulta que un estudio reciente confirma lo que pensabas, cuanto más “malo” se es o más patológica la personalidad (ciertos rasgos), más suerte se tiene en el amor.

El estudio

El estudio, dirigido por Fernando Gutiérrez del hospital clínico de Barcelona y publicado en Evolution and Human Behavior contó con casi 1.000 hombres y mujeres heterosexuales con una variedad de rasgos de personalidad patológicos cuyos trastornos variaban en severidad de ninguno a diagnosticable. Los participantes fueron derivados al estudio por médicos generales u otros profesionales médicos. Gutiérrez y su equipo preguntaron a los participantes acerca del número total de parejas con las que habían estado, número de hijos, nivel de empleo, ingresos y otros factores sociodemográficos utilizando una combinación de encuestas, auto- informes y entrevistas.

Sus resultados muestran que las personas con algunos tipos de personalidad patológica, como los neuróticos e impulsivos, tenían más compañeros e incluso más niños de lo normal (la media), lo que sugiere que estos rasgos no están siendo eliminados por selección natural y de hecho pueden conferir una ventaja evolutiva.

Los resultados:

Los resultados del estudio muestran que tanto los hombres como las mujeres que se muestran patológicamente imprudentes e impetuosos (impulsivos) atrajeron a más parejas a corto plazo que los participantes con personalidades promedio (sin rasgos extremos). Y los hombres (pero no las mujeres) obsesivo-compulsivos  tuvieron mayor éxito en asegurar parejas de larga duración, un resultado fuertemente asociado con los altos ingresos de este grupo (los obsesivo-compulsivos ganaban casi dos veces más que los participantes del estudio menos obsesivos).

Los resultados del estudio revelaron que las mujeres neuróticas eran más propensas a estar en relaciones duraderas. Las participantes más neuróticas tenían 34 por ciento más de parejas de larga duración y un 73 por ciento más de hijos que la media a pesar de exhibir un rasgo que es típicamente asociado con la inestabilidad, ansiedad e inseguridad.

Según Gutiérrez sus resultados proporcionan la primera evidencia sólida de que algunos trastornos de la personalidad podrían ser estrategias evolutivas seleccionadas sexualmente.

La explicación

Gutiérrez propone que estos resultados pueden revelar una relación entre las diferencias y los estereotipos de género. La literatura sobre las diferencias de género sugiere que las mujeres son ligeramente más altas en neuroticismo que los hombres. Por lo tanto, algunos hombres podrían interpretar los altos niveles de emocionalidad negativa en una pareja como un signo de la feminidad.

Los impulsivos y buscadores de riesgo mostraron tener múltiples parejas a corto plazo, Gutiérrez especula que algunas personas se sienten atraídas por estos tipos de personalidades porque los consideran cautivadores. Son egoístas, rompen las reglas, son imprudentes y rebeldes, pero también son valientes, temerarios, independientes y autosuficientes y viven frenéticamente. Esta conveniencia también podría tener una base evolutiva ya que este comportamiento podría funcionar como un indicador de aptitud, una señal de que el sujeto tiene tan buena calidad y condición genética que vivir peligrosamente sin sufrir daños.

En las personalidades obsesivas es fácil encontrar las razones para la atracción según ya que el dinero significa supervivencia, seguridad y recursos para los hijos. También son personas serias, confiables y prudentes.

Pero como ya sabéis los opuestos no se atraen necesariamente, hay una tendencia bien conocida a casarse con personas similares en personalidad a uno mismo. Por lo tanto, los hombres que se casan con mujeres que están en el extremo del espectro neurótico pueden ser también altos en neuroticismo. Aunque esto no fue explorado en el estudio y por lo tanto podría ser que algunos de los participantes tengan parejas con personalidades similares. Puede que estos sujetos con rasgos de personalidad en el polo extremo sean buenos en identificar parejas potenciales que muestran rasgos similares aunque menos extremos. Sus futuras parejas pueden no darse cuenta de la magnitud del problema hasta que ya están comprometidos con la relación” (lo cual explica el fenómeno del que hablábamos en la introducción.

Si ambos padres son portadores del rasgo patológico esto implica que el rasgo se transmitirá a la descendencia con más fuerza que si solo un progenitor fuera portador.

Otras cosas que influyen en este fenómeno es que los impulsivos se ponen en situaciones más propicias para el contacto con gente nueva y el inicio de relaciones y las mujeres neuróticas tiene  más tendencia a buscar apoyo en una pareja para obtener estabilidad y apoyo emocional.

Así pues en realidad los rasgos de personalidad patológicos podrían ser una ventaja evolutiva (que se perpetúa) ya que permiten mayor descendencia al atraer más posibles parejas aunque estas personas no sean socialmente “adaptadas” y que la desviación cree problemas para la salud del que los presenta.

Matices

Las conclusiones de este estudio son muy limitadas dadas las propias condiciones del estudio. Los sujetos podrían haber mentido en las respuestas (inflar el número de parejas) para causar buena imagen o parecer más deseables. Esto es especialmente probable en los sujetos con desviaciones patológicas de la personalidad con altas tendencias en deseabilidad social o a la deshonradez.

Así mismo no existe una personalidad “normal” o ideal per se, las combinaciones de rasgos son infinitas y las diferencias entre individuos muy grandes.

Las conclusiones son limitadas ya que los resultados se han extraído de los pacientes de una sola clínica, se basan en auto-informes de relaciones en lugar de criterios objetivos y no hablan de las motivaciones o personalidades de las parejas de los encuestados.

Fuente: Scientific American.