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La infidelidad emocional también existe

30 octubre, 2015 20:31

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Cuando oímos la palabra infidelidad siempre pensamos en las personas con pareja que tienen un “affair” sexual, consumado, fuera de la pareja. La típica infidelidad se contempla como algo físico. Pero resulta que hay otros tipos de infidelidad que aunque pueden parecer más sutiles son igual de dañinos. Y hoy entraremos a debatir el por qué.

¿Qué es una infidelidad emocional?

Una aventura emocional sucede cuando dos personas desarrollan sentimientos profundos el uno por el otro y desarrollar una relación íntima. Sin embargo ocurre sin que la relación se haya consumado sexualmente. Es una aventura porque una o ambas partes está casada o en otra relación. Una aventura emocional implica empezar a sentir cosas por otra persona diferente a la que tenemos de pareja. Pensar frecuentemente en ella, compartir conversaciones íntimas, sentirse enamorado, echar de menos a esa persona, hacer cosas que no solemos hacer con las amistades, etc…

¿Por qué ocurre?

Consideremos dos principales mecanismos que pueden inducir a este tipo de relaciones:

  1. Una insatisfacción o carencias en la relación principal. Si uno tiene cubiertas todas sus necesidades es difícil que alguien pueda llamar la atención o proporcionar algo que la persona no tenga, no tiene por donde entrar digamos. Cuando hay una carencia y otra persona es capaz de suplirla o hacernos sentir mejor al respecto entonces eso es un peligro, pues estamos obteniendo lo que emocionalmente necesitamos de fuentes ajenas a la pareja. Esa apertura, ese vacío es por donde otra persona puede entrar.
  2. Los límites y las puertas. Estar en una relación (monógama) implica cerrar la puerta a otras personas y a cierto tipo de situaciones. Si alguien se acerca con esas intenciones se encuentran con una puerta cerrada. En este caso estamos muy felices donde estamos y no necesitamos salir. Pero cuando el lugar en el que estamos (la pareja) no nos hace del todo felices no es extraño empezar a mirar la puerta con curiosidad y pensar que hubiera pasado si hubiéramos entrado en otra habitación y no la que estamos o qué debe haber más allá de la puerta. Y este es un riesgo muy grande. Cuando uno abre la puerta, por pequeña que sea la rendija que abre, ya está dejando de lado la habitación en la que está y mirando fuera, y cuando uno abre una puerta al final entran cosas. Muchas veces no nos damos cuenta de cuando estamos abriendo una puerta ni de a quién se la abrimos, y esto ocurre porque los límites en las relaciones son frágiles y borrosos y frecuentemente se mueven y solemos ser bastante permisivos con ellos, precisamente porque son poco claros.

La infidelidad emocional suele ser más gradual, menos previsible. Suele empezar con una amistad que si llega cuando la puerta no está del todo cerrada puede acabar poco a poco, centímetro a centímetro abriéndola. Y lo que pasa con las cosas graduales es que no nos damos cuenta, porque como el avance es muy gradual, parece que es inocuo. Primero las dos personas son amigas y no hay nada de malo en ello, pero luego empiezan a desdibujarse los límites, un roce, una caricia… bueno no pasa nada somos amigos, es normal, luego hablar a deshoras, luego quedar para comer, sigue sin pasar nada porque solo es amistad… Y cuando te quieres dar cuenta, ya es tarde y tus necesidades las estás volcando en una persona que no es tu pareja. Y todo porque fuiste flexible con los límites y hiciste la vista gorda a ciertas cosas, porque te hacían sentir bien. La mayoría de personas que tienen una aventura emocional no la buscaban intencionadamente y jamás serían infieles.

Si uno es feliz en pareja suele cortar rápidamente comentarios de ligoteo y acercamientos. No solo los corta sino que no los busca. En cambio cuando hay una carencia es muy fácil inconscientemente sentirnos bien cuando alguien hace algo para cubrirla (les reforzamos sin darnos cuenta, ya sea sonriendo, sonrojándonos, etc…). Por ejemplo si te sientes ignorada por tu pareja, ello te hace sentir mal y cuando alguien halaga lo guapa que vas o te pregunta por tus gustos enseguida te sientes adulada, sonríes y te sientes mejor, y sin darte cuenta, probablemente tu lenguaje corporal también lo indique. Puede que todo empiece por algo tan inocente como eso. Sí, todos nos sentimos bien cuando nos halagan, pero para el que ya tiene cubierta esa necesidad, un halago no implica nada más, es un comentario positivo más. Para el que no, implica que la otra persona mejora un estado de ánimo negativo y mejora la autoestima, y claro, eso engancha.

Dos personas con carencias separadas pueden encontrar en esta “amistad” un punto común que las cubre.

¿Cuáles son los riesgos?

Una infidelidad emocional no tiene por qué llevar a una infidelidad sexual. Muchas veces nunca se llega a ese punto, sin embargo, muchas veces sí. Es un riesgo que la gente no suele ver. Para ciertas personas es mucho más probable ser infiel con alguien por el que sientes algo que con un desconocido.

Aunque ya digo que son dos tipos de infidelidades que no tienen por qué ir unidas. Obviamente una infidelidad sexual también podría llevar a una emocional después.

Diferencias entre sexos:

Los estudios demuestran que al preguntar en encuestas sobre este tipo de aventuras parece ser que estas afectan mucho más a las mujeres (lo ven como una traición mayor) que a los hombres. Para los hombres es peor una aventura sexual, pero para las mujeres lo es una emocional. La probabilidad de que un hombre se enfade es menor en el caso de una aventura “emocional” sin contacto físico, que en el de una  aventura sexual, mientras que es muy probable que una mujer si se enfade al respecto y se sienta muy dolorida.

¿Cómo evitarlo?

Primero decir que en ocasiones la infidelidad emocional ocurre porque uno no es feliz con la pareja con la que está y a veces supone un cambio en positivo. Una forma de que la persona se dé cuenta de algo. A veces.

Otro motivo es que uno no quiere ver lo obvio e ignora que no es feliz con quién está (este es el mayor peligro). Cuándo uno tolera una relación, digamos “mediocre” e ignora que le falta algo o que no se siente completado en esa relación, siempre va a estar buscando más sin darse cuenta. El primer paso para evitar una infidelidad así es ser consciente de cuando uno es vulnerable porque le falta algo. Si no existe ese sentimiento de falta de realización, la infidelidad emocional no echará raíces.

Otros factores vitales, como el aburrimiento, el estrés, etc… pueden también hacernos vulnerables a buscar ese tipo de distracciones excitantes.

Una cosa que uno no suele pensar es que si se introduce en una infidelidad emocional, que ya digo que la mayoría de veces uno ni se da cuenta de que lo está haciendo y cuando se quiere dar cuenta es tarde, es que la relación original estará algo más desatendida (lo cual agrava el problema original, que sí era con la pareja).

El paso más importante es decidid, si decido intentar mejorar la relación con mi pareja deberé cerrar esa puerta, dedicarme a ello y poner mi energía en mejorar mi relación presente. Si no estoy dispuesto a cerrar esa puerta en realidad no tiene sentido estar con esa persona pues indirectamente ya hemos decidido y es más cuestión de tiempo. Este proceso puede variar en el tiempo, hay personas que pasan bastante tiempo en ese estado intermedio, con el pie en la puerta pero la puerta entreabierta, antes de tomar una decisión. Al final habrá que tomarla.

Otras cosas a tener en cuenta:

  • Lo que podría parecer una “aventura” inofensiva o una diversión podría acabar perjudicándote a ti y a tu pareja.
  • Si eres una persona impulsiva el riesgo es mayor.
  • Pregúntate si estás cayendo en una fantasía. Es fácil enamorarse de alguien cuando no se vive con él/ella y sin que hayamos podido conocer su lado negativo. Pero a largo plazo puede que eso no vaya a ser cómo lo imaginabas. Puede que lo que pienses de la otra persona sea una fantasía creada por esa necesidad que la persona ha cubierto. Pero pregúntate: ¿Podría haber sido cualquier otra persona que hubiera cubierto esa necesidad? ¿Cuánto de lo que siento es por la persona en sí o por mi carencia personal?
  • Si te encuentras en una situación así sácale la utilidad. Que uno empiece a sentir cosas por otra persona estando en una relación en realidad es una información muy poderosa. Utiliza estos sentimientos hacia otra persona como un motivador para mirar hacia dentro de ti mismo/a. Busca qué está pasando en tu matrimonio/pareja o en tu vida que te está llevando a esta situación. Si quisieras tener una relación física, probablemente ya lo habrías hecho. ¿Qué falta en tu vida que no está siendo abordado?
  • Recuerda que otras personas pueden salir heridas de esta situación, incluyéndote a ti. Una infidelidad emocional puede ser tan dolorosa como una infidelidad sexual.

¿Le ocultas a tu pareja mensajes o citas con este “amigo”? Si se lo ocultas a tu pareja es porqué sabes que no está bien (suponiendo que no estemos hablando de una persona con celos patológicos ni haya otros motivos). Además intenta verlo a la inversa, cómo si el fuera quién tuviera esa relación, ¿Te parecería mal?

¿Te sientes más distante con tu pareja estable?  ¿Le cuentas más cosas “al otro”?, ¿Estás perdiendo interés por tu pareja desde que le conociste?

Si las respuestas son sí, puede que sin darte cuenta estés abriendo esa puerta…

Fuente: PsychCentral.

Imagen: Flickr, Flickr, Pixabay.