Como ocurre en la literatura y en el cine, la ciencia ficción siempre se ha visto como un género menor, “cosa de frikis”, sobretodo si hay espacio de por medio.

Desde luego es un misterio, porque la ciencia ficción ha influido muchísimo en el imaginario y la cultura popular, convirtiéndose muchas veces en el mejor vehículo para explicar y comprender los sueños e inquietudes que ronronean bajo nuestra sociedad.

“Battlestar Galáctica” (2004-2009), una obra de culto alabada por la crítica desde su primera temporada, es el paradigma televisivo de ese espíritu, y lo justificamos en 5 puntos:

1- El punto de partida.

Su arranque es extremadamente dramático: un ataque devastador por parte de los Cylon (civilización de robots humanoides que se ha rebelado contra sus creadores) ha aniquilado prácticamente toda la humanidad, obligando a sus irrisorios 50.000 supervivientes a vagar tristemente por la oscuridad del Universo, sin rumbo alguno. Su única esperanza de sobrevivir a la dureza del espacio y la inagotable persecución de los cylon es Galáctica, una poderosa nave de combate.

Los supervivientes no sólo deberán cubrirse las espaldas de sus genocidas enemigos, sino que también deberán luchar por conservar intacta la democracia y mantener su humanidad.

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2- Su tratamiento temático

En sus cuatro temporadas, “Battlestar Galáctica” consigue desarrollar con enorme lucidez y seriedad temas tan vitales como son los derechos civiles, el despotismo, la crueldad, la religión, el racismo, la venganza, la tecnología y la misericordia, en una especie de resumen poético de los cimientos de la sociedad.

Juega constantemente con la moralidad de los personajes y del espectador, planteando dudas existenciales de gran calibre y formulando un sinfín de indispensables preguntas políticas. Recorre con minuciosidad y con una narrativa excelente todo lo que somos como civilización, dejando en evidencia nuestra oscuridad innata y también toda nuestra capacidad de amar, perdonar y evolucionar.

¿Sabríais decir otra serie con un poso filosófico tan accesible?

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3- Los personajes

Una gran serie ha de tener grandes personajes. Lo más seguro es que una mente chulesca y poco dada a la literatura sci-fi podría afirmar que son una basura en comparación con los los personajes atormentados de cositas serias como Birdman. Pero aquellos que respetan el arte de contar historias encontrarán unos personajes profundamente poliédricos, serios, muy ricos en facetas y repletos de dudas.

En Battlestar Galáctica no hay ni un solo personaje plano, todos respiran contradicción e imperfección, evolucionan a lo largo de la serie y ninguno acaba pareciéndose a lo que eran en el primer capítulo. Te emocionan porque aquí todo el mundo sufre, sin importar carne o metal.

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4-Su sentido de la épica y los efectos especiales

Al margen de sus pretensiones políticas y filosóficas, la serie de Ronald Moore es también un poderoso espectáculo épico. Las grandes batallas espaciales, las gestas y traiciones de sus icónicos personajes y el espectáculo visual que es en si mismo la grandeza del espacio, hacen de la serie algo muy colosal en cuanto a proporciones dramáticas y de acción se refiere.

Sus efectos especiales son algo inaudito en televisión, nos recrean con gran realismo una ingente cantidad de cazas de combate, naves de transporte civil, robots, explosiones, ciudades, galaxias, nebulosas… Por supuesto que no son tan extremos como en las última películas espaciales, pero hay que tener en cuenta el año y el presupuesto de la serie. Eso si, los efectos mejoran temporada a temporada (más dinero y más avances informáticos).

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5- Mejora exponencialmente hasta el final.

No hay nada más irritante que una serie que empieza de forma maestra y que luego empieza a caer en picado hasta convertirse en basura. Duele.

Sin embargo, es una regalazo cuando una serie se cuece a fuego lento y pensando a largo plazo. Galáctica empieza con una gran primera temporada; no es perfecta, no es la mejor serie del mundo, pero te deja ver que te has embarcado en una aventura formidable que merece la pena y que cada vez irá a mejor. Porque todo tiene su ritmo.

La calidad de tramas mejora poco a poco mientras éstas comienzan a complicarse y conforme los personajes acumulan más experiencias. Crece, crece y crece hasta culminar en un final arrebatador que naturalmente no desvelaremos aquí, pero que convierte la última temporada de Galáctica en la experiencia más estimulante que nos ha dado la televisión norteamericana.

Como ves, no necesitas ser un friki de la sci-fi para poder disfrutar de “Battlestar Galáctica”. Te invitamos a que lo compruebes por ti mismo.